Políticos que fueron acosados y no se cogieron días de reflexión como Pedro Sánchez

El acoso y los insultos son el pan de cada día para un político. El único que se ha salido de la tangente es Pedro Sánchez con su carta

El escrache a Cristina Cifuentes - Política
Cristina Cifuentes, rodeada de los manifestantes que le hicieron un escrache en Madrid AP

Pedro Sánchez ha dinamitado la escena política española con una sencilla carta a la ciudadanía. En ella, el líder socialista venía a responder con incredulidad e insatisfacción la apertura de diligencias por parte del juez Peinado en el Juzgado Nº 41 de Madrid sobre la denuncia a Begoña Gómez registrada por Manos Limpias a raíz de las informaciones recogidas por El Confidencial y otros medios de comunicación que sitúan a la mujer del presidente en lugares próximos a la corrupción y el tráfico de influencias. Pese a su confianza en la justicia —dicho por el propio Sánchez en el Congreso de los Diputados—, el presidente necesitaba unos días para reflexionar. La dimisión coleará hasta el lunes

Lo cierto es que, pasado el shock inicial, casi nadie ve en esta carta la sinceridad de un hombre agotado por el poder y consumido por la presión social, política, judicial y mediática. Muchos analistas y expertos, incluso políticos de la talla de Carles Puigdemont, han visto en el escrito de Pedro Sánchez una nueva maniobra del líder socialista para seguir extendiendo la fama de su manual de resistencia. Esta vez no le ha salido muy bien de cara a la comunidad internacional, las cosas como son. Sin embargo, al más puro estilo de House of Cards, podríamos estar delante de una estrategia política que venga a repuntar una legislatura que convive desde el día uno con la polémica por la ley de amnistía y no ha sido capaz de aprobar los presupuestos generales.

Decía ayer Rubén Amón en Onda Cero que “no se entiende que a un depredador le moleste tanto la sangre”. “No existe proporción alguna entre las razones de la carta y el amago de dimisión. Aludir a una trama de la justicia con argumentos tan precarios y atribuir su decisión a la presión de la ultraderecha son argumentos insostenibles. Por eso cabe pensar si hay alguna razón más que ignoramos. Si no apelamos a eso, nos cuesta demasiado trabajo desvincular su decisión de su personalidad caprichosa y narcisista”, sentenció el periodista en la tertulia de Más de uno, el programa presentado por Carlos Alsina.

La frase del depredador es la clave de todo esto. ¿Por qué Pedro Sánchez, un hombre que ha hecho de la resistencia su forma de vida política, da tanta importancia a una apertura de diligencias, el estadio más bajo de la investigación judicial? ¿Hay algún motivo detrás de todo esto? ¿Es parte de su estrategia política? Por otro lado, muchos ciudadanos, analistas y políticos asisten con incredulidad a lo que algunos han denominado como “victimización” del presidente. A fin de cuentas, han sido muchas las figuras políticas españolas que han sufrido acosos, insultos, vejaciones e incluso agresiones físicas. Y ninguna de ellas se ha cogido cinco días para reflexiones. Ni ha colocado el foco mediático en eso.

El acoso a Cristina Cifuentes en plena calle

La expresidenta de la Comunidad de Madrid antes de la “era Ayuso”, Cristina Cifuentes, fue una de las víctimas del acoso social y la presión mediática como le ha sucedido a Pedro Sánchez. Sin embargo, ella no se cogió cinco días libres por ello. En 2012, la política del Partido Popular experimentó un altercado perturbador al ser confrontada por manifestantes en la Glorieta de Bilbao, en el centro de Madrid. Este incidente ocurrió mientras regresaba a casa tras realizar unas compras. Los protestantes, que se manifestaban contra los recortes del Gobierno, abordaron a Cifuentes de manera hostil. La llegaron a increpar y escupir. Ante el acoso sostenido, Cifuentes se vio forzada a buscar refugio en un establecimiento etíope cercano para eludir la agresión verbal continua. En 2018, seis años después de aquel suceso y asediada por las campañas de acoso tras la filtración del vídeo en el que se la veía robando en un supermercado, Cifuentes dimitió.

Los escraches en la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero

Siete años después de defender los escraches en un debate televisivo ante Federico Jiménez Losantos, Pablo Iglesias, convertido en vicepresidente del Gobierno de Pedro Sánchez, tuvo que lidiar con ese “jarabe democrático”. La residencia que compartía en 2020 con Irene Montero, la famosa mansión de Galapagar, se convirtió en el escenario de manifestaciones por parte de decenas de protestantes, quienes criticaban la gestión gubernamental de la crisis del coronavirus. Por aquel entonces, Iglesias no fue el único afectado. Otros miembros del gobierno socialista, como el exministro José Luis Ábalos, también fueron abordados de forma violenta en sus domicilios. Ninguno de ellos se cogió días libres para reflexionar.

