Con solo 15 años, Ariadna Núñez ha logrado proclamarse campeona de España en gimnasia rítmica y superar un osteosarcoma en la rodilla izquierda. Su trayectoria, marcada por el esfuerzo y la resiliencia, la convierte en un referente de superación personal y compromiso deportivo.
Los primeros pasos de una campeona
“Mis padres me apuntaron a gimnasia cuando era pequeña, al principio como una actividad extraescolar más, pero me enganché enseguida. Desde entonces, no he dejado de entrenar”, cuenta Ariadna, que empezó a practicar gimnasia rítmica con solo tres años.
Lo que comenzó como una actividad extraescolar se transformó en una carrera deportiva prometedora. Su talento la llevó a cambiar de club y a entrenar en un centro de alto rendimiento, donde descubrió un nuevo nivel de exigencia y ambición. “Ahí nos dimos cuenta de todo lo que podía llegar a conseguir”, comenta su padre, quien ha sido uno de sus mayores apoyos.
De la cima al abismo
Ariadna se proclamó campeona de España en 2023, logró importantes resultados con la selección valenciana y estaba a un paso de formar parte del equipo nacional. Sin embargo, en septiembre de ese mismo año, un dolor constante en su rodilla izquierda encendió todas las alarmas. El diagnóstico fue demoledor: osteosarcoma, un tipo de cáncer en los huesos. “El médico nos dijo que tenía que dejar su vida atrás: el colegio, sus amigas y, sobre todo, la gimnasia. Fue como si le apagaran la luz”, recuerda su padre conmovido.
Ariadna se enfrentó entonces a un duro tratamiento que incluyó quimioterapia y una compleja operación en la que le colocaron una prótesis de 40 centímetros. Los médicos le advirtieron que no podría volver a practicar gimnasia. Pero ella no se resignó. “Le dije a mi padre que quería intentarlo. Quería volver a entrenar”, afirma con determinación.
Un regreso inesperado
Contra todo pronóstico, Ariadna volvió a entrenar en verano de 2024 y, poco a poco, con el apoyo de su entrenadora Sonia y la determinación que la caracteriza, comenzó a recuperar movilidad en la pierna. Aunque tiene una discapacidad del 65 % y movilidad reducida, decidió volver a competir. “Pensamos que solo entrenar sin competir la entristecería. Queríamos que ese esfuerzo se viese reflejado de alguna manera, así que buscamos una categoría adaptada a sus capacidades”, explica su padre. Su club, el Benimaclet, siempre le ha mostrado su absoluto apoyo.
En el campeonato provincial de Valencia quedó en el puesto 20 de más de 50 gimnastas, todas sin discapacidad. En el autonómico quedó entre las 15 primeras, lo que le permitió acceder al campeonato nacional base. “Verla en la pista fue emocionante. El público sabía lo que había superado y se sintió muy arropada”, cuenta su padre. “No importaba el resultado. Estar allí ya era una victoria.”

Una trayectoria impresionante
Años atrás, en 2010, Ariadna ya había conseguido destacar a nivel nacional al convertirse en Campeona de España Base Infantil, sumando además el oro autonómico y provincial. Este logro le valió una mención especial por parte de la Federación de Gimnasia de la Comunidad Valenciana.
En abril de 2023 volvió a subir a lo más alto del podio al conseguir la medalla de oro en la categoría infantil individual, en Pamplona.
Más recientemente, en mayo de 2025, representó a la Comunidad Valenciana en el Campeonato de España en Edad Escolar (CESA), celebrado en Sagunto, donde logró una destacada quinta posición en la modalidad de manos libres.
Reconocimiento y nuevos horizontes
La historia de Ariadna ha ido mucho más allá del ámbito deportivo. Fue galardonada con el Premio al Mérito Deportivo del Ayuntamiento de Valencia en 2023, un reconocimiento a su esfuerzo, superación y trayectoria.
También ha tenido el respaldo de figuras emblemáticas de la gimnasia, como Almudena Cid, con quien mantiene una relación cercana. “Es increíble que alguien como ella sepa quién soy. Es muy bonito”, comenta Ariadna llena de admiración.

“Yo decidiré cuándo me retiro”
A pesar de las secuelas físicas que arrastra (una flexión limitada en la rodilla, pérdida de masa muscular e imposibilidad de ejecutar ciertos elementos técnicos), Ariadna no ha perdido su espíritu competitivo. “Ahora lo hago porque me gusta. No busco ser la mejor, pero quiero que se vea todo el esfuerzo que hay detrás”, afirma con convicción.
Más allá de la gimnasia, tiene claro otro propósito: estudiar Medicina. “Sé que será difícil compaginarlo, pero me gustaría ayudar a los demás como me ayudaron a mí”, explica, con la misma determinación que la caracteriza.
Su padre resume con una frase lo que define la esencia de Ariadna: “Ella dice que no quiere que una enfermedad o una lesión decidan por ella. Quiere ser quien elija cuándo termina su historia en la gimnasia. Y hasta entonces, la vivirá como siempre lo ha hecho: con pasión”.
La historia de Ariadna demuestra que, con pasión y perseverancia, se pueden superar enormes desafíos y continuar avanzando. Su valentía y dedicación son un ejemplo para que nadie deje que las adversidades determinen su camino.