Crónica negra

Engañó a su exmujer con una reconciliación en un crucero, pero su plan era matarla y cobrar la herencia

Micki era una mujer que trabajaba como secretaria en un despacho de abogados de California. Allí había conocido a Lonnie, que era abogado. Estuvieron muchos años casados, hasta que se divorciaron en 2003. A pesar de la separación seguían manteniendo...

Micki era una mujer que trabajaba como secretaria en un despacho de abogados de California. Allí había conocido a Lonnie, que era abogado. Estuvieron muchos años casados, hasta que se divorciaron en 2003. A pesar de la separación seguían manteniendo una magnífica relación.

Tanto es así que Lonnie invitó a su exmujer a un crucero por el Mediterráneo: el barco salía desde España y hacía paradas en lugares como Messina y Nápoles.

“Micki estaba emocionada. Pensaba que Lonnie quería arreglar las cosas, que volvían a empezar” comentó una amiga de la pareja.

El 21 de mayo de 2006, la pareja voló de California a Barcelona y subió al crucero. Cuatro días después pasaron la jornada en Sicilia y volvieron al barco por la tarde.

Micky y Lonnie, en la fotografía tomado cuando embarcaron en el crucero

A las 6 de la mañana del día siguiente Lonnie reportó la desaparición de Micki. Dijo que se despertó de madrugada y su exmujer no estaba. Pensó que quizás se había mareado y había salido a tomar aire.

La tripulación revisó pasillos, áreas comunes y camarotes. El barco alertó a la guardia costera italiana y empezó la búsqueda en el mar.

“Estaba extrañamente tranquilo para alguien cuya esposa acababa de desaparecer en medio del océano” señaló un miembro de la tripulación.

Una autopsia reveladora

Un día y medio después, un barco vio el cuerpo de Micki flotando. Lonnie regresó a Estados Unidos dejando atrás la investigación en Italia. Las autoridades estadounidenses sospecharon de su rápido regreso.

La explicación de que Mickie se habría podido caer del barco valía para un primer informe. Pero la autopsia lo cambió todo.

Cuando una persona viva cae al agua y se ahoga, el instinto de supervivencia obliga a inhalar. Esto llena los pulmones de agua. Los de Mickie no tenían líquido. No respiró ni una sola vez bajo el agua. Entró al mar como un cadáver.

Además tenía el hioides fracturado. Se trata de un pequeño hueso en forma de herradura, en la garganta, y que es difícil de romper. Su fractura es la firma clásica del estrangulamiento manual.

El forense afirmó que si la caída es lo que hubiera causado la fractura del cuello, el resto del cuerpo habría mostrado traumas concordantes, como costillas rotas. Incluso órganos estallados por la caída de una gran altura. Pero el cuerpo de Micki estaba intacto. Excepto por su cuello.

El rastro del dinero

Si la autopsia reveló el “cómo”, el rastro financiero probó el “por qué”. El FBI encontró un calendario de premeditación.

Al ser Lonnie abogado, sabía la importancia de dejar todo bien atado. A pesar de haberse divorciado, convenció a Micki para que él siguiera figurando como beneficiario principal en el testamento. Además, poco antes del crucero, hizo que su exmujer añadiera una importante cláusula: que el “cónyuge superviviente” pudiera hacer transferencias de activos.

La investigación mostró que el “viudo” comenzó a mover fondos inmediatamente después de matarla, incluso antes de que el barco regresara a puerto. Transfirió 1 millón de dólares de la cuenta de ella a la de él. También inició los trámites para vender la casa de Micki.

Micki, poco antes de su asesinato

“No esperó a que el cuerpo se enfriara. Mientras la policía italiana buscaba a su esposa, él estaba en su ordenador portátil, moviendo el dinero de una cuenta a otra” dijo el fiscal en el juicio.

A pesar de la evidencia forense, el caso se enfrió. La jurisdicción era una pesadilla: un crimen en aguas internacionales, investigado por italianos, con sospechoso estadounidense. No fue hasta 2013 cuando la pieza final del rompecabezas cayó: su nueva esposa, Amy, se volvió contra él.

Declaró que antes del viaje le contó que quería matar a Micki. “Me dijo que era la única manera de que pudiéramos estar juntos y tener seguridad financiera”.

Mientras esperaba el juicio Lonnie intentó orquestar otroasesinato. Esta vez, el objetivo era Amy. Sabía que sin su testimonio el caso se debilitaría.

Pagó a su compañero de celda para que la asesinara. “Haz que parezca un suicidio o un accidente” eran sus instrucciones. Afortunadamente, los presos alertaron a las autoridades.

El arresto

En 2013, casi siete años después de la muerte de Micki, Lonnie fue detenido.

Lonnie en el momento de su detención. Habían pasado 7 años.

El fiscal dijo que “pensó que había planeado el crimen perfecto pero cometió un error fatal: la mató antes de tirarla por la borda. Ese fallo hizo que el cuerpo flotara y la autopsia demostrara que había sido estrangulada”.

El juez condenó a Lonnie, de 62 años, a cadena perpetua. La sentencia dijo lo que Mickie ya no podía decir. Que no se cayó: la tiraron. Y que la mataron por dinero.

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