La crisis política abierta a causa de los incendios, con el foco en Castilla y León, ha terminado por enredar todavía más la relación entre PP y Vox. El partido de Santiago Abascal ha intensificado su ofensiva al presentar una denuncia contra Alfonso Fernández-Mañueco por “homicidio imprudente”. Una acción que, en opinión de la dirección nacional, evidencia que ya está en precampaña electoral en la región, en una “pinza” con el PSOE.
Así, PP y Vox empezarán el nuevo curso político más lejos de como lo terminaron. Alberto Núñez Feijóo y Abascal despidieron el curso parlamentario con una reunión privada que ambos calificaron de cordial. Sin embargo, en solo dos meses, la relación se ha enfriado y mucho, tal y como corroboran las fuentes consultadas.
Los puentes de comunicación comienzan deteriorados entre ambas direcciones y ni Feijóo ni Abascal habrían hablado durante las vacaciones. “Apenas hablan”, zanjan en el entorno del líder popular. Tampoco se sostiene en el tiempo el canal de comunicación que se había inaugurado entre el propio Miguel Tellado y Ester Muñoz con una delegación de Vox pilotada por José María Figaredo y Kiko Méndez-Monasterio.
Y es que han sido varias las causas que han reabierto heridas en la derecha durante este verano. Desde el acuerdo en el Ayuntamiento de Jumilla para prohibir a los musulmanes celebrar sus ritos en espacios públicos determinados a la gestión por los incendios en Castilla y León, donde el PP denuncia una pinza de Vox con el PSOE para “perjudicar” a Mañueco.
La gestión del reparto de menores a las comunidades autónomas también aleja a ambas formaciones. Las comunidades del PP se encuentran entre la espada y la pared: acoger a los menores migrantes aunque sus centros estén colapsados o desobedecer la ley, como pedía Vox cuando rompió los gobiernos autonómicos.
Cuestiones que han ido dando “gasolina” en términos demoscópicos a Vox, en palabras de una fuente popular consultada por Artículo14.
En el PP empiezan a hacerse cábalas sobre la estrategia que ha seguido Vox en los últimos meses. Hay encuestas públicas, además, que empiezan a reflejar como el partido de Abascal rentabiliza esta oposición frontal contra Génova. En la dirección del PP aseguran que no han empezado a testar todavía los efectos electorales de esta ofensiva y se preparan para contrarrestar los ataques de Vox.
“Están más centrados en hacer oposición a Feijóo que en echar a Pedro Sánchez”, lamentan en Génova. Dentro del PP existe la convicción de que “el cambio de gobierno no les emociona”, esto es, que prefieren “quitar votos al PP” que trabajar para “cambiar el Gobierno”, según diagnostican.
Una hoja de ruta de Vox que llega después de que el propio Feijóo prometiera durante su Congreso Nacional que no gobernaría con Abascal tras las próximas elecciones generales. Un compromiso asumido por el PP que no gustó en la sede de Bambú y que sigue vigente, según las fuentes consultadas.