Durante décadas, las Fuerzas Armadas españolas han vivido en una relación compleja con la sociedad civil, marcada por el silencio, la distancia y una comunicación limitada. Sin embargo, en un contexto internacional cada vez más inestable, el Ministerio de Defensa ha identificado un factor decisivo que va más allá del armamento, la tecnología o el presupuesto: la comunicación estratégica como pilar de la llamada Cultura de Defensa.
Lejos de ser un asunto menor, la forma en la que las Fuerzas Armadas explican qué hacen, por qué lo hacen y a quién sirven se ha convertido en un elemento esencial para reforzar su legitimidad social. Defensa es consciente de que ya no basta con actuar. También es necesario contar, explicar y acercar esa realidad a una ciudadanía que, en gran parte, desconoce el papel real de sus ejércitos.
Comunicación y Fuerzas Armadas: del silencio a la visibilidad
Durante muchos años, el acceso de los medios a la actividad de las Fuerzas Armadas estuvo rodeado de trámites complejos y restricciones que dificultaban una relación fluida. Esa cultura del control, heredada de otros tiempos, generó una imagen distante y poco comprensible para la sociedad.
Hoy, esa mentalidad empieza a cambiar. Defensa ha asumido que “el silencio no es rentable” y que la imagen pública de las Fuerzas Armadas influye directamente en su capacidad de generar confianza, apoyo y comprensión social. Informar con claridad, transparencia y lenguaje accesible se ha convertido en una necesidad estratégica, no solo en una cuestión de reputación.

Uno de los grandes desafíos sigue siendo la Cultura de Defensa. Amplios sectores de la población rechazan la guerra y cuestionan la existencia de los ejércitos, a menudo por desconocimiento o desinformación. Sin embargo, el escenario global actual demuestra que la presencia de las Fuerzas Armadas no responde a una voluntad belicista, sino a la defensa de valores democráticos, libertades individuales y derechos fundamentales.
Transmitir esta realidad es clave. Las Fuerzas Armadas participan en misiones internacionales, operaciones de disuasión y tareas de vigilancia que buscan preservar la estabilidad y evitar conflictos mayores. Explicar ese papel con honestidad y rigor es parte esencial de su futuro.
Las Fuerzas Armadas en emergencias: la imagen que conecta
Si hay algo que ha acercado a las Fuerzas Armadas a la ciudadanía en los últimos años ha sido su intervención en emergencias y catástrofes. Desde erupciones volcánicas e incendios forestales hasta inundaciones o crisis sanitarias, la actuación de unidades militares ha sido decisiva y visible.
Estos episodios han demostrado que las Fuerzas Armadas no solo operan en escenarios lejanos, sino que están presentes cuando la sociedad más las necesita. Esa imagen de utilidad, sacrificio y profesionalidad ha tenido un impacto directo en la percepción pública y ha reforzado la necesidad de comunicar mejor ese trabajo.

En esa línea se inscribe la creación de iniciativas como la llamada “Marca Ejército”, concebida para proyectar una imagen moderna, cercana y coherente de las Fuerzas Armadas. A través de embajadores repartidos por todo el territorio, esta estrategia busca conectar con distintos públicos y explicar la realidad militar desde dentro.
Además, la aprobación de la Directiva de Comunicación Estratégica del Ministerio de Defensa supuso un paso formal para ordenar y coordinar los mensajes institucionales. El documento establece objetivos, funciones y estructuras para que la comunicación de las Fuerzas Armadas sea integral y eficaz. Aunque su éxito depende de los recursos y la voluntad real de aplicarlo.
Invertir en comunicación es invertir en futuro
El gran elemento sorpresa para el futuro de las Fuerzas Armadas no está solo en los planes de modernización, sino en apostar decididamente por Oficinas de Comunicación mejor dotadas, con profesionales especializados, medios técnicos actuales y capacidad real de respuesta. La coordinación entre ejércitos y con el Ministerio de Defensa resulta clave para ofrecer mensajes claros y coherentes.
Pero, sobre todo, Defensa empieza a entender que los mejores portavoces de las Fuerzas Armadas son quienes las integran. Oficiales, suboficiales y soldados jóvenes, formados y comprometidos. Darles voz, con los riesgos que eso implica, puede aportar frescura, credibilidad y cercanía.

En un mundo donde la percepción es tan importante como la acción, las Fuerzas Armadas afrontan un reto decisivo: salir del silencio, explicar su razón de ser y reforzar el vínculo con la sociedad. En ese camino, la comunicación ya no es un complemento, sino una herramienta estratégica para garantizar su futuro.


