Marta Pazos cuestiona la relatividad del tiempo y el género en su adaptación teatral de ‘Orlando’

‘Orlando’, novela de Virgina Woolf, es llevada a las tablas en esta adaptación de Marta Pazos y Gabriel Calderón

Propuesta escénica de Marta Pazos de Orlando
Propuesta escénica de Marta Pazos de Orlando

La Sala Grande del madrileño Teatro María Guerrero acoge hasta el 8 de junio de este año la adaptación teatral de Orlando, novela escrita por Virginia Woolf, dirigida por Marta Pazos y adaptada por ella misma y el dramaturgo Gabriel Calderón.

Una obra que reflexiona sobre la identidad, la fluidez de género y las desigualdades sociales, al mismo tiempo que narra una historia atemporal que exalta la vida, cuestiona las convenciones establecidas y defiende la libertad. Todo ello presentado con una sensibilidad operística y una marcada estética queer.

“El tema de la identidad es uno de los ejes de mi trayectoria”, ha reflexionado Pazos, motivo que la llevó a proponer Orlando a Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional —tras ser invitada a regresar después del éxito de la Comedia sin título—, pues es “un texto que descubrí en mi adolescencia y que me impactó mucho por su por su belleza”.

Virginia Woolf, voz fundamental del feminismo del siglo XX, “escribe esta refinada parodia del género biográfico y sátira brutal del sexismo en 1928. Su protagonista se convierte en uno de los personajes de ficción más icónicos y deslumbrantes de la literatura”, ha explicado la directora.

La actriz Abril Zamora interpreta a Virginia Woolf
La actriz Abril Zamora interpreta a Virginia Woolf

Reflexión del tiempo y el género

La historia nos presenta a Orlando, un joven aristócrata inglés del siglo XVI que amanece convertido en mujer y que vive más de 400 años sin envejecer más de 36.

Es una novela que propone la relatividad del tiempo y el género, y que en la propuesta escénica transgrede también el espacio que, en palabras de Gabriel Calderón es “una condición natural del Teatro. En nuestra escena los actores y actrices actúan reinas y sirvientes de otros géneros; y las horas, días, meses y años de la historia se acumulan en la hora teatral. Aceptar la transición como un estado efímero donde se puede vivir para siempre, es una magia que propone Virginia Woolf y que un siglo después, aún nos sigue inquietando”.

Una visión plástica e imaginativa

La puesta en escena nos trasporta al salón de baile de la mansión de Orlando. Un espacio diáfano presidido por una imponente escenografía barroca verde, con paredes ricamente decoradas y cinco puertas.

Los personajes saldrán y entrarán en escena por las puertas de este lugar libre a la imaginación firmado por Blanco Añón, que hará las veces del interior del palacio, de sus jardines, de la corte inglesa o de Turquía.

En este nuevo montaje, Pazos investiga y explora los límites de la escena fusionando diferentes lenguajes artísticos y estéticos para ofrecer una experiencia que trasciende el tiempo y el espacio.

Elenco de creadoras y creadores

Once intérpretes dan vida sobre las tablas a la historia de Virginia Woolf y han colaborado en la creación del espectáculo. “Muchos de ellos llegaron el primer día sin conocimiento del texto y sin saber qué personaje iban a hacer” cuenta la directora, cuyo propósito era llevarlos por el descubrimiento de identidad que tiene el propio personaje de Orlando.

“Lo que propuse fue un espacio de pensamiento sobre la propia novela, sobre la identidad. La novela sí tenían que tenerla leída. Con eso manejaban su propia visión sobre Virginia y sobre aquello que les golpeaba del propio texto”, añade.

Laia Manzanares interpreta al personaje protagonista de esta historia. “Orlando es una persona que experimenta la experiencia de vivir en diversas épocas y desde ambos géneros para confirmarnos que el género es un constructo que afecta a cómo nos relacionamos en y con el mundo, pero no cómo nos sentimos”, ha compartido la actriz.

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