Escondida entre las cumbres del Anboto, Oiz e Intxorta, en el corazón del Duranguesado, se alza Elorrio. Una de las villas medievales más fascinantes del País Vasco. Declarada Conjunto Monumental en 1964, esta localidad vizcaína atesora un patrimonio arquitectónico y funerario que la sitúa entre las grandes desconocidas del norte peninsular. Pasear por esta localidad es caminar sobre siglos de historia cuidadosamente preservada, donde cada calle, palacio y escudo heráldico cuenta un fragmento del pasado.
El trazado urbano de Elorrio mantiene aún su estructura original de la Edad Media. Y conserva una de las seis puertas de su antiguo recinto amurallado: la puerta de Don Tello, testigo de un tiempo en que la villa se protegía del mundo exterior con gruesas murallas de piedra. Este acceso medieval es solo el comienzo de un recorrido monumental que sorprende por su armonía estética y la riqueza de sus construcciones.
El Conjunto Monumental mejor conservado 🏰✨
En Elorrio puedes respirar la esencia de un pueblo medieval con palacetes y calles empedradas.
📍Visita la Necrópolis de Argiñeta, un conjunto de estelas funerarias del siglo IX.
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Lo que hace único al casco histórico de Elorrio no es solo su cantidad de edificios notables, sino la coherencia estilística que ha perdurado durante siglos. Declarado por Turismo Euskadi como el municipio con el “Conjunto Monumental mejor conservado” del País Vasco, ofrece un catálogo excepcional de palacios, casas solariegas, balcones de forja y portadas renacentistas.
Las fachadas de piedra labrada de los siglos XVII y XVIII, impecablemente restauradas, dan forma a un espacio urbano donde lo civil y lo religioso se entrelazan. Entre los edificios más destacados de Elorrio se encuentran el Ayuntamiento, la imponente basílica de la Purísima Concepción, el palacio del Marqués de Tola y el monasterio de Santa Ana. Todos ellos, articulados dentro de un trazado que invita al paseo y a la contemplación, convierten a esta villa en un museo al aire libre.
La necrópolis de Argiñeta: memoria milenaria
Pero el legado de Elorrio no se limita a su núcleo urbano. A las afueras, entre árboles y silencio, se encuentra la necrópolis de Argiñeta. Se trata de uno de los yacimientos funerarios más antiguos del País Vasco. Frente a la ermita de San Adrián, reposan 23 tumbas altomedievales de piedra arenisca y varias estelas funerarias que datan del siglo IX. Este conjunto arqueológico, de gran valor simbólico y cultural, revela la larga continuidad histórica de los asentamientos humanos en la zona.
La visita a Argiñeta no es solo un viaje al pasado remoto, sino también una experiencia espiritual. El lugar transmite una serenidad especial, acentuada por el entorno boscoso que lo envuelve. En este rincón apartado, Elorrio muestra su dimensión más antigua, anterior incluso a la fundación oficial de la villa medieval.

Además de su inmenso valor patrimonial, Elorrio mantiene vivas tradiciones festivas que refuerzan su carácter identitario. Cada septiembre se celebran las Ferixa Nausikoak, fiestas mayores con raíces medievales. Y el primer domingo de octubre tiene lugar Errebonbilloak, un alarde cívico-militar en el que los vecinos recorren las calles con trajes de época, evocando antiguas ceremonias de defensa y unidad comunitaria.
Estas festividades, profundamente enraizadas en la historia local, aportan una dimensión humana y participativa al legado de Elorrio. No se trata solo de recordar, sino de revivir. Quienes visitan la villa en esas fechas tienen la oportunidad de sumergirse en una experiencia única donde la memoria se celebra colectivamente.