La obra maestra del siglo XIX que casi nadie ha leído y fue el origen del terror psicológico

Una joya olvidada de Edgar Allan Poe sentó las bases del terror psicológico moderno. ¡Llegó la hora de que descubras 'El corazón delator'!

Edgar Allan Poe - Cultura
Retrato de Edgar Allan Poe, probablemente tomado en junio de 1849 en Lowell, Massachusetts por un fotógrafo desconocido
Wikipedia

Cuando se habla de los grandes relatos de terror, los nombres suelen repetirse. Frankenstein, Drácula, Jekyll y Hyde. Pero hay una historia breve, publicada en 1843, que ha pasado más desapercibida y, sin embargo, fue decisiva para lo que hoy entendemos como terror psicológico. Nos referimos a El corazón delator, una de las obras más inquietantes del escritor estadounidense Edgar Allan Poe. Un relato que no recurre a monstruos ni criaturas sobrenaturales, sino a algo mucho más perturbador: la mente humana.

En El corazón delator, Poe consigue generar una atmósfera insoportable de angustia partiendo de una idea tan sencilla como escalofriante. Un hombre comete un crimen aparentemente perfecto, pero su propia conciencia —representada simbólicamente por los latidos de un corazón— lo conduce a la confesión. En apenas unas páginas, el autor construye un retrato desgarrador de la culpa, la obsesión y la locura. Elementos que definirían desde entonces el género del terror psicológico.

‘El corazón delator’ y el origen del miedo interior

A diferencia de otros relatos del siglo XIX, que apostaban por lo gótico o lo macabro, El corazón delator se aleja de lo sobrenatural y se adentra en los abismos del alma humana. Todo el horror nace en el interior del protagonista. En su incapacidad de sostener la mentira, en su deterioro emocional. Esta aproximación, tan pionera como revolucionaria en su época, anticipó las preocupaciones literarias del siglo XX y abrió una puerta nueva para el terror literario.

Leer El corazón delator es asistir a una confesión enfermiza. Desde la primera línea, el narrador —cuyo nombre nunca se menciona— trata de convencernos de que no está loco. Pero cada palabra, cada pausa, cada exclamación, demuestra lo contrario. Esa contradicción interna es la que activa el terror psicológico. Un miedo que no se basa en lo que ocurre fuera, sino en lo que ocurre dentro del protagonista. Y, por extensión, dentro de nosotros.

Edgar Allan Poe, el arquitecto del terror psicológico

Aunque hoy es considerado un maestro universal, Edgar Allan Poe vivió una vida marcada por la pobreza, la pérdida y el alcoholismo. Su obra no fue plenamente valorada en su época. Y El corazón delator no fue una excepción. Publicado en la revista The Pioneer, el relato pasó relativamente desapercibido en su momento. Solo con el paso de los años, y gracias al desarrollo del psicoanálisis y la literatura moderna, se empezó a reconocer el valor visionario de esta historia.

El corazón delator - Cultura
La portada de una edición de ‘El corazón delator’, una de las grandes obras de Edgar Allan Poe
Plutón Ediciones

El corazón delator se convirtió, retrospectivamente, en una obra fundacional del terror psicológico. Un subgénero que exploraría más adelante autores como Henry James, Robert Louis Stevenson o incluso Franz Kafka. Todos ellos, en mayor o menor medida, beben de ese germen que Poe sembró: el miedo como reflejo de la culpa, del trauma o de la locura.

Uno de los aspectos más fascinantes de El corazón delator es el modo en que la culpa, y no la justicia, desmantela el crimen. El narrador describe con frialdad cómo asesina a un anciano indefenso y esconde su cuerpo bajo las tablas del suelo. Cree haber triunfado. Pero los latidos del corazón —ya sea reales o imaginarios— empiezan a retumbar en su cabeza. Ese latido se convierte en un símbolo del peso moral que aplasta al protagonista. No hay juicio externo. No hay castigo divino. Solo su propia mente, su conciencia, como verdugo.

Es precisamente esa construcción del terror desde la interioridad lo que hace que El corazón delator haya resistido el paso del tiempo. Su influencia puede rastrearse en el cine, la literatura contemporánea, las series de suspense e incluso en la forma en que concebimos el crimen en la ficción moderna. Todo nace aquí: en un corazón que no puede dejar de latir.

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