En la nueva serie de Noah Hawley ambientada en el universo de Alien, los espectadores conocerán a un grupo de personajes inéditos que se enfrentan a lo desconocido. Entre ellos está Wendy, interpretada por Sydney Chandler, una joven híbrida cuya existencia cuestiona los límites entre lo humano y lo sintético.
La actriz, hija del ganador del Emmy Kyle Chandler, está construyendo su propio camino en Hollywood con el que promete ser el papel más importante de su carrera hasta ahora. Aunque en la ficción encarna a “la chica popular de la escuela”, Chandler confiesa sentirse más cómoda como la observadora silenciosa, aquella que, en sus palabras, tiene “un vasto paisaje interno que no siempre es visible para los demás”.
A sus 29 años, ya suma una trayectoria interesante: debutó en cine con Don’t Worry Darling (2022), donde interpretó a Violet; luego se transformó en Chrissie Hynde, fundadora de The Pretenders, en la miniserie Pistol, de Craig Pearce; y más recientemente encarnó a la hija desaparecida de un productor de Hollywood en Sugar, el drama de Apple TV+.
Ahora regresa con Alien: Earth, que llega a Disney+. La historia transcurre en el año 2120, cuando una nave misteriosa se estrella en la Tierra. Una joven y un grupo diverso de soldados descubren lo que podría ser la mayor amenaza para el planeta. Dirigida por Noah Hawley, la serie cuenta con un elenco de lujo: Sydney Chandler (Wendy), Alex Lawther (Hermit), Timothy Olyphant (Kirsh), Babou Ceesay (Morrow) y Samuel Blenkin (Boy Kavalier).
¿Cuál es la relación de esta nueva serie con el Alien original?
Fue Ridley Scott quien creó Alien y después Blade Runner. Él introdujo la idea de los seres sintéticos y luego la llevó más lejos en Blade Runner. Lo que diría es que, al interpretar seres sintéticos en Alien, no intentamos hacer Blade Runner, pero entiendo cómo se pueden establecer comparaciones desde un punto de vista estético. La premisa inicial era que Kirsh estuviera programado para no dañar a su jefe de ninguna forma, pero también es difícil estar en desacuerdo con su conducta. Enfadarse con el jefe está prohibido, aunque incluso una mirada puede expresar disconformidad.
Tu personaje, Wendy, parece muy complejo. ¿Cómo lo abordaste?
Wendy es un lienzo en blanco. No puedes investigar cómo vive un híbrido. Siento que Noah ha logrado crear un personaje muy concreto y con muchas capas. El equilibrio dependía mucho del actor con el que tenía que compartir escenas cada día. Todos mis compañeros, me han ayudado a la hora de aportar matices distintos que dan información sobre mi personaje. Ha sido un proceso de colaboración. Yo tenía esta imagen de dos imanes intentando unirse sin poder tocarse: la mente, que es lo conocido, y el cuerpo, que es territorio desconocido. En medio está ese vacío que Wendy busca. Y mucho de eso tiene que ver con Alex Lawther, un gran compañero.
Una serie de televisión basada en Alien nunca se había hecho antes. ¿Cómo fue el proceso?
Una película de Alien es una historia de supervivencia de dos horas. En televisión es distinto: tienes que invertir en muchos personajes que no mueren y explorar sus mundos interiores y otros temas de la franquicia. Para mí, el reto era conseguir que el público olvidara por un momento a los monstruos, ¿qué queda? ¿Cuál es el drama en el que queremos invertir semana tras semana? No me preocupa que aparezcan los monstruos, porque cuando llegan, la promesa de satisfacción está garantizada.
La serie se rodó en Tailandia. ¿Cómo fue esa experiencia?
Llegar a un lugar nuevo nos unió a todo el elenco de inmediato, igual que a nuestros personajes. Los vínculos se forjaron muy rápido. Y la cultura tailandesa forma parte del contexto de la historia porque cada miembro del equipo nos contagió con su amabilidad. Nunca había visto tanta entrega y amabilidad en un rodaje. David me dijo algo muy cierto. En las sociedades occidentales solemos tachar casillas cada día, pero allí hay una sensación de descubrir el día. Yo lo sentí profundamente, así que doy gracias por eso.
¿Qué ha significado en tu trayectoria personal este proyecto?
Para mí ha sido como asistir a la mejor clase de actuación del mundo todos los días. Estábamos más de 650 personas en el set, todos trabajando al 110%. Fue un verdadero ejercicio de resistencia. Siento un enorme orgullo y respeto por todos los involucrados. Fue un auténtico trabajo en equipo.