El juicio oral contra José Luis Ábalos se aproxima y su defensa marca un golpe de efecto inesperado. Pide al Tribunal Supremo que se anule la apertura de juicio oral por la vía ordinaria de Procedimiento Abreviado y acomode la causa a un juicio con jurado popular. Esto es, que en lugar de que lo juzgue una Sala conformada por magistrados de la Sala de lo Penal del Alto Tribunal, lo hagan nueve personas anónimas con el presidente de la Sala Segunda.
Su defensa, liderada por Luis Chabaneix, asegura que los delitos principales por los que se le va a juzgar -cohecho y tráfico de influencias- son de competencia de jurado, que arrastran a los delitos de organización criminal y uso de información privilegiada. Y alega que de otra forma estaría llevando la causa a la nulidad al no cumplir con la ley.
La estrategia es clara, y Ábalos viene apuntando a una causa política. De hecho, su abogado, Chabaneix en una entrevista en ABC ha llegado a definirla como una causa social “que interesa al país completo”. De ahí que quieran devolver “la causa al pueblo” y que este la juzgue rememorando el ejemplo del juicio de los trajes a Francisco Camps.
Cabe recordar que un jurado popular absolvió a Camps de un delito de cohecho porque consideró que no había suficientes evidencias para probar que era consciente de que los trajes ofrecidos por la trama Gürtel eran regalos que no debía admitir.
Ahora, el juez Leopoldo Puente tiene que decidir si acomoda la causa a este formato a las puertas de poner fecha al juicio oral que, según las fuentes del caso, estaba planeado para que se desarrollara entre marzo y abril. En la vista oral se intentará dilucidar si, efectivamente, Ábalos junto con su ex asesor Koldo García y el empresario Víctor de Aldama amañaron contratos de material sanitario a cambio de contraprestaciones. También se juzgará si hubo malversación en el contrato de la pareja de Ábalos en Ineco y Tragsatec o la contratación de una amiga Logirail.
Anticorrupción pide 24 años
Por estos presuntos tejemanejes, Fiscalía Anticorrupción pide 24 años de cárcel y las acusaciones piden 30. Precisamente, dada la petición tan elevada de penas se consideró que el riesgo de fuga había aumentado y se decretó el ingreso en prisión de Ábalos y Koldo. Allí lleva ya un mes lanzando amenazas al Gobierno desde los medios de comunicación e intentando limpiar su imagen a través de su cuenta de X dirigido por personas de su confianza.
#MisLibrosEnPrisión | Durante estos días, mis buenos amigos me han enviado libros que me están brindando la compañía necesaria para sobrevivir a las largas y tediosas horas de encierro. Les agradezco muchísimo haber recibido títulos tan importantes y tan variados como “La… pic.twitter.com/QdvdojL7HP
— EN EL NOMBRE DE ÁBALOS (@abalosmeco) December 23, 2025
Uno de sus últimos mensajes fueron recomendaciones de libros navideñas. Un mensaje que aprovechó para trasladar cómo están siendo sus días en prisión: “La biblioteca del Módulo 13 también ofrece calma y un espacio digno para este confinamiento. En esta ocasión he elegido reencontrarme con Alejo Carpentier y Benito Pérez Galdós. Para un preso, los libros son como un viaje que no emprende. Leerlos en prisión está siendo toda una experiencia en un momento en el que el concepto reclusión se convierte en familiar al devorar esas historias en busca de orientación, de calma, de reflexión o sencillamente de consuelo. Hay una tensión entre el encierro y la libertad, y de estos libros surge una energía muy singular. Os invito a descubrir estas obras. Os aseguro que leerlas en la cárcel o bajo cualquier otro yugo las convierte en mucho más que en una simple y buena lectura”, reflexionaba el exministro desde su celda.


