Cristina Álvarez saltó este año al foco mediático tras ser imputada en el caso que investiga un supuesto trato de favor a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la creación de su cátedra en la Universidad Complutense. Hace meses acudió a declarar en los Juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, citada por el juez instructor del caso, Juan Carlos Peinado.
Durante su comparecencia, Cristina Álvarez respondió solo a las preguntas de su abogado. Negó haber realizado gestiones con la Universidad Complutense para beneficiar a Gómez y haber utilizado su cargo como asesora de Moncloa para favorecer a terceros. Su declaración llegó tras varios intentos de la defensa por suspender la citación, que finalmente fue mantenida por el juez. Hoy, con el nuevo giro que ha dado el caso y la solicitud del Supremo de investigar a Bolaños, vuelve a estar en el epicentro de la causa.
Una relación profesional forjada hace décadas
Más allá de su papel actual en el Palacio de La Moncloa, Cristina Álvarez es una figura clave en el entorno personal y profesional de Begoña Gómez desde hace más de dos décadas. Ambas coincidieron por primera vez a finales de los años 90 en la empresa Inmark, una firma dedicada a la captación de fondos para ONG, donde compartieron funciones durante al menos ocho años.
En aquella etapa, Cristina Álvarez ejercía como directora de consultoría en el área de Externalización Comercial. Ya entonces se convirtió en la mano derecha de Begoña Gómez. Su rol era estratégico, lo que facilitó el establecimiento de una relación laboral sólida y duradera que ha perdurado hasta hoy.

Tras su paso por Inmark, los caminos de Cristina Álvarez y Begoña Gómez se separaron brevemente. De 2008 a 2018, la asesora trabajó en el Instituto de Directivos de Empresa (IDE-CESEM). Se trata de una escuela de negocios privada, donde mantuvo vínculos profesionales con Esther Gómez, hermana de Begoña.
El reencuentro entre ambas se produjo con la llegada de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, tras la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy en 2018. Fue entonces cuando Cristina Álvarez se incorporó al equipo de Moncloa, ocupando un puesto como asesora de la esposa del presidente, en calidad de colaboradora directa.
Desde su desembarco en La Moncloa, Cristina Álvarez ha acompañado a Begoña Gómez en sus actividades públicas y privadas, consolidando su rol como figura de confianza dentro del entorno más íntimo del presidente.
Una cercanía que traspasa lo institucional
La relación entre Cristina Álvarez y Begoña Gómez ha ido más allá de lo estrictamente profesional. Durante la sesión de investidura de Pedro Sánchez, celebrada el 15 de noviembre de 2023, ambas fueron vistas compartiendo espacio en la Tribuna de Invitados del Congreso de los Diputados, junto a familiares directos del presidente como su madre, Magdalena Pérez-Castejón, y su hermano David Sánchez, también investigado en distintas causas judiciales.

Esa imagen pública reflejó el estrecho vínculo personal que une a Cristina Álvarez con la familia del presidente, un lazo que, para muchos, explicaría el papel destacado que ha venido desempeñando en los últimos años dentro del núcleo de Moncloa.
El origen del caso y el papel de Cristina Álvarez
La imputación de Cristina Álvarez se produce en el marco de la investigación judicial que analiza posibles irregularidades en la creación de la cátedra de Begoña Gómez en la Universidad Complutense. El juez Peinado investiga si se produjo un uso indebido de recursos públicos o si hubo injerencias políticas en favor de la esposa del presidente del Gobierno.
Según distintas informaciones, Cristina Álvarez habría enviado correos electrónicos vinculados a actividades profesionales de Gómez desde su cuenta institucional en Moncloa. Estos mensajes formarían parte de la línea de investigación que busca determinar si se utilizó de forma inapropiada la estructura del Gobierno para promover iniciativas personales o académicas.