Opinión

Mayores de Alicante

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No está teniendo mucha repercusión el cierre del único centro de mayores de Alicante. El problema es –como siempre– de presupuesto. Las trabajadoras del centro han bregado con la escasez de medios durante los últimos años, empleando tiempo no pagado en atender las cuarenta plazas que hay en una ciudad con más de diez mil personas mayores de 65 años. No parece que 35 euros por persona y día sea tanto dinero.

Una vez más, no hay dinero para atender ni a los mayores ni a los niños. Nunca hay dinero para lo esencial. Si bien la población de la tercera edad aumenta de forma preocupante (porque no hay niños para sostener la pirámide poblacional), ocuparse de ellos debería ser una prioridad. Pero no es la prioridad de nadie. Cualquiera que haya visitado una residencia de ancianos habrá visto la que nos espera: pocos cuidadores para muchos residentes. Desasistencia en la decrepitud. Y esto empeorará en las próximas décadas, máxime cuando el mantra de la nueva derecha (liberal, consumista, gerontófoba, imbuida de una falsa autosuficiencia) es que los viejos nos roban el dinero. Es curioso cómo hace apenas quince años el discurso era el contrario: esa gente lucho por construir un país habitable. Es imposible que todos los ancianos sean caseros de varias propiedades inmobiliarias. Es imposible que todos sean unos malnacidos, como era imposible que todos fueran unas personas maravillosas. Pero el mensaje va calando, tanto entre la derecha como entre la izquierda. No sé quién lo orquesta, pero sí sé quién se beneficia. Nos quieren gastando, tirando de un carro que no tiene ruedas. Las necesidades “básicas” se multiplican haciendo más y más difícil formas una familia. Mientras tiramos, no tenemos tiempo para sentarnos a pensar, ni para priorizar. Alguien hace sus cuentas y decide que podemos recortar de la tercera edad, pero nunca de lo suntuario.

Los ayuntamientos (el de Alicante no es una excepción) saben que lo importante es construir rotondas, que dejan un mayor beneficio. Como en todos los ámbitos, el trabajador más necesario es el que menos cobra. Nunca luce construir guarderías, centros sociales, o incluso parques. Todo lo que no se enfoque a consumir parece innecesario. El plan del mundo nuevo es trabajar para consumir, vivir al día.

En este único centro de mayores de la ciudad de Alicante, el Plaza de América, se han convocado concentraciones para la semana entrante, ya que el jueves parece que cerrará definitivamente sus puertas. No creo que suceda el milagro. La promesa tras el cierre es derivar a los usuarios a diversos servicios desde casa (teleasistencia, comida a domicilio), donde es de esperar que se reduzcan aún más los efectivos.

Alicante no es, ni mucho menos, el epicentro del problema. Es algo que sucede en toda España. Los años dorados, si es que alguna vez existieron, ya son el pasado.