¡Empeñada en hacer historia! Lo que se está viviendo en el WTA 1000 de Toronto será difícil de olvidar en el mundo del tenis. Allí, Victoria Mboko, la promesa de 18 años del tenis canadiense, está dejando boquiabiertos a todos. Participando en el torneo gracias a una “wild card”, la tenista local jugará la final tras dejar en el camino a nombres impresionantes.
Ya eliminó a Coco Gauff, la número 2 del mundo, en octavos; puso fin al sueño de Jessica Bouzas en cuartos de final; y su última víctima ha sido Yelena Rybákina, número 12 del ranking WTA, en una semifinal de infarto. Sin embargo, la ambición de la jovencísima tenista no cesa aquí y ya pone el foco en Naomi Osaka, su rival en la final.
Sin duda, Mboko no parece tener techo. Y no solo por la épica actuación que está haciendo ante sus compatriotas, motivada sobre todo por el sueño de ser profeta en su tierra. Cada partido está evidenciando que tiene un tenis muy prometedor y en el penúltimo obstáculo camino al título demostró que la fortaleza mental también está entre sus habilidades.
Resistir, sobrevivir y vencer
Pese a los grandes triunfos cosechados a lo largo del torneo, el favoritismo en la semifinal lo llevaba a sus espaldas Rybákina. Con mucha más experiencia y en la parte alta del listado de mujeres que dominan este deporte, la lógica invitaba a pensar que el camino de Mboko terminaría a las puertas de la final.
Si de antemano ya se presuponía ese posible escenario, lo vivido en el primer set reforzaba la idea. Un contundente 6-1 en favor de la kazaja apuntaba a ser la lápida en la que descansaría el sueño de Mboko. Pero en el tenis, como en la vida, suceden cosas impredecibles. Y con la rebelión de la juventud encabezada por Victoria, ocurrió lo inesperado.
Sufriendo y resistiendo el empuje de Rybákina, la canadiense llevaba la semifinal al tercer set tras imponerse 7-5 en la segunda manga. Una igualdad que, eso sí, iba a quedar en nada comparado con lo que se iba a vivir minutos más tarde. La definición de estar contra las cuerdas la puede dar Mboko de ahora en adelante, porque hasta en dos ocasiones vio el abismo muy de cerca.
Pero tirando de esa fortaleza mental impropia de una jugadora de su juventud consiguió resistir. El público, volcada con su representante, también cumplió con su parte. Mboko salvó la papeleta restando con 5-4 en contra y con 6-5 en contra para, a la postre, en el tie-break dar la campanada y desatar el júbilo en las gradas.
Mboko, batiendo récords a un ritmo imparable
La nueva victoria de la tenista canadiense vuelve a marcar su nombre en registros históricos que, a sus 18 años, está batiendo. Tras derrotar a Gauff, Rybákina y Kenin, Mboko se ha convertido en la primera jugadora canadiense de la historia en vencer a tres campeonas de Grand Slam en un mismo torneo.
Además, es la tercera jugadora en la historia que, a través de una “wild card”, consigue llegar a la final del torneo de Canadá. Un hito que solo habían conseguido antes Monica Seles y Simona Halep, palabras mayores. Pero, ojo, no acaba aquí la cosa. Es la tercera jugadora que se clasifica a una final de un torneo de categoría WTA 1000, siendo esta su primera final en el circuito.
A falta de poner la guinda en la gran final, todos los logros que está cosechando Victoria Mboko tendrán su efecto en el ranking de la WTA. Comenzó la temporada fuera de las 300 mejores jugadoras del mundo, para el WTA 1000 de Toronto ya estaba entre las 85 mejores y saldrá de su país dentro del top-40 mundial. ¡Increíble!
Naomi Osaka, el último escalón
Ni los mejores guionistas de Hollywood habrían escrito una historia como la que está viviendo Victoria Mboko. Sin embargo, como en las películas, queda un final y puede ser el de una aventura perfecta o el que te deja una sensación amarga en el cuerpo. Naomi Osaka aparece como la villana que quiere cambiar el rumbo del cuento.
La tenista japonesa, ganadora de cuatro Grand Slams, ha pasado desapercibida hasta ahora. Tras vencer a Clara Tauson, número 19 del mundo, está a las puertas de un nuevo título. Y no será uno cualquiera porque, en Toronto, Naomi ha conseguido volver a una final de un WTA 1000 tres años después de su última presencia.
Sin duda, la final será un choque de titanes entre dos jugadoras que persiguen sus propias metas. Victoria Mboko la de hacer historia ante su público y Naomi Osaka la de reencontrarse con un juego que le llevó a la cima mundial hace no tanto. ¡El espectáculo está servido!