La mediofondista española Daniela García Tena (Mallorca, 2001) bien podría haber acabado en el conservatorio, ya que se decantó por el clarinete en sus primeros años de vida, o como profesional de la danza a la que se dedicó de los 7 a los 18 años. Pero la fuerza del atletismo pudo más. Desde entonces, ha dedicado su vida al deporte por el que ha hecho muchas renuncias, también por el que le ha convertido en una de las ocho mejores atletas europeas.
Ese es su mayor motor. “A nivel deportivo ha sido mi mejor puesto en un Campeonato Internacional absoluto, quedar entre las 8 mejores europeas son palabras mayores y me motiva a pensar que si sigo trabajando, algún día podré luchar por subirme al podio“, asegura. Y es que representar a su país, es una de las mayores motivaciones para la mallorquina. “Con la equipación de la Selección Española se corre más” comenta entre risas. Apeldoorn además, a nivel personal pudo disfrutarlo especialmente. lo he compartido con amigas muy cercanas, y porque el ambiente entre los componentes de la selección ha sido ideal”.
2025 le está devolviendo la sensación agridulce de haberse quedado a las puertas de los que hubiesen sido sus primeros Juegos de París tras haberse clasificado dos meses antes. El haber corrido en 2´00 los 800 metros le abrió a Daniela una puerta inesperada que luego corrigió el ranking de las 48 atletas que iban a los JJOO. Daniela se quedó por la mínima a la espera de una renuncia, que no se produjo. Un aprendizaje que ya había sacado en Roma cuando no pasó de primera ronda.
A partir de ahí sacó un nuevo lema, “que tengo que estar tranquila para poder tomar decisiones en carrera, y que la valentía tiene su recompensa“, reflexiona.
Representar a España es un plus “No quieres fallar porque es el escenario donde hay que demostrarle al mundo que los y las atletas españoles lo valemos. Yo tengo un sentimiento muy diferente cuando estoy en campeonatos grandes, los nervios son de pura ilusión, y personalmente rindo mucho más, por la adrenalina y la motivación que me da estar ahí“.
La preparación previa
“La preparación empieza muchos meses antes, a nivel planificación de entrenamiento lo dejo todo en las manos de mi entrenador y mi preparador físico, ellos saben mucho de lo suyo y tengo confianza plena. Luego, yo también trabajo con un psicólogo que me prepara con mucha conciencia para que cuando llegue la época de competiciones pueda estar llena de autoconfianza y control. Y bueno, obviamente por mi parte lo que pongo es mucho trabajo, constancia y mucha voluntad cada día“, mantiene.
Sus objetivos deportivos pasan por “mejorar en muchos aspectos de mi entrenamiento. A medio plazo está el Campeonato del Mundo en septiembre que quiero estar ahí, y no solo participar, sino que estar en mi mejor momento. Y a largo plazo es estar en todos los eventos internacionales grandes que haya cada año, manteniéndome sana y disfrutando del camino obviamente”, explica.
Su día a día transcurre en el CAR de Madrid “es muy fácil para mí, ya que vivo en una residencia de deportistas que nos facilita todo lo posible el entramiento, descanso y recuperación. La mayoría de gente de la que me rodeo está en una situación parecida, así que nos entendemos mucho y hacemos muchas actividades para despejarnos, aprovechando que vivimos en Madrid. Luego, cada año me voy conociendo más a mí misma a la vez que me voy profesionalizando, entonces ese autoconocimiento me ha ayudado a ponerme límites y encontrar ese equilibrio“, comenta.
“Si le dices a la Daniela de entonces que me acabaría dedicando profesionalmente a este deporte nunca se lo hubiese creído”
Cuando Daniela García repasa sus mejores y peores momentos, imposible no pararse en 2015, “tuve unos problemas de salud que me obligaron a dejar de entrenar durante más de 1 año. Y es bonito porque en ese momento yo practicaba atletismo porque me hacía muy feliz, así que lo fui retomando muy poco a poco y si le dices a la Daniela de entonces que me acabaría dedicando profesionalmente a este deporte nunca se lo hubiese creído”, recuerda.
Daniela sabe que es una inspiración para las generaciones venideras, “el consejo que les daría es muy sincero y simple, el día que dejen de disfrutar de correr, que lo dejen. Te vas a poder dedicar al atletismo si se te da bien, y además quieres trabajar por ello, pero solo veo factible mantenerse en el tiempo si de verdad disfrutas del día a día. Es la premisa que mi padre siempre me repite, no hay un mes que pase sin que él se asegure que yo sigo siendo feliz con lo que hago”, mantiene.