¿Qué santo se celebra hoy domingo 28 de diciembre? la importancia de proteger la vida, defender la justicia y valorar la pureza del corazón humano.

Celebrar a los Santos Inocentes en pleno Adviento navideño conecta la alegría del nacimiento de Cristo con la responsabilidad de vivir la fe de manera activa

Santos Inocentes.

El domingo 28 de diciembre, en pleno corazón de la octava de Navidad, la Iglesia católica recuerda a los Santos Inocentes, los primeros mártires de la fe cristiana. Esta conmemoración nos invita a reflexionar sobre la inocencia, la fidelidad y la protección de la vida, valores que cobran especial relevancia tras la celebración del nacimiento de Jesús. A diferencia de otras festividades que giran en torno a un santo específico, hoy la atención se centra en un grupo de niños que, según la tradición, dieron testimonio de manera silenciosa y heroica.

¿Quiénes fueron los Santos Inocentes?

Los Santos Inocentes son los niños de Belén que, según el Evangelio de Mateo, fueron asesinados por orden del rey Herodes, en su intento por eliminar al recién nacido Jesús. Aunque su historia es breve y trágica, su memoria se ha mantenido viva durante siglos, convirtiéndolos en símbolo de la pureza, la inocencia y la fidelidad a Dios.

Su muerte temprana y su vínculo directo con el nacimiento de Jesús los convierte en un recordatorio de que, desde sus comienzos, la historia del cristianismo estuvo marcada por la luz y, al mismo tiempo, por la persecución. Celebrar su memoria el 28 de diciembre es reconocer que la santidad no siempre se manifiesta en hazañas visibles o largos años de vida, sino incluso en la inocencia y la entrega absoluta.

Un ejemplo de fidelidad silenciosa

A diferencia de otros santos cuyos actos se conocen a través de sus palabras o milagros, los Santos Inocentes ofrecen un testimonio silencioso, pero poderoso. Su recuerdo nos recuerda que la santidad puede encontrarse en la pureza del corazón y en la aceptación de la voluntad de Dios, incluso frente a la injusticia y el sufrimiento.

La Iglesia propone hoy una reflexión sobre la protección de los más vulnerables, especialmente los niños, y sobre la responsabilidad de la sociedad de garantizar que su inocencia y dignidad sean respetadas. En este sentido, el santoral de hoy no solo es una conmemoración histórica, sino también un llamado ético y espiritual.

La celebración litúrgica

En la liturgia, el 28 de diciembre se celebra con oraciones, lecturas y misas que recuerdan tanto la alegría del nacimiento de Jesús como el sacrificio de los primeros mártires. Es un día en el que los fieles son invitados a unir la celebración con la reflexión, integrando el gozo de la Navidad con la conciencia de que la vida y la inocencia requieren cuidado y respeto.

Muchas comunidades celebran esta fecha con ritos especiales que incluyen la bendición de los niños y la oración por los más vulnerables, reforzando la conexión entre la memoria de los Santos Inocentes y la práctica de la solidaridad en la vida cotidiana.

El significado actual del día

Más allá del contexto religioso, la festividad del 28 de diciembre ofrece un mensaje universal: la importancia de proteger la vida, defender la justicia y valorar la pureza del corazón humano. Los Santos Inocentes nos recuerdan que la verdadera grandeza no siempre se mide por la fuerza, la edad o la fama, sino por la integridad, la inocencia y la coherencia con los valores de justicia y amor.

Celebrar a los Santos Inocentes en pleno Adviento navideño conecta la alegría del nacimiento de Cristo con la responsabilidad de vivir la fe de manera activa, cuidando a los más débiles y transmitiendo esperanza y compasión en un mundo que a menudo es injusto o violento.

Un día de reflexión y esperanza

El domingo 28 de diciembre invita a la introspección y a la acción. La memoria de los Santos Inocentes es una llamada a valorar la vida en todas sus etapas, a practicar la solidaridad y a vivir la Navidad con un espíritu que va más allá de los regalos y las celebraciones externas.

Su testimonio silencioso se convierte en un recordatorio de que la fe y la santidad se pueden expresar en gestos cotidianos de protección, amor y defensa del vulnerable. Así, este domingo no solo continúa la alegría de la Navidad, sino que también nos recuerda la responsabilidad de vivir con valentía, inocencia y coherencia con nuestros valores.

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