La agresión a Mariano Rajoy

Políticos que fueron acosados y no se cogieron días de reflexión como Pedro Sánchez

Así quedó el rostro de Mariano Rajoy después del puñetazo recibido

En un sorprendente incidente que tuvo lugar durante un acto electoral en Pontevedra en 2015, el entonces presidente del Gobierno y candidato a la reelección por el Partido Popular, Mariano Rajoy, fue agredido físicamente. El suceso ocurrió aproximadamente a las 18:50 horas, cerca de la iglesia de la Peregrina. En medio del tumulto, un joven se aproximó a Rajoy y, aprovechando la confusión, le propinó un puñetazo en la cara. Las gafas del presidente salieron volando. Los miembros de su escolta reaccionaron de inmediato, sujetando al agresor por el pelo y derribándolo. Posteriormente, fue trasladado por los agentes de seguridad a una agencia inmobiliaria cercana, donde esperaron la llegada de un coche patrulla de la Policía Nacional. Tras el incidente, Rajoy minimizó el ataque, asegurando sentirse bien y agradeciendo las muestras de afecto y solidaridad recibidas. A pesar de la violencia del golpe, que dejó una marca visible y una leve rojez en la sien de Rajoy, el presidente instó a continuar trabajando. Su tuit, frente la actitud de Pedro Sánchez en la actualidad, lo dice todo:

La pedrada a Rocío de Meer, diputada de Vox

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La herida de Rocío de Meer tras el lanzamiento de la piedra

Durante un mitin del líder de Vox, Santiago Abascal, en Sestao, la diputada nacional del mismo partido, Rocío de Meer, sufrió una agresión al ser impactada por una piedra en la ceja izquierda, causándole una herida que empezó a sangrar. El incidente ocurrió en un contexto de alta tensión, marcado por una convocatoria antifascista que coincidía con el evento político. La Ertzaintza, que había desplegado un operativo considerable, tuvo dificultades para controlar la situación. Los manifestantes volcaron contenedores y levantaron barricadas. Los intentos de la policía por despejar la plaza no fueron suficientes inicialmente para evacuar a los miembros de Vox, los asistentes y los periodistas de manera segura. No obstante, tras varios intentos y cargas por parte de los agentes, lograron vaciar la plaza alrededor de las 21:15 horas. “Mi herida es limpia”, aseguró Rocío de Meer dos días después. “No siguió sangrando, y no fui a un ambulatorio porque no lo vi necesario. No soy una pupas. Dije que estaba bien desde el minuto uno”. Cabe preguntarse cómo habría actuado Pedro Sánchez en una situación similar.

Los intentos de asesinato a José María Aznar

La portada de "El Mundo" con el atentado a José María Aznar - Política

Esta fue la portada del diario “El Mundo” cuando ETA trató de asesinar a José María Aznar

José María Aznar, expresidente de España, fue objeto de varios intentos de asesinato por parte de ETA, la organización terrorista vasca. Uno de los más destacados ocurrió en 1995, cuando un coche bomba estalló cerca de su residencia en Madrid. No hubo ninguna víctima. Otro intento ocurrió en 2001, cuando un explosivo fue desactivado cerca de su casa en León. Aznar resultó ileso en ambos incidentes, y no canceló su agenda política ni sus obligaciones como ha hecho recientemente Pedro Sánchez por la apertura de diligencias del caso Begoña Gómez.

Los insultos a Cayetana Álvarez de Toledo

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Cayetana Álvarez de Toledo, la fuera portavoz del PP en el Congreso, fue objeto de un escrache por parte de independentistas en la Plaza Sant Jaume de Barcelona, durante una huelga general en Cataluña que ella tildó de “ilegal” y “golpista”. Un grupo de estibadores la insultó gravemente y le arrojó un líquido no identificado. Posteriormente, un grupo de jóvenes estudiantes continuó el acoso, aunque sin llegar a la agresión física. Pero sí hubo insultos severos y descalificaciones personales. “Fascista”, “argentina”, “perra”, “puta”, “hija de puta” y “zorro”, entre muchos otros improperios que recibió la política popular. Álvarez de Toledo no se cogió días de reflexión como Pedro Sánchez. Siguió ejerciendo su labor.

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