Con la llegada del verano, la protección solar se convierte en una prioridad para millones de personas. Sin embargo, no todas las cremas solares son igual de seguras. Gloria Alcalá, bioquímica y doctora en Biomedicina, ha lanzado una advertencia clara a través de redes sociales: hay tres cremas solares de Mercadona que conviene evitar por su composición química.
En su análisis, Alcalá no se limita a juzgar la eficacia del filtro solar, sino que se detiene en los ingredientes que pueden suponer un riesgo para la salud a medio y largo plazo. Con un tono irónico pero riguroso, la investigadora explica qué sustancias preocupantes se encuentran en tres de los productos más vendidos del supermercado valenciano.
Crema solar para adultos: el cóctel “aceptable pero no ideal”
La primera en la lista es una crema solar para adultos que, aunque ofrece protección frente a los rayos UV, contiene ingredientes que generan dudas. Alcalá señala la presencia de fenoxietanol y etanol, dos compuestos utilizados habitualmente como conservantes o disolventes.
“Es aceptable, pero no ideal”, comenta la doctora, añadiendo que “como no, el parfum, ese ingrediente misterioso que puede ser cualquier cosa, incluso tu próximo disruptor endocrino favorito”.
El problema del parfum, o fragancia, es su ambigüedad. La ley permite englobar bajo ese término compuestos muy variados, algunos de ellos asociados a alteraciones hormonales, alergias o irritaciones cutáneas.
La crema solar para niños: ¿una protección inocente?
Más preocupante es, según Alcalá, la crema solar infantil. “¿Qué mejor que proteger a tu peque con un poquito de PEG-8?”, se pregunta con sarcasmo. El PEG-8 es un derivado del petróleo usado como emulsionante, pero puede contener impurezas potencialmente cancerígenas si no está bien purificado.
Aunque su presencia no implica un riesgo inmediato, su inclusión en productos para la delicada piel infantil ha generado inquietud en la comunidad científica y entre organizaciones de consumidores.
La crema facial solar: el “apocalipsis cosmético”
La palma se la lleva, según Gloria Alcalá, la crema solar facial, que califica como “la joya de la corona del apocalipsis cosmético”. Entre sus ingredientes se encuentran:
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Octinoxate, un disruptor endocrino conocido,
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BHT, un conservante también vinculado a alteraciones hormonales,
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Y una buena dosis de siliconas tipo CPEX.
“Vaya, un cóctel tan artificial que tu piel podría pensar que está en los años 90, pero sin el crunch”, ironiza la bioquímica.
La experta recuerda que, aunque estos compuestos están legalmente permitidos, acumulaciones prolongadas de disruptores endocrinos pueden tener efectos perjudiciales sobre el sistema hormonal, especialmente en etapas clave como la infancia, adolescencia o embarazo.
¿Qué es un disruptor endocrino y por qué debería preocuparnos?
Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que interfieren con el sistema hormonal del cuerpo humano, imitando, bloqueando o alterando la producción y funcionamiento de las hormonas. Pueden estar presentes en cosméticos, envases, pesticidas o incluso en el agua del grifo.
Numerosos estudios relacionan su exposición crónica con problemas como infertilidad, alteraciones del desarrollo, cánceres hormonodependientes o trastornos metabólicos.
Alternativas y recomendaciones
Gloria Alcalá no se limita a criticar, sino que invita a los consumidores a leer las etiquetas de los productos cosméticos y optar por opciones con filtros físicos o minerales, sin fragancias sintéticas ni derivados del petróleo.“Protegerse del sol es fundamental, pero no a cualquier precio. Elegir bien tu protector solar es también elegir salud a largo plazo”, concluye.
Así, su mensaje no es alarmista, sino educativo: más allá de marcas o precios, lo importante es saber lo que te estás aplicando en la piel.