Tras la DANA

Maribel Vilaplana rompe su silencio sobre su comida con Mazón: “No era consciente de lo que pasaba”

Maribel Vilaplana ha roto su silencio y desvela que ha necesitado tratamiento psicológico durante estos meses y fue hospitalizada

Maribel Vilaplana, periodista que comió con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, el día de la tragedia que se saldó con 228 muertos, explica todo lo que hizo durante la jornada y que durante la cita con el ‘popular’ no era consciente de lo que estaba ocurriendo. “A los responsables les corresponde dar las explicaciones que yo no puedo dar”, señala.

En una carta abierta y remitida a los medios de comunicación, la periodista lamenta haber sufrido estos diez meses una “presión insoportable”, pues se ha convertido “en una diana utilizada políticamente y alimentada con insinuaciones machistas”, que le llevó a un ingreso hospitalario y actualmente está en tratamiento psicológico por estrés postraumático.

En este contexto, Vilaplana afirma que durante ese encuentro el presidente valenciano comenzó a recibir llamadas, pero que ella siguió “en el restaurante ajena a esas comunicaciones”. “No pregunté, no participé, ni conocí en ningún momento su contenido, y el presidente tampoco me trasladó ninguna inquietud al respecto. Actué, como siempre he hecho, desde la discreción y el respeto que me caracterizan”, asevera, a la vez que afirma que estar allí aquel día “fue una maldita coincidencia y un horrible golpe de mala suerte”.

Según la periodista, esas múltiples llamadas “interrumpieron” la conversación entre ambos y llevaron a que la comida se alargara más de lo necesario, concretamente hasta las 18.30 o 18.45 horas. Tras acudir a casa y darse cuenta de la catástrofe, Vilaplana afirma que se puso en contacto con el president para trasladarle su “angustia” y que le pidió “de forma muy clara” que no saliera su nombre ligado a la situación que se estaba viviendo.

“Una auténtica pesadilla”

“Le expliqué que me parecía profundamente injusto quedar vinculada a un capítulo tan doloroso cuando no había tenido absolutamente nada que ver”, escribe la comunicadora. “Ese fue mi error, porque ese silencio, aunque bienintencionado, alimentó la especulación y, cuando finalmente se supo, desembocó en un acoso brutal”, añade.

A partir de ahí, Vilaplana relata cómo vivió las críticas después de que saliera a la luz su encuentro con Mazón. “Los días posteriores fueron una auténtica pesadilla. Me sentí absolutamente perdida. Entré en un shock que me llevó a un ingreso hospitalario”, comenta. Después de esto y tras ser dada de alta pidió a una persona de su confianza que lanzara un comunicado. “Pero no fue suficiente“, espeta, a la vez que expone que creía que finalmente todo pasaría y se aclararía.

“Presión insoportable”

“Durante estos diez meses he vivido sometida a una presión insoportable. He sido objeto de un acoso constante, de insultos, de burlas y de un escrutinio injusto. Estoy en tratamiento psicológico con un diagnóstico de estrés postraumático”, dice y lanza un órdago apuntando a que si ella no hubiera sido mujer la situación habría sido distinta. “¿Realmente habría pasado lo mismo si en lugar de una mujer hubiera sido un hombre quien se reunió con el presidente?”, se pregunta.

“Enfoque profundamente sexista”

La periodista cree que “ese enfoque profundamente sexista de la situación”, ya que se llegó a decir que mantenía una relación sentimental con Mazón “ha servido como cortina de humo para desviar la atención de lo verdaderamente importante: esclarecer las responsabilidades”. También asegura que “no se puede construir un relato cargado de insinuaciones y morbo” y pide “respeto” para ella, su familia y las víctimas de la DANA. “A ellas es a quienes les debemos sensatez. Les debemos que su dolor no se utilice ni se banalice”, manifiesta. Finalmente, pide que se esclarezcan las responsabilidades.

“Y a los responsables les corresponde dar las explicaciones que yo no puedo dar, porque nunca he ostentado ningún cargo público ni ese día tuve capacidad de decisión alguna”, afirma. “El foco debe estar donde corresponde: en las personas que aquel día tenían responsabilidades y poder de decisión“, remata.

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