Qué son los Acuerdos de Abraham: razones, qué países los firmaron y qué consecuencias tienen hoy

Los Acuerdos de Abraham son tanto un éxito diplomático como un recordatorio de que la paz en Oriente Medio sigue siendo frágil y parcial

Una fotografía de la firma de los Acuerdos de Abraham el 15 de septiembre en la Casa Blanca.

En septiembre de 2020, en plena pandemia y bajo el mandato de Donald Trump en Estados Unidos, se firmaron en la Casa Blanca los llamados Acuerdos de Abraham. Este pacto marcó un antes y un después en la geopolítica de Oriente Medio al normalizar relaciones diplomáticas entre Israel y varios países árabes, rompiendo con décadas de tensiones y boicots. Cinco años después, sigue siendo un tema central para entender los equilibrios de poder en la región.

El origen: una nueva estrategia para Oriente Medio

Durante gran parte del siglo XX y principios del XXI, la posición oficial de la mayoría de los países árabes fue no establecer relaciones con Israel hasta que se alcanzara un acuerdo de paz con los palestinos. Sin embargo, las dinámicas regionales comenzaron a cambiar con el tiempo: el auge de Irán como potencia, los conflictos en Siria y Yemen, y la necesidad de cooperación en materia de seguridad y tecnología acercaron discretamente a Israel y a varios gobiernos del Golfo.

Los Acuerdos de Abraham, promovidos por la Administración Trump, se presentaron como una forma de formalizar esa cooperación. Washington ofreció incentivos políticos, económicos y militares a los países firmantes, además de reforzar su papel como mediador en la región. El nombre “Abraham” fue elegido por su simbolismo: las tres religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islam) reconocen a Abraham como patriarca común.

Países que intervinieron en Los Acuerdos de Abraham.
Países que intervinieron en Los Acuerdos de Abraham.

Qué países firmaron

Los primeros en sumarse fueron Emiratos Árabes Unidos y Baréin, que el 15 de septiembre de 2020 rubricaron el acuerdo con Israel en una ceremonia en la Casa Blanca.

Poco después se unieron Sudán y Marruecos, aunque con particularidades. Jartum buscaba salir de la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo, lo que facilitó el levantamiento de sanciones. Rabat, por su parte, obtuvo un reconocimiento clave: el apoyo de Washington a su soberanía sobre el Sáhara Occidental.

Con estas incorporaciones, Israel pasó de tener relaciones diplomáticas oficiales solo con Egipto (1979) y Jordania (1994) a contar con vínculos abiertos con cuatro países árabes adicionales, algo impensable apenas unos años antes.

Las razones detrás del pacto

Los motivos de cada firmante fueron diversos:

  • Israel buscaba romper su aislamiento en la región, abrir mercados para su tecnología y fortalecer una alianza frente a Irán.
  • Emiratos Árabes Unidos aspiraban a consolidar su papel como potencia emergente, acceder a armamento avanzado estadounidense (como los aviones F-35) y diversificar su economía mediante acuerdos de inversión y turismo.
  • Baréin, estrecho aliado de Arabia Saudí, siguió la estela de Abu Dabi para reforzar su seguridad frente a Teherán.
  • Sudán perseguía el levantamiento de sanciones y el regreso a la comunidad internacional tras años de aislamiento.
  • Marruecos consiguió el respaldo estadounidense en el conflicto del Sáhara Occidental, una prioridad absoluta para Rabat.

Consecuencias y retos actuales

Los Acuerdos de Abraham tuvieron un impacto inmediato. En cuestión de meses se multiplicaron los vuelos directos, los intercambios turísticos y los convenios económicos entre Israel y los países firmantes. Emiratos Árabes Unidos se convirtió en el socio árabe más dinámico: abrió embajada en Tel Aviv, firmó acuerdos millonarios en energías renovables y tecnología, y recibió a decenas de miles de turistas israelíes.

Sin embargo, las consecuencias políticas fueron más complejas. La Autoridad Palestina denunció que el acuerdo debilitaba su causa, al romper el consenso árabe de no normalizar relaciones con Israel mientras persistiera la ocupación de Cisjordania y el bloqueo de Gaza. Muchos analistas coinciden en que la firma redujo la presión internacional sobre Israel para negociar una solución con los palestinos.

La Autoridad Palestina denunció que el acuerdo debilitaba su causa.
La Autoridad Palestina denunció que el acuerdo debilitaba su causa.

Hoy, en 2025, los acuerdos siguen vigentes, aunque enfrentan tensiones derivadas de la guerra en Gaza y Cisjordania. Mientras que Emiratos mantiene su compromiso y Marruecos ha profundizado los lazos, Sudán atraviesa un conflicto interno que limita la aplicación práctica de lo firmado.

Por otro lado, el gran objetivo pendiente —la incorporación de Arabia Saudí— no se ha materializado aún, aunque Riad mantiene contactos discretos con Israel. La escalada bélica en la región y las presiones internas hacen difícil avanzar en esa dirección en el corto plazo.

Balance cinco años después

Los Acuerdos de Abraham demostraron que la geopolítica de Oriente Medio puede superar viejos tabúes cuando entran en juego intereses estratégicos y económicos. Han acercado a Israel a sus vecinos árabes, fortalecido un frente común contra Irán y abierto oportunidades en sectores como el turismo y la innovación.

No obstante, el coste ha sido evidente: la causa palestina ha quedado relegada y la falta de avances en ese terreno amenaza con erosionar la legitimidad del pacto en la opinión pública árabe.

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