Moncloa volverá a trasladar a sus trabajadoras que denuncien internamente tras la crisis por Salazar

En el partido admiten que la gestión ha sido "pésima” aunque también hablan de intentos de ajustar cuentas con Sánchez

Pilar Alegría y Paco Salazar, durante la comida en un céntrico restaurante de Madrid
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El Gobierno intenta pasar página del caso Salazar. Ya se ha cobrado una primera víctima política en La Moncloa, aunque las dos denuncias por supuesto acoso sexual se registraron a través los canales del PSOE. El Ejecutivo intenta acotar el daño y desplazar los focos hasta Ferraz, sin importar que las dos denunciantes situaran las supuestas actuaciones de Francisco Salazar en el escenario de la sede de la Presidencia.

Oficialmente, tanto en Moncloa como en Ferraz venden que han actuado con la mayor celeridad posible para taponar la herida. En privado, dirigentes admiten que la dimensión del daño es tal que difícilmente podrán dejar este capítulo atrás de forma exprés.

Ni siquiera si, como publica Eldiario.es, el medio que forzó al Partido Socialista a desistir de dar carpetazo a las denuncias, la comisión antiacoso cierra en las próximas horas su informe final sobre lo ocurrido. Tampoco acaba de convencer que se ofrezca a las denunciantes apoyo, incluso económico, para llevar este informe a la Fiscalía y escalar el caso. Hay dirigentes que ya han exteriorizado que apuestan por recurrir al Ministerio Público motu proprio, sin esperar a las supuestas víctimas de acoso.

“El feminismo nos da lecciones todos los días, a mí el primero”, reconoció Pedro Sánchez durante la tarde del martes, en un acto conjunto con UGT. “Cuando nosotros recibimos esas lecciones, pedimos perdón y actuamos en consecuencia”, apostilló. Es lo más cerca que ha estado de aludir explícitamente a esta crisis ante cámaras y micrófonos desde la semana pasada, y da cuenta de su voluntad de vender que han superado esta crisis.

Fuentes del Ejecutivo, por lo pronto, señalan que la intención es volver a dirigirse a los trabajadores del complejo presidencial. Trasladarles que los canales de los que disponen son seguros y anónimos, que cualquiera que haya presenciado o escuchado hechos relacionados con estas denuncias tiene la opción de aportar su testimonio. Que tienen un “espacio de seguridad” al que recurrir a futuro, incluso para señalar a posibles cómplices del exalto cargo.

Ya se dirigieron a parte de los trabajadores en julio, aunque de momento no consta ninguna denuncia registrada por estos canales. En Moncloa argumentan que, visto lo publicado sobre las denuncias, todo hace pensar que los hechos habrían tenido lugar antes de la primera salida de Salazar de La Moncloa.

Esto es, en verano 2021, poco después de la gran crisis de Gobierno de la era Sánchez, en la que también prescindió de José Luis Ábalos como ministro de Transportes, o de Iván Redondo como jefe de Gabinete.

Ven comprensible que, al referirse a hechos que tuvieron lugar hace varios años, haya reticencias a la hora de usar estos canales, dificultades para recordar detalles concretos y para afinar testimonios.

Más allá de la versión oficial, el problema que destacan exdirigentes socialistas es que parece difícil que víctimas y testigos puedan sentirse seguros para utilizar estos canales, teniendo en cuenta el enorme poder que ostentaba Salazar.

Paco Salazar
KiloyCuarto

Sin ir más lejos, recuerdan que hace poco más de un mes el veterano político sevillano comió en un céntrico restaurante de Madrid con la propia ministra portavoz, Pilar Alegría. Alegría, que este martes consideró “un error” haber acudido al llamado de Salazar casi cuatro meses después de que se conocieron las denuncias, afirmó que Moncloa es un entorno seguro para sus trabajadoras.

“Se podrán imaginar que después de conocer el contenido de las denuncias, el dolor, la indignación y la traición que puedo sentir yo o todo mi partido es absoluto. Pero ese dolor no es comparable al que pueden sentir las víctimas”, afirmó la ministra portavoz.

Una exdirigente apostilla: el mensaje que transmite la imagen de Alegría comiendo con Salazar tras las denuncias es contrario a la idea de que sea posible denunciar con seguridad; esto es, de “impunidad” para el exalto cargo. Por mucho que en Moncloa defiendan lo contrario.

El cortafuegos: un número dos desconocido para el gran público

Mientras en los territorios han criticado a la secretaria de Organización (Rebeca Torró), o a la número dos del partido y líder andaluza, María Jesús Montero, Sánchez ha optado por el cese del que fuera el número dos de Salazar en La Moncloa para intentar cortar la hemorragia.

Pilar Alegría, durante su intervención en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros este martes, en Moncloa.
EFE/ J.J.Guillén

El Consejo de Ministros de este martes aprobó la destitución de Antonio Hernández, exdirector del departamento de Coordinación Política en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno. El que fuera estrecho colaborador de Salazar había sido señalado en una nueva información periodística como connivente con estas conductas.

Hernández ha negado estas acusaciones, según fuentes de Moncloa. Pero, visto el terremoto generado, el malestar en los territorios y el hecho de que el propio Sánchez ha tenido que asumir “en primera persona” los errores de gestión con esta crisis, Hernández supo que “su situación” no era “sostenible” con estas acusaciones sobre la mesa.

Ajustes de cuentas desde los territorios

Ha sido la primera víctima política del escándalo Salazar, aunque nadie puede descartar que sea la última. Desde los territorios han arremetido estos días contra Ferraz, pero también contra Moncloa. Y en la dirección federal alertan de que hay dirigentes que están aprovechando la marejada para erosionar al líder.

Reconocen que la gestión ha sido “pésima”, aunque esto no impide que interpreten que, desde determinados territorios, se está maniobrando para “amplificar” el desgaste.

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