Un vistazo a los colores políticos que dejan las elecciones europeas en España evidencia dos conclusiones: la hegemonía territorial del PP (venció en 13 de las 17 comunidades autónomas y en 40 de las 50 provincias) y la enorme fragilidad de los socios del PSOE, los cuales, con la excepción de EH Bildu, pierden posiciones.
A nivel territorial llama la atención el comportamiento en varias comunidades. Territorios históricamente dominados por el PSOE dan la victoria al PP. Son los casos de Castilla La Mancha (donde gobierna el socialista Emiliano García-Page) y Asturias (presidida por otro socialista, Adrián Barbón), que se unen a otras comunidades que ahora están en manos del PP pero que casi siempre fueron del PSOE (Extremadura y Andalucía).
Victorias por los pelos del PSOE
A nivel autonómico, el PSOE logra dos victorias por un margen muy estrecho: una en Navarra (por una diferencia de apenas 2.000 votos) y otra en Islas Canarias (por apenas 8.000 votos perdiendo la diferencia de +140.000 que logró en las europeas de 2019). Y únicamente consigue un triunfo con claridad en todo el mapa de España, el que logra en Cataluña con un total de 730.00o votos, unos 300.000 más que Junts, que es la segunda fuerza.
De hecho, Cataluña vuelve a ser la tabla de salvación del PSOE a nivel nacional porque es en las provincias catalanas donde consigue compensar los resultados que obtiene en el resto del país. El PSC aventaja en +400.000 votos al PP en Cataluña y gracias a este rédito logra no desplomarse en el conjunto nacional.
En cambio, los socios de los socialistas en Cataluña sufren importantes caídas. Junts pierde +550.000 votos respecto a las europeas de 2019, cuando se aproximó al millón de votos y obtuvo la victoria. ERC pierde casi 400.000 votos (de 730.000 a 350.000) y continúa por detrás de Junts tras el ciclo de pactos con los socialistas.
Los socios de gobierno
Por su parte, los socios de la coalición de gobierno caen a plomo. Podemos, que logró +2,2 millones de votos en 2019, queda ahora reducido a un magro resultado, se mire por solitario, se mire sumando sus sufragios con los de Sumar.
Sumar logra unos 800.000 votos, mientras que Podemos consigue unos 570.000. Es decir, que juntos totalizan 1,37 millones de votos (una cifra muy inferior a los +2,2 millones del espacio a la izquierda del PSOE).
La única formación que no se resiente en realidad de sus pactos con el PSOE es EH Bildu, que logra una muy ajustada victoria en el País Vasco (de apenas 2.000 votos sobre el PSE). Todos los demás sufren.