La competición con Vox en la recta final de las elecciones catalanas ha hecho que el líder el PP, Alberto Núñez Feijóo, extreme su discurso. Algo que ha generado críticas internas porque miembros del partido creen que podría afectar a las europeas y hacerles perder parte del voto del centroderecha. El equilibrio es complejo y el volantazo a la derecha de Feijóo en el discurso sobre inmigración ha sido claro.
“Yo le pido el voto a aquellos que están a favor de la inmigración legal, pero los que no admiten que la inmigración ilegal se deje en nuestras casas ocupando nuestros domicilios”. Leídas así podrían ser palabras del líder de Vox, Santiago Abascal, pero no. Es la frase de Feijóo que ha marcado los últimos días de la campaña catalana.
El líder del PP aparecía el martes en la zona con más inmigración del municipio de Cornellà (Barcelona), el barrio de Sant Ildefons -la mayoría de inmigrantes son marroquís y sudamericanos y los vecinos denuncian inseguridad-. Feijóo lo sabía. Como también sabe que Vox está aguantando en las encuestas más de lo que la dirección nacional creía. Y es entonces cuando decide vincular la ocupación con la inmigración ilegal.
Lo cierto es que el lugar elegido para lanzar ese mensaje parecía estar estudiado: a tan sólo 200 metros de esa plaza Abascal había dado un mitin dos días antes. El líder de la extrema derecha ha llegado a hablar de deportaciones a inmigrantes durante la campaña.
El partido siguió a Feijóo en su escalada. Horas más tarde de las sorprendentes declaraciones del líder del PP, el portavoz, Borja Sémper, insistía en que las estadísticas recogían lo que dijo Feijóo. “Lo avalan los datos”, añadía. Eso sí, sin aportar las cifras concretas. También lo apoyó ante las cámaras el barón entre barones, Juanma Moreno: “Hay un dato objetivo, en muchas partes de españa esa okupación está vinculada a la inmigración. La afirmación que ha hecho el presidente de mi partido es coherente”, afirmó.
Barones discrepan de la estrategia de Feijóo
Una estrategia y un giro -a la derecha- que barones autonómicos del PP califican de “brusco”. Una maniobra quizá contraproducente, dicen. Varios presidentes autonómicos creen que extremar el discurso sobre inmigración puede beneficiar a Santiago Abascal: “Es un tema en el que solo gana VOX, es un tema determinante para el voto de VOX. Una materia en la que no puede competir el PP”, piensa un líder territorial.
“Hay que hablar de ocupación, pero no vincularlo a la inmigración. En los extremos siempre nos ganará Abascal”, opina otro barón. En el PP son conscientes -lo dicen en privado- de que ellos ganan cuando se habla de gestión, pero el “voto emocional”, el “voto de estómago”, es de VOX.
En este sentido, Isabel Díaz Ayuso -en el último día de campaña- evitó vincular la inmigración con la ocupación: “Son problemas distintos”. Una postura que ella ha defendido en la Comunidad de Madrid y que choca con la posición que Feijóo ha mostrado en la campaña.
Algunas voces del partido sostienen que escorar el mensaje puede afectar a las elecciones europeas. “Si llevas tu mensaje al extremo, pierdes parte del centroderecha”. Es de ese espacio del quiere morder el PP en las elecciones del 9 de junio, que están a la vuelta de la esquina.
Vox aguanta, según los sondeos
Pero, en el corto plazo, toda esta competición tiene un objetivo concreto para PP y VOX: hacerse con la cuarta posición en el Parlament. De hecho, Feijóo ha verbalizado ese deseo en los últimos días: “El PP será la cuarta fuerza”. Por tanto, quedar por debajo de VOX sería un fracaso para los ellos. Veremos si las expectativas no vuelven a jugar una mala pasada como ya ocurrió en las generales.
Actualmente, la tienen los de Ignacio Garriga con 11 escaños. Fuentes de la dirección de VOX esperan sacar entre 9 y 10 escaños. La formación de Abascal tiene mucha fuerza en barrios obreros y confían en el voto joven y especialmente en el “voto de los abstencionistas de larga duración”. Es decir, de aquellos que llevan varias elecciones sin votar por “estar desengañados con la política”.
Fuentes del PP creen que el aguante de VOX se debe a que en Cataluña las circunscripciones son más grandes que en otras comunidades. Los populares confían en sacar en torno a 11 escaños. El escaño número 12, según miembros del PP, dependería de si consiguen uno por la provincia de Girona. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha estado haciendo campaña allí los dos últimos días.
Una campaña con “furor epistolar”
Vox también ha movido sus fichas. La carta de la “reflexión” de Pedro Sánchez a la ciudadanía no ha sido la única de esta campaña electoral. Abascal iniciaba la última semana enviando una misiva a su homólogo del PP. En ella le pedía colaboración y coordinación en actuaciones “políticas, judiciales y sociales” contra el presidente del Gobierno. Feijóo se enteró por los medios de comunicación, mientras estaba reunido con su comité de dirección.
Dos horas más tarde, el portavoz, Borja Sémper dejaba claro que no iban a caer en la “trampa” de VOX: “Vivimos tiempos de furor electoral, parece ser que el señor Sánchez y el señor Abascal tienen furor epistolar. No vamos a responder a esa carta”, zanjaba rápidamente Sémper, que acusaba a Abascal de dar “un nuevo balón de oxígeno a Sánchez”.
La realidad es que, a pesar de todo, la relación en las autonomías (entre ambos partidos) es buena. Se entienden y conviven con sus más y sus menos. En cambio, la interlocución entre Feijóo y Abascal lleva un trimestre en stand-by. Según adelantó La Sexta, ambos líderes no intercambian mensajes directos desde el pasado 27 de enero. Fue el día de la reelección de Abascal como líder de VOX. Feijóo le felicitó y recibió respuesta.
Habrá que ver si la noche de este domingo se rompe o no ese silencio en la comunicación entre ambos. En 2021, tras el pésimo resultado del PP en las catalanas, la cortina de humo de la anterior dirección nacional fue anunciar que se mudarían de la sede de Génova13, pagada con dinero negro. Esta noche Feijóo seguirá el escrutinio de las urnas en la planta séptima de ese mismo edificio de donde no se han llegado a marchar nunca.