Pedro Sánchez se ha servido de distintas metáforas para aludir al crecimiento de la economía española: “va como un cohete”, “va sobre ruedas”. Un día antes de conocerse la previsión de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), Carlos Cuerpo, ministro de Economía, avanzó que España crecerá este año entre un 2,5% o “incluso más”.
El FMI mantiene su optimismo con España y ha revisado al alza las previsiones para España. Así, prevé un crecimiento de la economía en 2025 del 2,3%, dos décimas más que su último pronóstico del mes de octubre. A más largo plazo, mantiene el 1,8% la estimación para 2026.
Crecimiento
Décimas aparte, en lo que coincidencia entre el FMI, el Ejecutivo y los diferentes analistas es que España es una de las economías europeas con mayor crecimiento. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) elevó también dos décimas, hasta el 2,5%, su previsión, en tanto que Funcas lo mejoró en tres décimas situándolo en 2,4%.
“El FMI ha vuelto a revisar al alzar las previsiones de crecimiento de la economía española, hasta el 3,1% en 2024 y el 2,3% en 2025”, destacó el Ministerio de Economía, que subrayó que España se consolida como el país desarrollado que más creció el pasado año, con un crecimiento superior al de economías como EEUU o las principales de la zona euro y siendo el único cuyo crecimiento superó el 3%.
Detalle
En 2024, las previsión del FMI para la economía española prácticamente cuadruplicó el ritmo de expansión de la zona euro, con un crecimiento del 3,1%, frente al promedio del 0,8% del eurobloque, situándose como la economía avanzada con mejor desempeño, superando incluso a Estados Unidos, cuya expansión anual se estima en el 2,8%. Así, las nuevas proyecciones del Fondo vuelven a destacar a España y Estados Unidos como las dos grandes economías desarrolladas que ven más mejoradas sus respectivas previsiones de crecimiento de cara a 2025.
En el caso de EE.UU., las nuevas proyecciones incluyen una expansión del 2,7% este año, mientras que para 2026 el crecimiento esperado alcanza el 2,1%, una décima más. “El pronóstico para 2025 se mantiene prácticamente sin cambios respecto del de las Perspectivas de la economía mundial (WEO) de octubre de 2024, principalmente debido a una revisión al alza en Estados Unidos que compensa las revisiones a la baja en otras economías importantes”, puntualiza.
Global
A nivel global, cifra el crecimiento de la economía mundial del 3,3% este año y el siguiente, mientras que la inflación disminuirá al 4,2% en 2025 y al 3,5% en 2026, convergiendo hacia el objetivo antes en las economías avanzadas que en las emergentes y en desarrollo. De este modo, la previsión se sitúa por debajo del promedio del 3,7% y advierte de que esta proyección general “oculta trayectorias divergentes entre las economías y un perfil de crecimiento global precario”, informa Europa Press.
En el caso de las economías emergentes y en desarrollo, la institución anticipa un crecimiento del 4,2% este año, en línea con el pronóstico de octubre, y del 4,3% el siguiente, una décima más de lo estimado, destacando el impacto de las medidas de estímulo anunciadas por Pekín a finales de 2024, que permitirían a China compensar en gran medida el efecto negativo sobre la inversión de la mayor incertidumbre de la política comercial y del mercado inmobiliario. El FMI cifra en un 4,6% el desarrollo del gigante asiático y en un 6,5% el de India.
Riesgos
A medio plazo, el FMI avisa de que el balance de riesgos para las perspectivas se inclina a la baja, con un crecimiento mundial que estaría por debajo del promedio para 2025 y el 2026 y de las previsiones para los próximos cinco años, de alrededor del 3%. Los riesgos a corto plazo, en cambio, podrían reforzar las divergencias entre países, ya que están sesgados al alza para Estados Unidos, mientras que prevalecen a la baja en la mayoría de las demás economías en medio de una elevada incertidumbre política y vientos en contra por los ajustes en curso, en particular en lo que respecta a la energía en Europa y el sector inmobiliario en China.
En este sentido, advierte de que la intensificación de las políticas proteccionistas mediante una nueva oleada de aranceles podría exacerbar las tensiones comerciales, disminuir la inversión, reducir la eficiencia del mercado, distorsionar los flujos comerciales y nuevamente perturbar las cadenas de suministro, lastrando al crecimiento tanto en el corto como en el medio plazo, pero en distintos grados según las economías.