Me fascinan sus personajes, pero creo que ella me fascina más aún, porque conserva ese halo de misterio tan atractivo que tenían las viajeras intrépidas del siglo XIX, pero en versión española del siglo XXI y con mucho sentido del humor. Cristina Morató es una mujer de gran talante, de colosal curiosidad –la lleva consigo, innata, como buena periodista–, y tiene la valentía de las míticas viajeras aventureras. Es para mí, si ella me lo permite, una Agatha Christie de no ficción.
Es escritora, periodista, fotógrafa y una gran viajera e investigadora española. Muy reconocida por sus libros que exploran la vida de mujeres viajeras y pioneras que vivieron desafiando los límites de su época. Lleva más de veinte años recorriendo el mundo con su cámara fotográfica, y ha visitado más de cuarenta países realizando extensos reportajes culturales y antropológicos. Es Miembro Fundador de la Sociedad Geográfica Española y pertenece a la legendaria y prestigiosa Royal Geographic Society de Londres.
En el 2000 decidió dejar definitivamente la dirección de programas de televisión para viajar y escribir libros sobre las grandes exploradoras del pasado olvidadas por la Historia y hasta el momento ha publicado, con gran éxito de crítica y lectores, los siguientes títulos: Viajeras intrépidas y aventureras (2001), Las reinas de África (2003), Las damas de Oriente (2006), Cautiva en Arabia (2009), y Divas rebeldes (2010), donde arroja luz sobre mujeres fascinantes de los siglos XIX y XX y grandes divas del siglo XX como Jackie Kennedy, Eva Perón o Maria Callas. Y después vendrán Divina Lola(2017) y Diosas de Hollywood (2019), donde Cristina relata la biografía tras las cámaras de Elizabeth Taylor, Rita Hayworth, Grace Kelly y Ava Gardner.

Llega a nuestro encuentro de la Ciudad de las Damas sin conocernos, saludando, muy amable, muy correcta, muy observadora. De facha imponente, elegante, simpatiquísima. Y nos sorprende a todas con un delicioso sentido del humor, fresco, divertido, muy inteligente. El club de lectura acaba de terminar de leer su último libro, Reinas de Leyenda, y estamos deseando conocer a su escritora, Cristina Morató, saber más de esas reinas desdichadas, conocerla más a ella como autora y como persona, porque si hay una escritora que reivindique el papel de la mujer en la historia esa es ella.
Emociona ver cómo saca a la luz las historias de las que fueron grandes mujeres, cómo reescribe la historia incorporando una visión mucho más completa, más real y justa – sin tantos juicios y prejuicios – a aquellas mujeres que, aunque fueron brillantes, inspiradoras y poderosas siempre vivieron o casi siempre vivieron en un segundo plano, injustamente tratadas a pesar de su valía.

¿De dónde nace esta vocación por investigar y escribir sobre grandes mujeres de la historia? Porque es innegable que la historia no estaba completa y la que fue contada casi siempre con los ojos de historiadores hombres, ¿era necesario reescribir la historia desde una perspectiva femenina?
Cristina Morató: Yo soy escritora tardía porque empecé a escribir con 38, 40 años. Siempre he trabajado como periodista, en televisión. Estaba dirigiendo un programa de televisión en Telecinco y a buena hora una editora me contacta y me dice; Cristina, tú has viajado mucho, vamos a sacar una colección de libros de mujeres donde cada una de ellas va a hablar de un campo determinado, nos gustaría que nos hicieras un ensayo sobre viajes. Era una época donde no había Google, ni redes sociales, y el acceso a la información era mucho más limitado. No podías buscar en Google “grandes viajeras de la historia”. Entonces, me fui a la biblioteca nacional, me hice el carnet de investigadora y me puse a investigar, porque más allá de mis hazañas y mis viajes, quería saber qué otras mujeres del pasado habían recorrido el mundo. Y eso fue un gran descubrimiento que me cambió la vida y el destino. Descubrí tal cantidad de amas de casa, científicas, arqueólogas, viudas, solteras, esposas de exploradores, que a la editora le cambié el libro para publicar en 2001 “Viajeras intrépidas y aventureras”.
“Los historiadores hombres juzgaron a las reinas y otros personajes femeninos, yo no”
Me fascina tanto el tema que decido dejar la televisión en el momento más álgido de mi carrera. Le dije al productor, no voy a hacer otro programa porque me voy a poner a escribir sobre mujeres viajeras. Me cerré muchas puertas, pero nunca me he arrepentido. Me dejé llevar por mi pasión. Además, la televisión que se está haciendo ahora me gusta poquísimo y estoy feliz trabajando y escribiendo como un eremita desde mi torre y recuperando la historia de mujeres fascinantes.
“Admiro mucho a Catalina de Aragón. Es mucho más famosa su hermana, llamada la loca, pero ella es un personaje fascinante”

