Empezó a ser una pregunta recurrente: “¿Tú también sales?”. Una imponente red de mujeres de toda Italia, de diversas profesiones y orígenes, conocidas o anónimas, que comenzaban a cuestionarse si ellas también eran víctimas de Phica.net, una página de contenido para adultos que llevaba abierta desde 2005 con 800.000 inscritos. Allí los usuarios se dedicaban a comentar sus fotos robadas sin consentimiento, muchas veces de las redes sociales, pero también intervenciones televisivas o otros vídeos, de manera explícitamente sexual, humillante y violenta. Llegando también a modificarlas a su antojo. Contenido que se usaba en una plataforma que obtenía un lucro económico de la violencia verbal que muchas italianas habían sufrido sin siquiera saberlo durante años.
Así lo supo Alessia Morani, abogada y ex diputada del Partido Democratico. “Me enteré porque me lo dijo una amiga del partido. Nunca se me había pasado por la cabeza que pudiese existir una página así. Ahí comenzamos a construir una red de ayuda entre nosotras”, explica para Artículo14. En su caso ha puesto en marcha una investigación por parte de expertos en la dark web para, en los próximos días, realizar una denuncia a la Policía perfectamente articulada con contenido sobre su persona subido también a otras plataformas similares a Phica. “Esto es solo la punta del iceberg, somos tantas mujeres, tantas víctimas que hemos terminado dentro de esta película de terror”, añade.
Movilización en internet
Muchas otras lo descubrieron tras ver un vídeo en las redes sociales, concretamente en Instagram, de otras víctimas. Fue el caso de Nadia Tempest, creadora de contenido con 268.000 seguidores en Instagram. “Animo a todas las mujeres a denunciar, es mucho más fácil de lo que creen. Yo recogí todo el contenido que encontré poniendo en Google mi nombre y Phica. Llevé todos los pantallazos que demostraban el uso violento y sexualizado de mis fotos”, explica para Artículo 14. “Aún no puedo creer que alguien tenga tan poca empatía, que tantas personas tengan tan poca empatía”, añade desconcertada.
La eurodiputada del Partido Democratico Alessandra Moretti también ha denunciado públicamente con un vídeo en las redes sociales ser víctima de Phica. “Desde hace años trabajo para que haya una ley europea que penalice a los administradores de este tipo de webs, mucho más difusas de lo que pensamos y también a los individuos que vomitan todo tipo de ofensas y degrado incitando a la violación”, explica para este periódico. “Este caso ejemplifica de manera muy clara que la violencia contra las mujeres es trasversal, nos toca a todas, da igual de donde vengas o qué hagas o de que partido político seas. A todas nos ven como objetos o como merce”, añade.
De hecho, han sido muchas actrices, influencers o políticas las que han denunciado ser víctimas. También la primera ministra italiana Giorgia Meloni cuyas imágenes sexualizadas se encontraban también en la plataforma. Al Corriere della Sera la líder del Gobierno ha dicho “es desalentador ver que en el 2025 aún hay quienes consideran normal y legítimo pisotear la dignidad de una mujer y convertirla en objeto de insultos sexistas y vulgares”. La líder ha apuntado además “a la sociedad del click” detrás del caso que ha adquirido ya relevancia internacional.

Además de las denuncias de muchas mujeres, también anónimas, en las redes sociales, se ha añadido un llamamiento de varias periodistas del principal informativo televisivo de la RAI 1 que se encontraban entre las víctimas. En un vídeo emitido en el principal canal de la radiotelevisión pública italiana y también difundido en las redes sociales Laura Chimenti, Maria Soave, Valentina Bisti y Giorgia Cardinaletti definen lo ocurrido como “sufrir una violación y como si nos privasen de dignidad” y animan a todas las mujeres a denunciar “porque no están solas” y “porque hace falta desmontar esta lógica diabólica”. Las periodistas han preferido no realizar declaraciones para este artículo a la espera aún de realizar una denuncia a la Policía.
Centenares de denuncias
Phica ha sido destapado en Italia y cerrado por decisión de los propios administradores tras centenares de testimonios públicos y denuncias a la policía como la de Anna Madaro, a la comisaría de Táranto, en la región del sur de la Puglia. La actriz y creadora de contenido fue la primera que públicamente alertó de lo que estaba ocurriendo, descubriendo que sus fotos habían sido robadas para ser usadas en esta web erótica. Desde ese momento hemos visto una lluvia de denuncias públicas de centenares de víctimas de toda Italia y una red de mujeres que, a través de las redes sociales pero, también en persona, intentaban avisar a amigas y conocidas de que ellas también habían sido abusadas digitalmente. La policía trabaja ya para identificar quién está detrás de esta plataforma pero, también, de otras de este tipo.
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Estamos ante el mismo problema que había destapado ya el grupo “Mi mujer” en Facebook solo unos días antes donde novios y maridos subían sin consentimiento fotos de sus parejas para comentarlas de manera depravada con otros hombres. Aunque el fenómeno es muy similar, la resolución ha sido diferente. La página de Facebook con 32.000 hombres inscritos era más fácil de cerrar porque, ante la violación de las reglas de la red social y las denuncias, la administración de Meta debía obligatoriamente reaccionar. De hecho, así ha sido con su clausura. Pero, en el caso de “Phica.net”, no ha sido tan fácil. Solo después de las numerosas denuncias públicas de centenares de mujeres la página web, que se lucraba desde 2005 con este tipo de contenido, se ha visto obligada a cerrar. Una decisión tomada, presumiblemente, ante las evidentes incoherencias con sus reglas de uso. Pero cerrar por la fuerza una página web no es nada fácil y eso implica una difícil lucha contra páginas similares, apuntan expertos en la prensa italiana.
Las justificaciones de los administradores de Phica se han centrado en echar balones fuera. “No hemos sido capaces de bloquear todos los comportamientos tóxicos y por eso hemos decidido cerrar y eliminar de manera definitiva todos los errores”. Muchas mujeres han declarado durante estos días que ya en el pasado habían informado a la plataforma de contenidos sobre ellas que estaban siendo usados sin consentimiento, pero, señalan, nunca obtuvieron una respuesta positiva sobre su eliminación. De hecho, algunos hombres que formaban parte como usuarios intentaron pedir dinero a las víctimas para eliminar el contenido, según ha informado el Corriere della Sera. Un círculo vicioso que ha caído solo a través de las denuncias públicas de muchas mujeres como las que han decidido participar en este artículo.
¿Qué delitos están en juego?
Difundir fotos explícitas sin permiso de una persona está penado en Italia en el artículo 612 del Código Penal con 1 a 6 años de cárcel y con multas de hasta 15.000 euros. Si, por otro lado, una foto es robada de las redes sociales sin permiso, como ha ocurrido de manera sistemática en Phiga, podría producirse una violación del derecho de imagen reflejada en artículo 10 del Código Civil. Además, si la foto de una víctima se usa para ofenderla el delito sería de difamación agravada, artículo 595 del Código civil con reclusión de 6 meses a 3 años y con el pago de una indemnización a la persona dañada. Por otro lado, si la foto desvela tu identidad o rostro podría incurrir también en un tratamiento ilícito de datos personales o si las imágenes son modificadas con una intención de sexualizar el contenido se caería también en un delito de deepfake. Los expertos explican que normalmente una sola publicación podría incurrir ya en varios de los delitos elencados.