Gafas violetas

‘The Holiday’ no pasa el corte feminista, aunque sí el navideño

La comedia romántica navideña parece celebrar la independencia femenina, pero sigue sosteniéndose sobre la idea de que las mujeres sanan, esperan y se realizan, sobre todo, a través del amor

'The Holiday' no pasa el corte feminista, aunque sí el navideño
'The Holiday' no pasa el corte feminista, aunque sí el navideño
Montaje: kiloycuarto

Cada Navidad, The Holiday regresa como un refugio emocional: casas idílicas, nieve, chimeneas, música suave y dos mujeres que deciden huir de sus decepciones sentimentales intercambiando vidas durante las fiestas. Estrenada en 2006 y dirigida por Nancy Meyers, la película se presenta a menudo como una comedia romántica “amable”, incluso moderna para su época. Sin embargo, vista hoy con las gafas violetas del feminismo, el envoltorio resulta mucho más progresista que el contenido.

Sobre el papel, The Holiday parece cumplir varios requisitos del imaginario feminista liberal: Amanda (Cameron Diaz) es una ejecutiva de éxito que dirige su propia empresa; Iris (Kate Winslet) es una mujer sensible, culta y trabajadora, atrapada en una relación emocionalmente desigual. Ambas toman una decisión activa —irse— y lo hacen sin pedir permiso. Pero el relato pronto revela sus límites: la huida no es hacia sí mismas, sino hacia una nueva posibilidad romántica. El viaje no es tanto de autodescubrimiento como de sustitución afectiva.

Kate Winslet y Jack Black son los otros dos protagonistas de la película 'The Holiday'
Kate Winslet y Jack Black son los otros dos protagonistas de la película ‘The Holiday’

Uno de los puntos más problemáticos es la construcción emocional de las protagonistas. Amanda es presentada como “defectuosa” porque no sabe llorar; Iris, porque ama demasiado y se conforma con migajas. El arco narrativo de ambas consiste en corregir esos “fallos” mediante la aparición del hombre adecuado. No se trata de crecer, sino de encajar mejor. La película no cuestiona por qué esas emociones están penalizadas en las mujeres: se centra en proponer una solución clásica, el amor como terapia.

Desde una perspectiva feminista, The Holiday reproduce además un esquema muy conocido: mujeres que cuidan, escuchan y reparan a hombres emocionalmente dañados. Iris sostiene a un compositor viudo y deprimido; Amanda acompaña a un hombre brillante pero inmaduro. Ellos evolucionan gracias a ellas. Ellas evolucionan porque, finalmente, son elegidas. La autonomía económica o profesional nunca es el centro del conflicto ni de la resolución.

¿Y qué ocurre con el Test de Bechdel? Técnicamente, The Holiday lo pasa: hay escenas en las que Amanda e Iris hablan entre ellas de algo que no son hombres —el intercambio de casas, el trabajo, la logística del viaje—. Pero lo hace de forma mínima y funcional. El corazón emocional de la película, aquello que importa y se desarrolla, vuelve una y otra vez al mismo lugar: las relaciones románticas. Pasar el test no implica, en este caso, superar una mirada androcéntrica del relato.

Una escena de 'The Holiday', con Cameorn Diaz y Jude Law
Una escena de ‘The Holiday’, con Cameron Diaz y Jude Law

Otro elemento revelador es la ausencia de una red femenina sólida. Las protagonistas no tienen amigas relevantes que las sostengan, aconsejen o contradigan. Están solas frente al mundo, y esa soledad solo se resuelve mediante la pareja. El mensaje es claro, aunque no se verbalice: la realización personal llega cuando el amor romántico encaja, no cuando se construye una vida plena más allá de él.

Nada de esto convierte a The Holiday en una película “cancelable”. Sigue siendo eficaz, entretenida y emocionalmente confortable. Y, sobre todo, muy apetecible para el periodo navideño. Pero revisitarla hoy implica aceptar que su imaginario pertenece a un feminismo previo a muchas conversaciones actuales: uno que celebra la independencia siempre que no incomode, que permite el éxito profesional si no desplaza al amor, y que sigue colocando el final feliz en clave de pareja.

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