La polémica por llevar a los médicos a los campos, sólo tres clubes a favor

La votación para eliminar la obligación de viajar con staff médico divide al fútbol femenino español y reabre el debate sobre profesionalización, igualdad competitiva y el compromiso real con la salud de las jugadoras

Ewa Pajor saliento del campo junto con las asistencias tras su lesión en la rodilla
EFE

La reciente votación sobre la obligatoriedad de viajar con staff médico ha sacudido al fútbol femenino español. Solo Real Madrid, Real Sociedad y Deportivo Abanca se opusieron a eliminar esta exigencia incluida en la circular federativa para la temporada 2025/26. El resto de clubes apoyó suprimirla. La decisión afecta directamente a la atención sanitaria. También refleja las tensiones internas del modelo competitivo. El debate va más allá de una norma concreta.

Once inicial del Real Madrid para enfrentarse al Eibar en la jornada 12 de la Liga F Moeve
@realmadridfem

La obligación nació como un paso lógico hacia la profesionalización. Garantiza atención inmediata y reduce riesgos en desplazamientos largos. Aporta seguridad a las futbolistas. En calendarios exigentes, el cuerpo médico forma parte del rendimiento. Su presencia transmite prioridades claras. Por eso, eliminar la exigencia genera inquietud. No impide viajar con médicos, pero sí deja la decisión en manos de cada club.

Un voto que rompe la unanimidad

El posicionamiento de los tres clubes adquiere un valor simbólico. Defienden un estándar común y colocan la salud por delante del ahorro. En una liga con grandes diferencias económicas, las normas compartidas equilibran el terreno. Sin ellas, la desigualdad crece. Algunas plantillas mantendrán recursos completos y otras reducirán estructuras. Las jugadoras notarán esa brecha.

Un lance de un partido del Deportivo de la Coruña femenino

Quienes apoyan la eliminación apelan a la flexibilidad económica. Argumentan que cada desplazamiento supone un coste elevado. Sin embargo, ese razonamiento abre un dilema estructural. La profesionalización exige inversión. La salud no debería ajustarse al presupuesto. El fútbol femenino aún consolida condiciones básicas y relajar exigencias genera desconfianza.

Profesionalización en cuestión

El debate expone una contradicción recurrente. Se impulsa una liga más visible. Al mismo tiempo, se relativizan obligaciones esenciales. La coherencia se resiente. La atención médica no es un lujo, es una necesidad. Las lesiones condicionan carreras y también afectan al espectáculo y al producto.

Fernández (5d), de la Real Sociedad, dispara a puerta durante el partido de la Liga F disputado este domingo en el estadio de Zubieta, en San Sebastián.
EFE/Javier Etxezarreta

La reacción en redes amplificó el mensaje. Aficionados y profesionales cuestionaron el sentido de la votación y muchos ven la decisión como un paso atrás. La percepción importa, la credibilidad del proyecto se construye con hechos. La salud de las jugadoras debería ocupar un lugar central.

Salud no obligación

La votación no cierra el debate, lo redefine. El fútbol femenino español afronta una decisión estructural. Puede reforzar estándares comunes o puede delegarlos. La obligatoriedad del staff médico simboliza el compromiso real con las futbolistas y con el futuro de la competición.

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