Comerse la placenta tras del parto: ¿tiene beneficios o es una moda peligrosa?

Médicos especialistas aseguran que comer la placenta después de dar a luz puede ser perjudicial tanto para la madre como para el bebé

Numerosas famosas han llevado a cabo esta práctica que aunque pueda estar de moda, la realidad es que puede ser muy perjudicial para la salud.

Últimamente no son pocas las famosas que han reconocido haberse comido sus placentas después del parto. Una práctica que se ha convertido en tendencia en estos tiempos, pero que no es tan recomendada por ginecólogos y clínicas médicas. De hecho, algunos especialistas desaconsejan la placentofagia y advierten que pone en riesgo tanto a la madre como al bebé.

Algunos ejemplos de famosas que han llevado a cabo esta práctica recientemente son la cantante Evaluna, esposa de Camilo; Kim Kardashian, Jennifer López o Juana Repetto. Todas ellas han reconocido haber realizado esta práctica tras dar a luz. Sin embargo, no parece ser una práctica de lo más sana para el bebé.

Una práctica de moda pero perjudicial para la salud

Médicos especialistas de Clínica Mayo aseguran que comer la placenta después de dar a luz, lo que se conoce como placentofagia, puede ser perjudicial tanto para la madre como para el bebé.

Según Clínica Mayo, la placenta es un órgano complejo que sustenta al feto en crecimiento durante el embarazo. Proporciona nutrientes y oxígeno y filtra los desechos mediante el cordón umbilical. Es un órgano esencial durante el embarazo, sin embargo, esta práctica que se ha convertido en tendencia no es en absoluto recomendada por los especialistas.

¿Cómo han preparado las celebrities la placenta para poder comerla?

Después del parto, una forma de preparar la placenta para ingerirla es colocarla dentro de una cápsula, que es como una píldora. Para crear la cápsula, se vaporiza y deshidrata la placenta, o bien se la procesa cruda. También se sabe que algunas personas comen la placenta cruda, cocida o en batidos o extractos líquidos.

Sin embargo, estas preparaciones no eliminan por completo las bacterias y virus infecciosos que podría contener la placenta. No hay una manera segura y estandarizada de preparar la placenta para su consumo.

Casos de infecciones provocadas tras ingerir la placenta

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU han advertido acerca del riesgo que supone ingerir cápsulas de placenta. Esa advertencia se basó en el caso de un recién nacido que desarrolló una infección por una bacteria, estreptococo del grupo B, después de que la madre tomara cápsulas de placenta.

Se cree que la madre tenía una infección por estreptococo del grupo B que provenía de la placenta porque las cápsulas dieron positivo en esta bacteria. El bebé se contagió de esta infección, la cual puede causar enfermedades graves y perjudiciales para la salud tanto de la madre como del hijo. 

¿Cuáles son las falsas creencias que tienen las mujeres que se comen la placenta?

Muchas son las falsas creencias que circulan en lo que se refiere a los supuestos beneficios de ingerir cápsulas de placenta. Por ejemplo, algunas personas creen que comer la placenta puede prevenir la depresión posparto; reducir el sangrado después del parto o ayudar a lograr un equilibrio hormonal saludable en el cuerpo.

Así como mejorar el estado de ánimo, la energía y la producción de leche, y proporcionar nutrientes importantes, como el hierro. Sin embargo, no hay pruebas de que comer la placenta tenga beneficios para la salud. De lo que sí consta es de lo perjudicial que puede llegar a ser al contener tantas bacterias. 

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