De norte a sur: España arde otro verano

El fuego en Tres Cantos (Madrid) está perimetrado pero sigue activo. Los medios de extinción trabajan contras las llamas en León, Zamora, Palencia, Orense, Toledo y Cádiz

España sufre una ola de incendios a lo largo y ancho de toda su geografía que ha provocado miles de desalojos. Los medios terrestres y aéreos de extinción, compuestos por más de 5.000 efectivos, se reparten en Tres Cantos (Madrid) y en las provincias de León, Zamora, Palencia, Orense, Toledo y Cádiz en un combate contra las llamas sin descanso que este martes deja como mejor noticia todos ellos están prácticamente perimetrados pero no sofocados.

Las autoridades llaman a la máxima preocupación porque los fuegos siguen activos, mientras el Gobierno continúa aumentando la dotación de efectivos por todas las comunidades afectadas. En paralelo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no descarta pedir ayuda a la UE ante la ola de incendios.

Fuegos como el que afecta a la provincia de León dejan daños irreparables en una zona que estaba llamada a ser Patrimonio de la Humanidad. A golpe de agua los romanos crearon la mina a cielo abierto más grande de su Imperio. Canales de más de 100 kilómetros de longitud, embalses y otros sistemas de ingeniería que les ayudaban a extraer el oro. Gracias al sistema “ruina montium” salieron de allí más de 800.000 kilos.

Alrededor de 18 siglos después de que el oro se acabara, el paisaje de Las Médulas era, hasta hace un par de días, un tesoro oculto en el corazón de la comarca del Bierzo (León). Pueblos de piedra y pizarra, castaños  y robles centenarios y los restos de una mina que se mezclaban y que justificaban la decisión de convertirlo en Patrimonio de la Humanidad que tomó la UNESCO en 1997.

Pero a golpe de fuego, esto ha cambiado. Desde el mirador de Orellán hoy no se mezclan el color rojizo de la tierra y el verde de la vegetación. Hoy, lo que se intuye a través del humo, es el negro de las plantas quemadas. Una imagen que no pocos lloran. En la red social X, muchos hablan de la comarca olvidada. Aunque en esto del fuego, hay olvido para casi todos.

Apagar los fuegos en invierno

“Ahora mismo estoy regando. Conviene tenerlo remojado, aunque no parece que vaya a arder esto. Pero claro, estamos pendientes. Está también Protección Civil por aquí…”. Quien habla es Andrés Arias y lo hace desde Villaverde de los Cestos, también en El Bierzo, pero a casi una hora de Las Médulas. Otro de los fuegos empezó justo enfrente de su casa. “A 40 o 50 metros”, concreta.

Pero la carretera y el viento hicieron que hoy, esta siga intacta. “Los medios vinieron muy rápido porque es una explanada entre dos zonas muy pobladas. En quince minutos ya había un helicóptero y dos aviones”, nos cuenta mientras nos explica que el viento se fue llevando las llamas hacia el oeste. “Ahí hay varios almacenes agrícolas que están abrasados”, nos cuenta preocupado.

El campo está muy descuidado. Las tierras están sin labrar, la gente ya no vive aquí… En El Bierzo se acabó la minería y la gente ahora  vive en Madrid y Barcelona. Vienen  una vez al año, por las fiestas y ya. Faltan normas:  del Ayuntamiento, la Junta, o de quien pueda hacerlo”, mientras sigue a los suyo. “Esta mañana no ha habido rebrotes ni nada, pero como tengo riego, pues…”. E insiste: “El campo este año ha estado como ningún año. Lo que dicen de apagar los incendios en invierno no se hace. Habría que establecer normas para que la gente se responsabilice”.

A 345 kilómetros de allí, el subjefe de la Agrupación Civil de Navaluenga, en Ávila, incide sobre esta idea. “Sin ninguna duda: los incendios se apagan en invierno que es cuando hay que hacer prevención y es cuando hay que atacar el campo para que esté limpio para el momento de verano. En todas las zonas rurales estamos teniendo un problema con el abandono del campo y para los efectivos, uno de los grandes problemas que está habiendo es que nos estamos quedando sin acceso”.

Un daño brutal

En resumen: el campo está tan mal mantenido que los caminos a veces son intransitables. “No entramos ni siquiera con los camiones, con las autobombas a la hora de ir a la extinción de un fuego. Ya no es solo que el incendio avance más por la falta de pastoreo; es que una vez que se origina el incendio no podemos ni llegar. Hay que hacerlo a pie o con medios aéreos. Los medios terrestres lo tenemos cada vez más difícil”. Jesús nos atiende haciendo un esfuerzo. Él, en sus 30 años de vida, ha conocido ya muchos incendios (algunos muy graves), tanto en su pueblo como en los alrededores, pero reconoce que 2025 está siendo especialmente duro.”

Hemos estado en San Bartolomé de Pinares este fin de semana y ahora están los compañeros en Burgohondo, que hay otro incendio…“. En su voz hay cansancio. Cuando se lo hacemos notar, no lo niega: ”Este año hemos tenido, te diría que de los peores veranos… Hemos tenido aquí, en Navaluenga, un incendio de unas mil y pico hectáreas. Hubo que proteger viviendas, naves, negocios… A mi familia concretamente se le han quemado varias fincas. Este verano en Ávila está siendo brutal. Está haciendo un daño brutal. Hemos tenido varios incendios grandes y lo que nos queda. Que todavía nos queda todo agosto y casi, casi, parte de septiembre. Como no cambie la cosa…”

“Los incendios se apagan en invierno”, nos repiten mientras el fuego da fe de que, un año más, de norte a sur, la prevención ha fallado.