“Oh llama de amor viva”

Observatorio de lo Invisible: arte y espiritualidad en talleres multidiscplinares

La escuela de verano, que reúne a 150 participantes entre el 21 y el 26 de julio, ofrece diez talleres de creación artística con perspectiva contemplativa y espíritu inclusivo

El Observatorio de lo Invisible 2025 tendrá lugar en el Monasterio de El Escorial
El Observatorio de lo Invisible 2025 tendrá lugar en el Monasterio de El Escorial

El Observatorio de lo Invisible (OI) celebrará del 21 al 26 de julio su quinta edición como escuela de verano de arte y espiritualidad, esta vez en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Bajo el lema “Oh llama de amor viva”, el encuentro reunirá a 150 participantes de todo el país en una experiencia intensiva e inmersiva que combina la creación artística con la reflexión espiritual y la vida comunitaria.

Durante seis días, los asistentes podrán participar en uno de los diez talleres disciplinares que abarcan desde la música, la poesía y el teatro hasta la pintura, la fotografía, el relieve o la curaduría. La propuesta, organizada por la Fundación Vía del Arte y acogida por la comunidad agustina del monasterio, busca generar un espacio donde la práctica artística se desarrolle en contacto con lo simbólico, lo invisible y lo común, en un entorno de hospitalidad, apertura y silencio.

Una de las performances que se dieron en el Observatorio de lo Invisible 2023
Una de las performances que se dieron en el Observatorio de lo Invisible 2023
Lorenzo Carnero

Entre los artistas y docentes de esta edición se encuentran nombres destacados como el director de orquesta Ignacio Yepes (música), el performer Niño de Elche (expresión vocal), la bailaora Javiera de la Fuente (danza), el poeta y editor José Mateos (poesía), los actores Raúl Marcos y El Primo de Saint Tropez (teatro), la artista visual Rosell Meseguer (fotografía), y los pintores José Castiella y Miguel Coronado (pintura). También participarán la escultora Matilde Olivera (relieve) y la gestora cultural Alicia Ventura (prácticas curatoriales). Cada uno de ellos ha diseñado un taller que integra la investigación técnica y expresiva con una dimensión interior, sensorial o simbólica.

Veladas, encuentros, conferencias

Además de los talleres matutinos y vespertinos, el OI incluye actividades transversales abiertas a todos los asistentes: conferencias, coloquios, mesas redondas, oraciones polifónicas, conciertos, exposiciones y sesiones de DJ nocturnas que expanden la experiencia hacia lo festivo y lo inesperado. Las veladas interdisciplinares están concebidas como espacios de comunión creativa en los que convergen los distintos lenguajes artísticos en un mismo escenario.

Cada tarde en el Observatorio de lo Invisible hay cantos polifónicos
Cada tarde en el Observatorio de lo Invisible hay cantos polifónicos. Foto: Lupe de la Vallina

La programación diaria comienza con ensayos y misas matinales opcionales, seguidos de talleres intensivos y comidas comunes. Por las noches, las veladas artísticas, conciertos y espacios de diálogo comunitario completan un día diseñado para el encuentro entre disciplinas, generaciones y formas de entender la espiritualidad. Esta convivencia se realiza íntegramente dentro del monasterio, que alberga a todos los participantes y les permite vivir una experiencia integral de trabajo, creación y vida compartida.

El Observatorio de lo Invisible subraya su compromiso con la inclusividad y el acceso equitativo, ofreciendo más de 100 becas gracias al patrocinio de universidades, fundaciones y asociaciones culturales. Entre las entidades colaboradoras figuran la Universidad Villanueva, la Universidad Rey Juan Carlos, la Universidad de Navarra, el CEU, la Fundación Tatiana, la Fundación Randstad o el Estudio Javier Viver, entre otras. Las becas se destinan tanto a estudiantes como a personas con discapacidad o perfiles sin formación artística previa, fomentando la diversidad entre los participantes. Cada taller tiene requisitos específicos, pero el criterio común es una actitud abierta y una disposición al trabajo colectivo.

Durante la presentación oficial del Observatorio de lo Invisible 2025, el director, Javier Viver, subrayó el valor creativo de la convivencia entre disciplinas. “El cruce entre lenguajes tan distintos genera una suerte de contagio que desemboca en fusiones inéditas y muy fértiles”, afirmó, acompañado por algunos de los docentes de esta edición, como Matilde Olivera, Rosell Meseguer y Raúl Marcos. Viver destacó también el perfil plural de los participantes: “Aunque la mayoría son estudiantes, también hay personas octogenarias inscritas. Conviven artistas profesionales con otros de perfil más amateur, creyentes y no creyentes. La diversidad es máxima, y eso nos enriquece a todos”.

Entre los talleres más singulares de este año, Matilde Olivera explorará el bajo relieve como puerta de acceso a lo simbólico desde la materia: “Para un escultor, la materia es la vía hacia lo trascendente”, apuntó. Rosell Meseguer ofrecerá un recorrido por las técnicas fotográficas analógicas y experimentales —del cianotipo a la impresión sobre metal o plásticos— mientras que Raúl Marcos abordará la escritura performativa inspirada en las vías místicas de san Juan de la Cruz: purgativa, iluminativa y unitiva. Cada participante, explicó, desarrollará una acción escénica personal. “El diálogo entre disciplinas artísticas no solo enriquece la obra: seduce profundamente a quienes la viven”, concluyó.

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