En un mundo donde las rutinas comienzan con una taza caliente entre las manos, las preguntas se repiten: ¿qué me conviene más, un café, un té clásico o un té matcha? Cada una de estas bebidas tiene defensores acérrimos y beneficios probados, pero también limitaciones que conviene conocer antes de decidir cuál se adapta mejor a tu estilo de vida.
Café: el clásico estimulante
El café es, sin duda, la bebida más popular de las mañanas en gran parte del planeta. Su contenido en cafeína varía según el tipo de grano, la preparación y la cantidad ingerida, pero suele rondar entre 80 y 100 miligramos por taza. Esta dosis es suficiente para mejorar la concentración, reducir la fatiga y aumentar el estado de alerta, algo especialmente valorado por estudiantes y trabajadores con jornadas intensas.
Además, diversos estudios han asociado el consumo moderado de café (unas tres o cuatro tazas al día) con una menor incidencia de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. También se ha observado una relación con la reducción del riesgo de diabetes tipo 2 y ciertos problemas hepáticos.
No obstante, no todo son ventajas. El café puede provocar nerviosismo, taquicardias, insomnio o molestias digestivas en personas sensibles a la cafeína. Tampoco conviene abusar de él, ya que dosis superiores a los 400 miligramos diarios pueden generar dependencia y efectos indeseados.
Té: suavidad y equilibrio
El té, en sus múltiples variedades —verde, negro, blanco o rojo—, ofrece una alternativa más suave al café. Una taza de té negro contiene entre 40 y 70 miligramos de cafeína, mientras que el verde se sitúa entre los 20 y los 45. Esta diferencia lo convierte en una opción interesante para quienes buscan un estímulo más gradual y menos intenso.
Además de la cafeína, el té contiene teanina, un aminoácido con propiedades relajantes que equilibra el efecto excitante. Este binomio favorece un estado de concentración serena, muy útil en actividades que requieren atención sostenida sin picos de nerviosismo.
En el plano de la salud, el té es rico en polifenoles, potentes antioxidantes que ayudan a combatir el envejecimiento celular y a reducir la inflamación. El té verde, en particular, ha sido estudiado por su posible papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Su consumo también se relaciona con un mejor control del peso y la regulación de la glucosa en sangre.
Como contrapartida, el té puede manchar los dientes con mayor facilidad y, en personas con déficit de hierro, puede interferir en la absorción de este mineral si se toma en exceso.
Matcha: la versión concentrada
El matcha, originario de Japón, se elabora a partir de hojas de té verde molidas hasta convertirse en un polvo fino que se disuelve por completo en agua caliente. Esta diferencia en su preparación hace que el matcha concentre más nutrientes y antioxidantes que el té verde convencional.
Una taza de matcha puede aportar entre 60 y 70 miligramos de cafeína, similar a un café suave. Sin embargo, gracias a la teanina, su efecto estimulante es más progresivo y prolongado, evitando los picos de energía seguidos de “bajones” que suele provocar el café. Por este motivo, se ha popularizado entre quienes buscan energía constante para estudiar, trabajar o practicar deportes.
El matcha destaca también por su contenido en catequinas, un tipo de antioxidante asociado a la mejora del metabolismo y la protección celular. Algunos estudios sugieren que su consumo regular puede favorecer la salud cardiovascular y apoyar el control del peso.
Eso sí, al ser más concentrado, conviene consumirlo con moderación. Tomar varias tazas diarias puede llevar a un exceso de cafeína o incluso a un aporte elevado de plomo, ya que las hojas de té absorben este metal del suelo en mayor medida que otras plantas.
¿Cuál elegir?
No hay una respuesta única: la mejor bebida dependerá de tu organismo, tus necesidades y tus hábitos. Si buscas un estímulo fuerte y rápido, el café puede ser tu aliado. Si prefieres suavidad y equilibrio, el té clásico ofrece una experiencia más ligera y relajante. Y si lo que necesitas es energía sostenida con un plus de antioxidantes, el matcha es una opción moderna y eficaz.