Beatriz Gimeno es escritora, docente y política. Fue diputada por Podemos en la Asamblea de Madrid y responsable del área de Igualdad en la Comunidad en 2015. Durante el mandato de la anterior ministra de Igualdad, Irene Montero, también fue directora del Instituto de las Mujeres.
En mitad de la tormenta por las conversaciones de cargos del partido, el PSOE anuncia que presentará en septiembre su ley de abolición de la prostitución. En primer lugar, ¿qué opina de esos audios, reflejan un problema más profundo de lo que parece?
Reflejan, que en realidad, compartir la prostitución sigue siendo una práctica absolutamente común.
¿Qué opinión le merece el movimiento del PSOE? ¿Cree que hubiesen anunciado el anteproyecto si no llegan a hacerse públicos los audios?
No hubiera presentado esta propuesta porque es una propuesta antigua, lleva mucho tiempo diciendo que la va a presentar, pero bueno, no tiene los apoyos suficientes para salir en este momento. Así que además de que es una propuesta antigua, de nuevo sigue sin tener los apoyos, con lo cual, bueno, creo que presentarla ahora tiene que ver con los audios.
La iniciativa anterior tenía tres folios y no logró apoyos suficientes, ¿qué le pareció esa propuesta? ¿Qué le faltaba?
La verdad no recuerdo la ley que presentaron, pero sí que nos pareció que era muy poco ambiciosa en dos cosas que creo que tienen que ser un puntal, que es efectivamente el apoyo para que las mujeres puedan dejar la prostitución, y también tocar la ley de extranjería, es decir, olvidaba que la mayor parte de las mujeres en prostitución son mujeres que están en una situación irregular y las dejaba un poco desamparadas. Sin tocar la Ley de extranjería no se puede abordar en serio la cuestión de la prostitución de manera justa.
¿Se debe abolir la prostitución? ¿Por qué?
Creo que la prostitución es una institución y ha de ser abordada como una institución social, más allá del problema o más allá de una visión meramente individual, es decir, más allá de fijarnos solamente en ellas, nos tenemos que fijar en ellos, porque el problema fundamental es que sabemos por qué están las mujeres en prostitución, por dinero, por necesidad. Pero el asunto es por qué están ellos y qué efectos tiene en la sociedad en su conjunto que exista la prostitución. Creo que desde luego se debe legislar con la idea de caminar hacia la abolición. La prostitución contamina la igualdad que es algo que siempre se suele olvidar.
Hablamos de instituciones como el matrimonio, la familia, el amor romántico, etcétera y no hablamos de las personas que están en esas instituciones, no preguntamos si hablamos, por ejemplo, del matrimonio o de la familia y tratamos, yo que sé, antropológicamente o teóricamente la institución de la familia no nos preguntamos si la gente que está en las familias les gusta, no les gusta, hablamos de los efectos que tiene la existencia, en este caso la familia, pues lo mismo debería ocurrir con la prostitución que deberíamos relacionarla con la igualdad y los efectos que tiene en la sociedad en su conjunto.
Los efectos son, lo hemos visto, terribles para la igualdad. El problema de la prostitución es que los hombres que la usan, los puteros, son hombres que tienen en muy poca o ninguna consideración a las mujeres. Me sorprende también la capacidad que hay para separar a los puteros de la prostitución.
Hoy me sorprendía la ministra Mónica García, cuyo partido se niega a considerar la abolición de la prostitución, diciendo que era inadmisible cómo hablan estos hombres de las mujeres. Pues a mí me gustaría decirle que cómo espera que hablen los puteros de las mujeres. Es que eso es la prostitución y las que somos abolicionistas estamos en contra de la prostitución porque no queremos que los hombres tengan la opción de hablar así.
La prostitución es una escuela de desigualdad, enseña desigualdad y transmite desigualdad y por tanto perjudica a toda la sociedad, a las mujeres que no tienen relación con la prostitución, pero también a los hombres, a los chicos, a los niños, a los adolescentes que saben que esa opción está ahí para ellos y, por tanto, lo que están aprendiendo con esa posibilidad es hacer desiguales, a tratar a las mujeres de esa manera. Decía Begoña Pernas que la posibilidad de ir de putas es como la posibilidad de descansar de la igualdad, de la necesidad de tratar bien a las mujeres.
¿Debe existir una conversación social previa a esa medida? ¿España está preparada para abolir la prostitución?
No creo que se necesite más conversación social previa a esta medida, llevamos décadas, yo diría siglos, con una conversación social. Si estamos de acuerdo en que tiene que haber igualdad, hay que caminar hacia la abolición. Ya hemos hablado y teorizado mucho y parece que hay acuerdo en que la igualdad es un pilar de la democracia, por lo tanto, la prostitución sobra.
¿Cómo cree que se debe legislar?
No soy una experta en legislación. Opinaré de las diferentes leyes, pero como he dicho, tiene que tener una parte presupuestaria fuerte que permita una salida para las mujeres en prostitución suficiente y digna, y abordar la cuestión de la extranjería.
¿Se debe contar con las mujeres prostituidas para legislar su futuro?
Sí, pero igual que en otras instituciones se debe contar, no quiere decir que tengan que imponer su punto de vista. Obviamente, mientras no lo vean muy claro, su opinión será que no quieren abandonar la prostitución, pero esa opinión no puede ser determinante. Es como si para legislar sobre energías sostenibles, la opinión de los mineros fuera determinante. Se debe tener en cuenta la opinión de los mineros, pero si se decide que las minas contaminan, pues por cuestiones del bien común, se cierran las minas, se buscan alternativas para los mineros, pero su opinión no es determinante. Es un poco parecido, salvando las distancias.
La prostitución contamina, la opinión de las mujeres en prostitución ha de tenerse en cuenta, hay que hablar con ellas, pero su opinión no puede ser determinante en tanto que la prostitución es una cuestión que afecta a la igualdad y por tanto al interés general de todas las mujeres y de toda la sociedad.