El clásico del siglo XIX que casi nadie ha leído y fue el primer thriller policiaco de la historia

Antes de Holmes y Poirot, Edgar Allan Poe ya había inventado al detective moderno en 'Los crímenes de la calle Morgue'.

Retrato de Edgar Allan Poe, probablemente tomado en junio de 1849 en Lowell, Massachusetts por un fotógrafo desconocido
Wikipedia

Antes de que Sherlock Holmes aplicara su lógica implacable en las brumosas calles de Londres, antes incluso de que la novela negra se consolidara como un género literario, hubo una historia corta que lo cambió todo. Los crímenes de la calle Morgue, escrita por Edgar Allan Poe en 1841, es considerada de forma casi unánime como el primer thriller policiaco de la historia. En este relato, se funda el molde del detective como figura literaria, el misterio como motor narrativo y la deducción lógica como herramienta para la verdad.

Lo fascinante de Los crímenes de la calle Morgue es que no fue concebida como una obra de género, sencillamente porque el género aún no existía. Poe, con su imaginación literaria afilada como un escalpelo, construyó un relato que era al mismo tiempo un experimento literario, una crítica a la ciencia positivista y un juego de ingenio. Su protagonista, el caballero parisino C. Auguste Dupin, es el primer detective intelectual de la literatura universal. El antecedente directo de todos los que vendrían después.

‘Los crímenes de la calle Morgue’: una historia tan moderna como sorprendente

La trama de Los crímenes de la calle Morgue es breve, pero sorprendentemente compleja. Dos mujeres son brutalmente asesinadas en una habitación cerrada por dentro en un edificio de París. La brutalidad del crimen y la ausencia de lógica aparente intrigan tanto a la policía como a la opinión pública. Pero será Dupin, gracias a su prodigiosa capacidad de análisis, quien reconstruya los hechos y resuelva el caso.

El lector moderno podría no verse sorprendido por el desenlace —un giro que hoy consideraríamos extravagante—. Pero en su contexto fue rompedor. En Los crímenes de la calle Morgue, Poe utiliza una lógica aparentemente científica para llegar a una conclusión que desarma las expectativas. Esta mezcla entre racionalidad y lo inverosímil es una de las claves del relato. No importa tanto el crimen en sí como el proceso mental que lleva a la solución.

El método Dupin: génesis del razonamiento detectivesco

Uno de los mayores aportes de Los crímenes de la calle Morgue a la historia de la literatura es la creación de un método. Dupin no actúa por corazonadas ni por inspiración divina, sino mediante un ejercicio riguroso de lo que Poe llama “análisis”. Este término, que en la época aún no tenía una asociación clara con la criminología, se convierte aquí en una herramienta narrativa esencial.

El clásico del siglo XIX que casi nadie ha leído y fue el primer thriller policiaco de la historia
La portada de la novela ‘Los crímenes de la calle Morgue’, de Edgar Allan Poe
Valdemar

Dupin estudia los testimonios, analiza las inconsistencias, considera lo improbable y, finalmente, ofrece una explicación que, aunque insólita, se presenta como lógicamente inevitable. Poe nos obliga a seguir ese mismo proceso mental. Se anticipa en más de medio siglo a las técnicas que más tarde adoptarían Arthur Conan Doyle o Agatha Christie.

La forma en que Poe estructura Los crímenes de la calle Morgue no solo anticipa el thriller policiaco moderno, sino que define su espíritu: el gusto por el enigma, la confianza en el intelecto y la necesidad de que incluso lo irracional tenga una lógica propia.

TAGS DE ESTA NOTICIA