En Reinas de Leyenda, nos cuentas con un impecable rigor histórico y nada del romanticismo al que estamos acostumbrados las vidas de Catalina de Aragón, Isabel I de Inglaterra, Carlota de México, Catalina la Grande y la Emperatriz Cixí, una concubina de bajo rango que acabó reinando el Imperio Chino ¿por qué has elegido a estas cinco reinas de la historia?
Yo soy una periodista que investiga y escribe sobre historias de mujeres, no soy historiadora. Pero pienso que es muy importante reescribir la historia en femenino. He dedicado tres años a escribir este libro, el proceso de investigación ha sido largo y si revisas la bibliografía la mayor parte de los libros están escritos por historiadores hombres. Para mí eso es un hándicap terrible porque los historiadores cuando escriben sobre estos personajes tan importantes lo que hacen es juzgarlos, y yo no lo hago nunca. En ningún momento voy a juzgar a una reina, no la llamo loca, no la llamo excéntrica, …ellos enseguida, más que poner en valor sus logros o sus hazañas se refieren a ellas como “Catalina la Grande, ninfómana, devoradora de hombres, Juana La Loca, Catalina de Aragón una pobre devota, manipuladora, culpable de que Inglaterra rompiera con la iglesia de Roma y podemos seguir así…, es terrible. Reescribir la historia en femenino significa tener empatía hacia ese personaje, más que criticar al personaje y centrarte en sus amantes y cómo iban vestidas, es poner en valor sus fortalezas, sus logros y sus conquistas como estrategas y gobernantes.
“Las reinas eran meros objetos decorativos y de procreación. Eran princesas rehenes, marcadas por la desdicha desde su nacimiento, pero fueron ejemplos reales de resiliencia”

Llevas dos libros biografiando a Reinas, Reinas Malditas y Reinas de Leyenda, todas muy desdichadas. Todas tuvieron que asumir su destino y salir adelante con lo que tenían. Me cuesta imaginar que mi vida dependa de dar un varón al reino, de ser o no repudiada por un hombre caprichoso, de vivir con el miedo a ser decapitada… Visto lo visto, ¿mejor ser plebeya que reina?
Nadie quiere ser reina. Estamos hablando de una institución que hoy en día sigue siendo muy conservadora, muy machista, y muy cruel con las mujeres. Porque efectivamente esa era la prioridad en sus vidas, eran meros objetos decorativos y de procreación. La mayoría de ellas tenían 12 o 13 años cuando se las llevan a las cortes y las obligan -yo hablo de ellas como princesas rehenes-, a casarse con un niño al que no conocen de nada y sobre todo, a tener un hijo enseguida, a dar un heredero a la corona. Y ese, diría yo, es el origen de todas las desgracias. Catalina de Aragón es el ejemplo más claro, porque en 9 años tuvo 6 embarazos. Esto te da una idea de la presión que tenía por parte de Enrique XVIII para legitimar la dinastía Tudor. Por razones del destino, sólo sobrevive María Tudor, una mujer, que será la primera reina por derecho propio de Inglaterra.
“Las voces de las reinas están en las cartas”
¿Qué reina ha sido más difícil a la hora de encontrar documentación?
La más difícil ha sido la emperatriz Cixí, el gran descubrimiento del libro, en mi opinión. La mayoría de ellas no escribieron sus memorias, y si lo hicieron, muchas veces ellas mismas pedían que se destruyera a su muerte. Esto lo hizo por ejemplo, Sisi emperatriz, que a su muerte pidió a su dama de compañía que destruyera todos sus diarios. El problema con emperatriz Cixí es que no tenemos diarios, pero he encontrado su voz en los archivos imperiales de la época, que están todos digitalizados. Es una historia fascinante. Cuando llegó al imperio había 200 concubinas en la corte, ella superó a todas y terminó reinando el imperio chino durante 50 años. Yenohala, que así se llamaba, había llegado obligada por su familia con 15 años, no era muy agraciada pero sí era muy lista, y siendo mujer terminó gobernando a un tercio de la población mundial de la época junto a la emperatriz Zhen, detrás de una cortina de seda.
“Los embajadores de las cortes eran el Hola de época”
Todas las reinas están en las cartas. Ahí es donde las he descubierto. Luego tienes los documentos que nos dejaron los cronistas y los diplomáticos. De mucho valor también. Los embajadores de las cortes eran unos cotillas tremendos que tenían la obligación de informar al rey sobre todos los detalles. Eran el “Hola” de la época. Esta información le interesaba mucho a las reinas y por eso daban tantos detalles sobre sus joyas, sus peinados, sus atuendos…con todo lujo de detalles.
“Cixí gobernó 50 años, era coetánea de la Reina Victoria y sentó las bases de la China moderna”

Ha sido muy difícil recuperar su vida. Cuando llega Mao ordena que se destruya todo el material y los archivos que existen sobre la Emperatriz Cixí, porque cómo iba él a admitir que una concubina de bajo rango, una mujer, ha sido la que ha sentado las bases de la China moderna. El secretario que debía destruir este material no lo hizo y gracias a esto hemos podido descubrir a esta mujer. A mí me ha fascinado porque a pesar de que tuvo sus luces y sus sombras, y sus excentricidades –tomaba el té con leche materna porque había sido envenenada y el médico se la prescribió para aumentar sus defensas–, estamos hablando de una mujer que impulsó la educación de las mujeres y abrió la puerta a la posibilidad de que votaran. En esa época de la china medieval, las chinas no podían salir de su casa, no podían pasear, vivían encerradas en el hogar y sólo podían salir a comprar de sus casas acompañadas. Eran las afganas de ahora.

Última pregunta, ¿escribirás algún día una biografía sobre Isabel La Católica?
Es un gran personaje. El problema es que está muy politizado. O es el diablo o es una santa. Y hay mucho escrito. Por eso decidí escribir sobre Catalina de Aragón, porque es la más desconocida, y curiosamente, es la segunda reina más querida de Reino Unido después de Diana de Gales.
Nos despedimos preguntándonos, quién va a escribir la biografía de la intrépida viajera, escritora y periodista. Porque Cristina Morató no es reina, pero sin lugar a dudas, con sus obras está dejando una huella y un legado imborrable en la historia contada de las mujeres. De parte de todas esas reinas, amas de casa, divas, misioneras, investigadoras, actrices, viajeras y exploradoras, gracias.