La natación artística vive un giro inesperado en el Mundial de Deportes Acuáticos de Singapur 2025: Rusia ha regresado oficialmente a la competición internacional, tras tres años de veto impuesto por su invasión a Ucrania.
Lo hace bajo la etiqueta de “equipo neutral”, sin bandera, himno ni colores oficiales, pero con el mismo talento que la convirtió en potencia indiscutible durante décadas.
La decisión de World Aquatics, federación internacional que rige los deportes acuáticos, responde a las recomendaciones del Comité Olímpico Internacional, con Kirsty Coventry a la cabeza, han prosperadopermitir la participación de deportistas rusos que no hayan apoyado públicamente la guerra ni pertenezcan a estructuras militares.
A cambio, deben competir bajo estrictas normas de neutralidad, incluyendo la prohibición de símbolos nacionales y cualquier gesto político. Esto ya ocurrió en los pasados JJOO de París, donde se permitieron los atletas individuales, pero el cambio ahora incluye también a equipos como la natación artística.
La artística sin Rusia
Es innegable que la ausencia rusa desde 2022 había alterado radicalmente el panorama competitivo, a nivel general en todos los deportes. Centrándonos en la artística, el veto ruso ha permitido que países como España, Japón y China asumieran protagonismo en los podios. China ahora, es la rival a batir, mientras que las de Andrea Fuentes recortan distancias.
Pero el retorno de Rusia en este Mundial Singapur, aunque descafeinado en lo simbólico, devuelve a escena a una delegación que ha seguido entrenando con la intensidad que la caracteriza: jornadas de diez horas, innovación técnica, coreografías milimétricas.
Aunque ya no figuran leyendas como Svetlana Romashina, la nueva generación rusa llega “ultrapreparada”, según reconocen varias selecciones rivales. Andrea Fuentes, seleccionadora española, no se contiene: “Van a estar arriba. Y si podemos, nos las comemos con patatas. Pero sabemos que vienen con todo”, afirmaba la seleccionadora española en una reciente entrevista con el Diario Marca.
El trasfondo político
Las piscinas de Singapur no solo serán testigo de acrobacias y sincronía, sino de una contienda cargada de significado. La natación artística, que mezcla expresión artística y exigencia atlética, se convierte en terreno fértil para narrativas enfrentadas: mientras Rusia conserva su estilo clásico y perfeccionista, otras delegaciones —como España— apuestan por temáticas sociales, diversidad y emoción.
En ese choque de estilos, el elemento político no desaparece del todo. El hecho de que las rusas compitan sin bandera pero con su sistema de entrenamiento intacto, ha generado debates sobre la legitimidad competitiva. ¿Hasta qué punto son neutrales atletas que proceden de un modelo nacional hipercentralizado?
Las expectativas del regreso
El Mundial será, en muchos sentidos, una prueba de fuego. Si Rusia sube al podio, será un mensaje claro: el talento prevalece, incluso sin símbolos. Si no lo logra, podría abrir paso a una nueva era en la natación artística, con protagonistas como China, Japón y España tomando el relevo en un deporte históricamente monopolizado por Moscú.
Entre las nadadoras que más pueden destacar se encuentra Mayya Doroshko, campeona mundial en Gwangju 2019, especialista en dúos y rutinas técnicas. Ha sido parte del equipo nacional desde la categoría júnior.
También, Tatiana Gayday Bicampeona mundial en categoría júnior, ahora integrada en el equipo absoluto, que destaca por su precisión en figuras y acrobacias.
El dúo Doroshko–Gayday es el más consolidado actualmente en Rusia y se espera que compita en las rutinas técnicas y libres. Su sincronización y dificultad podrían devolver a Rusia al podio
España y su “locura”
El proyecto post París 2024 que asumió Andrea Fuentes (tras su paso por EEUU) ha llegado para quedarse. Apostando por nuevas propuestas donde la expresión artística es un pilar fundamental, su oda a la locura fue oro en la pasada Copa del Mundo de Egipto en la rutina libre por equipos. Fue la primera vez que un hombre, Dennis González, participó en una rutina de equipo con España a nivel absoluto.
El agua de Singapur no solo refleja figuras; también refleja un mundo en transformación.