Este domingo ha terminado la Liga Femenina de fútbol, acabando el curso, por fin, con un patrocinador principal, desde ya Liga F Moeve. Y en lo deportivo ha terminado con la tónica del campeonato, la aplastante superioridad del FC Barcelona, también en esta última jornada, ante el Athletic de Bilbao que salió goleado por 6-0 por las jugadoras de Pere Romeu. Si en Bilbao sufrió el Barça ganando in extremis, esta vez se dio un festín.
Además del título el Barça se lleva además el Pichichi y el Zamora: la delantera polaca Ewa Pajor ha marcado 25 goles en 28 jornadas y la portera Cata Coll ha encajado 11 goles en 23 partidos jugados (la cifra mínima necesaria) firmando además 12 porterías a cero. Los números de Alexia Putellas la vuelven a colocar en todo lo alto en cuanto a asistencias, once, que junto a sus 16 goles certifican que “la Reina” ha sido decisiva en 27 goles del F C Barcelona.
La cifra que explica la superioridad en la producción ofensiva del equipo de Pere Romeu y su distancia abismal respecto al resto es la de goles totales. 128 son los que ha hecho en 30 jornadas por solo 16 encajados. El Real Madrid, segundo clasificado, ha marcado 87 y encajado 28.
Antes del partido llegó el homenaje y reconocimiento a las campeonas por su décimo título de Liga en forma de pasillo de las jugadoras del Athletic. Y esta normalidad entre las futbolistas se agradece especialmente por el contraste con el masculino, en la misma semana en la que Hansi Flick tuvo que mandar a sus jugadores a celebrar el título en el vestuario y no en el césped del estadio del Espanyol vistos los antecedentes recientes en Cornellà- El Prat.
Mientras el fútbol masculino está inmerso en una dinámica de incidentes, prohibiciones y actitudes irrespetuosas que nada tienen que ver con el respeto y el espíritu deportivo, el femenino se mantiene ajeno a esta contaminación, y ojalá sea así durante mucho tiempo. Es evidente que mantenerse alejado de la masificación tiene inconvenientes, pero también, de momento, ventajas.
Hace unos días se produjo una importante reunión en la RFEF entre el presidente Rafael Louzán y los máximos responsables del CTA junto con representantes de árbitros y árbitras. Estas últimas han frenado la medida prevista de introducir el arbitraje mixto para la próxima temporada en la Liga F esgrimiendo la idea de que la entrada de sus compañeros iba a frenar sus oportunidades de progresión y consolidación profesional. Ellas necesitan otro tipo de ayuda.
Las árbitras de Liga F y sus actuaciones han estado en el foco durante la temporada, a menudo de manera injusta exponiendo errores groseros que con la simple implementación del VAR se habrían corregido con facilidad. La Patronal y la RFEF trabajan para un VAR light desde ya que ayude a las colegiadas y evite esos errores de bulto. Las árbitras españolas tienen la misma formación en el uso de la tecnología de videoarbitraje que sus compañeros, pero la instalación en todos los campos de la Liga F es muy costosa y de momento inasumible.
La postura de la Patronal es favorable al arbitraje mixto, fomentando que se premie el rendimiento y no el género. Un debate interesante que hemos abordado desde esta columna en ocasiones anteriores respecto a las narraciones deportivas: ¿deporte femenino narradora femenina? Bajo mi punto de vista esa es una visión machista y perjudicial para las propias mujeres. También para las árbitras. Dejaremos de mirar el género el día que solo el rendimiento y la meritocracia den oportunidades a quienes las merezcan, en el deporte masculino y femenino, sean mujeres o hombres.