José Luis Ábalos amaneció este miércoles entorno a las siete de la mañana con casi una decena de agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en la puerta de su casa de Valencia: “Todo lo que sea aclarar no me molesta, así que estoy bien”, dijo cuando los agentes abandonaron su domicilio, diez horas después. “Ha sido una entrada muy calmada. Él está tranquilo y le han tratado bien”, aseguran fuentes de su defensa a Artículo14.
Durante todo este tiempo, Ábalos estuvo acompañado por una abogada mientras los agentes de la Guardia Civil desentrañaban todo el contenido susceptible para la investigación. A las puertas de su domicilio, la expectación fue enorme, con fotógrafos, cámaras de televisión y curiosos pendientes de cualquier movimiento.
En conversación con este periódico, la defensa de Ábalos se preguntó qué ha motivado al juez a ordenar un registro tan exhaustivo de diez horas justo ahora. “Es la pregunta del millón, después de ocho meses con una investigación abierta”. Pero sostienen que “no tiene nada que ocultar”.
Durante la larga jornada, la UCO ha volcado su tablet y sus dos teléfonos móviles. Además, se llevaron varias memorias que tenía Ábalos almacenadas en su casa. “Son archivos de mucho peso. Se han llevado información hasta de cuando estudió en la universidad”, explican desde su defensa. El exministro siempre ha acusado a los agentes de llevar a cabo investigación prospectiva. Por su parte, Ábalos aseguró ante los medios que “solo les interesaba el teléfono”.
La orden de registro dictada por el juez Leopoldo Puente está motivada por la entrega de un informe de la UCO en el que los agentes creen que Ábalos “pudo haber participado desde su condición de titular del ministerio de Transportes en la adjudicación de determinadas obras a favor de concretas empresas a cambio de un precio o de compensación económica”.
Grabaciones de Ábalos
Según relata el magistrado en su auto, en ese informe habría grabaciones intervenidas de los dispositivos de Koldo García, el asesor de Ábalos, con “elementos bastantes para considerar que dichas indebidas adjudicaciones se habrían producido como consecuencia de la eventualmente ilícita intervención del afectado”.
Por tanto, el registro tenía un objetivo claro: indagar sobre la tabla con anotaciones manuscritas de Koldo García, que Víctor de Aldama aportó como prueba hace meses. En ese folio, estarían anotadas las obras públicas que Fomento iba a conceder a determinadas empresas afines a cambio de presuntas contraprestaciones. De ahí que la UCO también haya acudido hoy a la sede de distintas empresas en Madrid, Granada, Sevilla y Vizcaya, según confirman fuentes de la investigación.
Hasta ahora, el juez solo disponía de información sobre Ábalos que aparecía en los móviles incautados de su exasesor, Koldo García, y del líder de la trama, Víctor de Aldama. Ahora, la cosa cambia con este registro.
Además, contaba con todas las acusaciones vertidas por el empresario en contra del exministro. En su declaración en el Tribunal Supremo, Aldama dijo que todos los meses le entregaban 10.000 euros en efectivo porque Ábalos “tenía una serie de gastos que con su sueldo no le llegaba”.
El cabecilla de la trama Koldo también apuntó al pago de un piso en plaza España que costaba 2.700 euros al mes y que habría pagado la trama durante casi dos años a Jésica Rodríguez, su expareja, así como al pago de un chalé en Cádiz que disfrutaba la familia del exministro.
Asimismo, la semana pasada, Leonor Pano, quien fuera pareja de Aldama, aseguró ante el juez que Ábalos se llevó una comisión de medio millón de euros por favorecer a la concesión del rescate de Air Europa.