Dos de mayo. Isabel Díaz Ayuso celebra su día grande. La presidenta de la Comunidad de Madrid será el centro, pero a diferencia de las últimas semanas evitará que el foco de los titulares sea el presunto delito fiscal de su pareja. Decía Napoleón que “se necesita más coraje para sufrir que para morir”. Ella ha sufrido. En el PP hay muchas voces que consideran que erró al hacer “de un asunto privado una crisis pública”, pero también reconocen que “ha salido fortalecida políticamente”. Hubo dudas en las filas populares sobre la dimensión del caso. La baronesa estaba “tocada”. Los detractores vieron una oportunidad de desbancarla de debate sucesorio. Alberto Núñez Feijóo podría respirar. El líder no acudirá hoy a la recepción de la Puerta del Sol.
Hoy, salvo novedades informativas o judiciales, el análisis en el partido conservador es el opuesto. “A más Sánchez, más Ayuso”, vaticina un veterano colaborador de Mariano Rajoy en activo. El presidente del Gobierno ha vuelto de sus cinco días de “reflexión” con un discurso polarizador, en el que según las mismas fuentes, “se mueve mucho mejor Ayuso que Feijóo”. El gallego siempre ha hecho gala de moderación. Es un político de los de antes que “no está cómodo” en este ambiente de crispación.
“¿Dónde está el Feijóo que llegó diciendo que huiría del insulto?”, lamentan en el “ala moderada” del PP donde se colocan barones de peso. La pregunta retórica no es una crítica, sino una reflexión porque reconocen que “aguantar el tipo” con Sánchez en frente es “muy complicado”. La queja es sobre el modelo de oposición a largo plazo. Nadie duda de que hay que “combatir” pero llaman la atención en la necesidad de “proponer”. En opinión de varios altos cargos consultados la deriva a la que están arrastrando al presidente del PP es “peligrosa” porque “espanta” al votante moderado como, recuerdan, ocurrió en las elecciones del 23 de julio.
El eterno debate del PP entre cuanto derechizar el discurso está superado en la Puerta del Sol. Ayuso se mueve como pez en el agua elevando los decibelios sobre el mensaje de Génova. Logró una mayoría absoluta en las últimas autonómicas laminando a Vox, pero también gracias al trasvase de votos que recibió del PSOE. La ecuación parece imposible pero ella es capaz. “Su discurso es populista, como el de Sánchez”, explica un dirigente popular que no resta ningún mérito a la baronesa pese a estar en las antípodas de su discurso.
La escalada en la polémica por las actividades de Begoña Gómez ayudó a amainar la tormenta de su pareja. El PSOE insistía en que los casos no eran “equiparables” pero lo cierto es que Sánchez dejó de pedir la dimisión de Ayuso el mismo día que se supo que un juez investigaba la denuncia de Manos Limpias contra su pareja por un presunto tráfico de influencias. “Que un presidente del Gobierno pida tu dimisión desde el escaño una y otra vez y salir viva…”, comenta un parlamentario que pone el acento en que la estrategia de Moncloa es confrontar con la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Sánchez es consciente de que Ayuso irrita al votante de izquierdas y moviliza. El Feijóo moderado incomoda en Moncloa. Los bloques no funcionan si el otro no entra al choque. De ahí, que la baronesa sea el catalizador para agitar a sus fieles. En los argumentarios de los ministros siempre hay algo contra la gestión de Ayuso. El “me gusta la fruta” se sitúa cómo el origen de la tensión en el debate político. Ella es el alter ego de Sánchez para cargos del PP.
Presión del “aznarismo”
“¿Por qué siempre opina de todo?, ¿Por qué Aznar tuvo que hacer una declaración tras anunciar Sánchez que se quedaba?”, son cuestiones que ponen en alerta a parte de los populares que apuestan por buscar “ventanas de oportunidad” después del ciclo electoral para reconducir cuestiones que son “importantes para los ciudadanos”. Apuntan a que Ayuso e incluso Aznar está marcando el discurso de Feijóo. Uno de los últimos casos según destacan es en el asunto de reconocer el estado Palestino. Mientras, el líder del PP apoyaba la iniciativa con sus peros, la presidenta madrileña hablaba de que se estaba “legitimando a los terroristas de jamás”.
Las citas electorales en Cataluña y en Bruselas no van a contribuir a rebajar el tono. Ayuso tampoco. Arrasó contra Sánchez y ahora ha sabido dar la vuelta al caso de su pareja. Sus seguidores la han convertido en “víctima”, exactamente lo mismo que Sánchez ha hecho con Begoña Gómez. La incógnita es que camino debe tomar Feijóo para no acabar desfigurado en este combate entre iguales en términos de estrategia política.
