Crónica negra

“¡Me despisté!”: los ¿descuidos? que terminaron con la vida de sus nietos

Su nieto se ahogó cuando estaba bajo su cuidado. Un año después vuelven a confiar en ella para cuidar a su otro nieto...y también muere. ¿Despiste u homicidio?

Florida es un estado acostumbrado a titulares extraños: cocodrilos en las piscinas, tormentas que arrasan pueblos, crímenes que parecen sacados de una serie. Pero lo que ocurrió en un pequeño pueblo agrícola superó cualquier guion.

La protagonista: Tracey Nix, 67 años. Exdirectora de un colegio. Una mujer que nadie imagina en la sección de sucesos. Sin embargo, detrás de esa fachada tranquila se escondía una historia de descuidos mortales.

Un día como cualquiera…hasta que no lo fue

El 1 de noviembre de 2022 Tracey había quedado para almorzar con unas amigas. Se llevó a su nieta Uriel, de 7 meses. Terminada la comida, condujo de regreso a su casa. En el asiento trasero, bien sujeta en la sillita, viajaba la niña.

Tracey aparcó, entró en la casa y se sentó al piano. Pasó el tiempo. El reloj marcó las dos, luego las tres. Afuera el termómetro alcanzaba los 32 grados.

A las 5 de la tarde Tracey salió de casa a pasear al perro y al pasar por el coche se dio cuenta. La chiquilla estaba dentro. Abrió la puerta con desesperación. El calor en el interior del vehículo era infernal. Pero la niña ya no respiraba.

“Parecía dormida. Pero no lo estaba. Lo supe al instante” dijo más tarde un familiar. De inmediato llamaron a la ambulancia pero nada pudieron hacer por revivirla. El padre se personó en el lugar y era dramático ver cómo él mismo continuaba con las maniobras cardiopulmonares, por más que los médicos le decían que no había nada que hacer.

Una tragedia anterior

El caso estremeció a la sociedad no solo por la brutalidad del olvido, sino por lo que había ocurrido antes. No era la primera vez que un nieto de Tracey moría bajo su cuidado.

Apenas un año antes, el hermano de Uriel, Ezra -con solo 16 meses – se había ahogado en un estanque cercano a la casa mientras ella dormía en el sofá. Entonces se habló de un accidente. No hubo cargos.

Pero con la muerte de Uriel, la historia se volvió insoportable. “Dos muertes. ¿Qué padres pueden aceptar algo así?” murmuraba una vecina que conocía a la familia de toda la vida.

El padre con sus dos hijos fallecidos.

Durante la investigación, Tracey insistió en que había sido un olvido. Explicó que se despistó: el perro, el piano, las pequeñas distracciones de un día cualquiera.

No quise hacerle daño… simplemente olvidé que estaba en el coche” repitió con voz quebrada.

Para la fiscalía aquellas palabras sonaban huecas. ¿Cómo explicar que dos nietos hubieran muerto bajo su cuidado, en cuestión de un año, siempre a causa de un descuido?

La sala donde se celebró el juicio estaba cargada de tensión. Los padres de Uriel, Kaila y Drew, se enfrentaban a una mujer que era la abuela de sus hijos y la responsable de sus muertes.

Tras varias semanas de testimonios, se dictó su veredicto: no culpable de homicidio intencionado, pero sí culpable de dejar a un menor desatendido en un vehículo, con resultado de muerte. Cinco años de prisión.

Tracey, la abuela, declarando en el juicio.

Kaila rompió el silencio con un mensaje a su madre: “Todavía te quiero. Pero tengo que elegir. Debes ir a prisión”.

El juez fue implacable: “Esto no es un incidente aislado. No veo en usted remordimiento. Lo que veo es pesar. Y no es lo mismo.”

Algunos creen que fue víctima de una memoria traicionera, otros una negligencia imperdonable. Y no son pocos los que piensan que esta abuela mató a sus nietos intencionadamente. Nunca se sabrá la verdad.

TAGS DE ESTA NOTICIA