Ha nacido una estrella y responde al nombre de Victoria Mboko. Hoy Canadá disfruta de tener entre sus filas a una de las grandes promesas del tenis mundial, una novata de 18 años que ha hecho historia en el WTA 1000 de Toronto. Participando gracias a una “wild card” del torneo, Mboko ha conseguido proclamarse campeona del evento, logrando al mismo tiempo su primer título en la WTA.
Sin duda, una proeza al alcance de muy pocas jugadoras a lo largo de la historia. De hecho, tan solo Maria Sharapova y Bianca Andreescu lo habían logrado con anterioridad. Pero así es Victoria Mboko, un prodigio que se sitúa ahora en el foco principal tras completar dos semanas mágicas que culmina siendo profeta en su tierra.
Esta aventura quedará en el recuerdo de todos los aficionados y de la propia jugadora. Nadie esperaba que se hiciera con el título en un camino en el que ha vencido a cuatro ganadoras de Grand Slam (Kenin, Gauff, Rybákina y Naomi Osaka). Un hito que le convierte en la segunda jugadora más joven de la historia en lograrlo, solo por detrás de Serena Williams, que lo hizo en el US Open con apenas 17 años.
Otra remontada heroica
Las grandes historias siempre tienen un popurrí de situaciones que aportan más epicidad al relato. En la historia de Victoria Mboko el destino también ha querido dejar su sello para engrandecer un episodio prácticamente único en el tenis mundial. Por si fuera poco derrotar a las rivales que ha derrotado, sus últimos dos escalones hacia la cima han puesto la guinda definitiva al pastel.
Ante Rybákina, en semifinales, protagonizó una remontada propia de una jugadora con mucha más experiencia de la que goza la canadiense. Y debe de ser que le pilló el gusto a eso de levantar partidos porque ante Naomi Osaka, en la final, volvió a repetir el mismo guion.
El primer set fue completamente dominado por la tenista japonesa, que volvía a la final de un WTA 1000 tres años después. El contundente 6-2 que lucía el marcador en favor de la nipona hacía presagiar que el final de la historia no iba a ser el deseado por la protagonista y por el público que le acompañaba en un estadio abarrotado. Pero entonces sucedió lo que todos querían.
Pico y pala hasta la gloria
Sin margen de error, pero con la confianza por las nubes, Mboko comenzó con su show particular. Punto a punto y juego a juego hasta darle la vuelta a la tortilla. El segundo set se lo adjudicó con un 6-4 que mandaba la final a la tercera y definitiva manga. Ahí se iban a jugar ambas tenistas el título, pero lejos de existir igualdad iba a ser un rodillo de la canadiense.
Empujada por sus compatriotas y lanzada por ese segundo set que estaba en su casillero, Victoria Mboko se desmelenó. A Osaka le pasó por encima un tornado de juventud, ambición y desparpajo que no le permitió reaccionar. En definitiva, un claro 6-1 que confirmaba la gesta de la tenista canadiense.
Como era de esperar, el griterío de las gradas evidenció la alegría que despertaba el triunfo de Mboko. Una joven de 18 años que se ha colado en la historia a base de épica y sin avisar a nadie. De Montreal sale ya con su primer título WTA bajo el brazo y con un salto en el ranking espectacular. 61 puestos ganados para estar en estos momentos entre las 25 mejores tenistas del mundo. ¡Increíble!