Alberto Núñez Feijóo encuadra el último movimiento de Carles Puigdemont, instando a Pedro Sánchez a que se someta a una cuestión de confianza, en “la búsqueda de encarecer” su apoyo de cara a los Presupuestos Generales del Estado. “Básicamente, le está diciendo que va a sufrir y mucho si quiere el voto afirmativo de sus siete diputados”, traducen en el principal partido de la oposición. Un “punto de inflexión” aunque todavía ven poco margen para que pueda fructificar una moción de censura.
Para la dirección nacional del PP, la maniobra del dirigente fugado no es baladí, toda vez “pone un poco más contra la espada y la pared” al presidente del Ejecutivo. “Es la primera vez que cita la cuestión de confianza”, analizan de puertas para adentro. Aunque, en realidad, Junts no tiene margen en el Congreso de los Diputados para forzarla, según los letrados de la Cámara. Pero la presión pública queda ahí. “Y ya ha dicho que, si no se somete a ella, Puigdemont tomará decisiones”, adujeron las fuentes consultadas.
¿De qué decisiones hablamos? En Génova se resisten a plantear a las claras una moción de censura. “Nosotros nunca nos hemos fiado de Sánchez. No sabemos qué va a hacer Junts y si esto va en serio. Sánchez tiene dos posibilidades, o seguir cediendo al independentismo o poner fin a la legislatura”, afirmó Feijóo en Barcelona, en una declaración en la que no aceptó preguntas de los periodistas.
El PP ya mantuvo contactos directos e indirectos con los grupos parlamentarios para testar la posibilidad de sacar adelante esa moción. Y el resultado de esos contactos fue negativo a sus intereses. Ahora, la mayoría de los cargos consultados por Artículo14 continúa apostando porque la legislatura será larga. Aún más, interpretan estas fuentes que finalmente Sánchez sacará adelante las cuentas públicas, lo que le permitirá alargar su mandato hasta 2027. “Le cueste lo que le cueste”, en palabras de un presidente autonómico.
“El termómetro real de Puigdemont con Sánchez serán los Presupuestos, no una petición de moción de confianza para disimular”, se mostró más escéptico Alejandro Fernández, líder de los populares catalanes. “Yo creo que es un brindis al sol”, se sumó a esta desconfianza el socialista Emiliano García-Page. “Ese tipo de cosas sólo se pueden empezar a considerar si van acompañadas de una condición, qué es lo que haría en caso de que no haya moción de confianza”, añadió el presidente de Castilla-La Mancha, en relación a la moción de censura.
Dicho esto, lo que constatan las fuentes consultadas en el PP es que Puigdemont “no” tiene empacho en dejar en evidencia “la extrema debilidad” del presidente. “Cada vez aprieta más”, y de ahí que haya quienes ven margen -aunque sea pequeño- para tumbarle en el Congreso. “Los intereses de Puigdemont no son los mismos que lo de Sánchez”, avisa un alto cargo popular. Otro barón territorial tampoco cierra la puerta por completo: “Es difícil a corto plazo, pero poner nerviosos a los del PSOE y siempre para el futuro”.
Hay un elemento más a tener en cuenta, en opinión de un sector de la formación. “Mucho cuidado con coquetear demasiado con Junts que Vox está más fuerte que nunca”, según la opinión de un diputado popular. Isabel Díaz Ayuso siempre ha sido de esta tesis, y ha recalcado tanto en público como en privado que “no” se ha de pactar con los independentistas. “Nuestros militantes nunca entenderían pactar nada con Puigdemont”, enfatizan desde el PP de Madrid. Santiago Abascal ya avisó de que solo apoyaría una moción de censura si es para convocar inmediatamente después elecciones generales.