3I/ATLAS es un objeto interestelar descubierto el 1 de julio de este año por la estación del Sistema ATLAS en Chile. El nombre del sistema, ATLAS, es el acrónimo en inglés de Sistema de Ultima Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides. Cuando este cometa fue descubierto, hace un mes, se encontraba a 680 millones de kilómetros del Sol.
Desde su descubrimiento, los científicos nos aportan datos sobre este objeto, que es considerado, hasta el momento, el cometa más antiguo observado, ya que estiman que tiene una antigüedad de entre 7600 y 14 000 millones de años.
Es cierto que los datos relacionados con el universo siempre superan nuestra capacidad de procesamiento, otra muestra es la velocidad de este cometa a través de nuestro sistema solar, 209.000 kilómetros por hora, la mayor velocidad jamás registrada para un objeto de origen interestelar, y que demuestra que ha estado a la deriva en este espacio interestelar durante miles de millones de años (otra cifra que no es fácil de procesar).
Hace casi ocho años, en octubre de 2017, fue detectado por un telescopio de la Universidad de Hawai otro objeto estelar que pasaba fuera de la Tierra y que provenía del exterior del sistema solar. Este objeto, bautizado como Oumuamua, que en lengua hawaiana significa “el mensajero que viene de lejos y llega primero”, y que fue seguido y estudiado por varios observatorios, fue considerado por algunos astrónomos como un asteroide o quizás un cometa, pero, en cualquier caso, fue considerado como el primer cuerpo que pasaba cerca de la Tierra con origen fuera del sistema solar.
Un año después, Abraham Loeb, astrofísico que, entre otros cargos, dirige el departamento de Astronomía de Harvard desde 2011, publicó un estudio donde indicaba que el Oumuamua no tenía la cola de un cometa y además su brillo no era usual, llegando a la conclusión de que podía ser una sonda enviada por una civilización alienígena, o los restos de un artefacto creado por extraterrestres. Obvio decir que este estudio generó gran controversia y críticas de otros científicos.
Y es que este físico, Avi Loeb, lleva años buscando vida extraterrestre y lanzando al mundo estudios y afirmaciones sobre la misma. Cuando en una entrevista le preguntaron por qué afirma que buscar vida extraterrestre es la cuestión más fundamental de la ciencia, el astrofísico respondió: “Para que nuestra civilización madure, necesitamos encontrar a otros. Además, yo busco inteligencia en el espacio porque a menudo no la encuentro aquí en la Tierra”.
Entiendo a Loeb, es más, comparto esa opinión, me refiero a que a menudo uno no encuentro mucha inteligencia a su alrededor, la duda que me surge es, si es que desde algún punto del espacio interestelar alguien nos está observando, que interés podemos tener para ellos, habida cuenta de como nos relacionamos los terrestres entre nosotros y lo que le estamos haciendo al planeta en el que vivimos.
Loeb afirma que cometa 3I/ATLAS podría ser tecnología alienígena “posiblemente hostil” y que no estamos preparados para el contacto con los extraterrestres, y también estoy de acuerdo en esto, viendo como ha sido el contacto entre los propios humanos a lo largo de los miles de años de historia de este planeta.
3I/ATLAS, considerado el cometa del siglo, se espera que será visible desde España a mediados de octubre, y podrá verse justo antes del atardecer, siendo el 12 el día que se producirá su brillo máximo.
Yo, desde luego, si fuera extraterrestre, observando desde fuera lo que somos y lo que hacemos los humanos, evitaría todo tipo de contacto. Estoy pensando que incluso podría recomendarles a los extraterrestres que puedan estar interesados leer la novela de Eduardo Mendoza, Sin noticias de Gurb, para que vean a lo que pueden enfrentarse, que el pobre amigo de Gurb las pasó canutas hasta que Gurb volvió a la nave, por más que sus aventuras nos resultaran hilarantes a los lectores.
El pasado domingo fue San Lorenzo, estamos en los días en que se pueden ver en las noches las llamadas “lágrimas” o Perseidas. Me gusta recordar que estas “estrellas fugaces” no son sino diminutos granos de polvo incandescentes que se encienden por fricción al entrar en contacto con la atmósfera. Buscad un lugar sin contaminación lumínica y mirad lo que está encima de todos nosotros en plena noche. Un espectáculo impresionante creado por granos de polvo estelar. A ver si desde fuera nos ven así de espectaculares, siendo como somos tan poca cosa.