El aceite de oliva, uno de los pilares de la dieta mediterránea, comenzó el año 2025 con una ligera disminución en su precio. Un respiro para los bolsillos tras casi dos años de subidas históricas. Sin embargo, esta aparente mejora no ha logrado satisfacer a los consumidores ni disipar las preocupaciones en el sector. El precio del aceite, que llegó a superar los 9 euros por kilo en origen, actualmente ronda los 4,2 euros. Pero las recientes fluctuaciones y los avisos de expertos apuntan a que los días de estabilidad podrían ser efímeros.

Un pequeño recipiente con aceite de oliva virgen extra | Pexels
A finales de 2024, el precio del aceite en origen tocó mínimos históricos recientes, descendiendo hasta los 3,50 euros por kilo. Aunque este alivio se trasladó parcialmente a los precios en los supermercados, las últimas semanas han presenciado una nueva tendencia al alza. Según datos proporcionados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), a 31 de diciembre de 2024 aún faltaban 406.000 toneladas de aceite de oliva para alcanzar los aforos oficiales de campaña. Eso pone a los meses de enero y febrero bajo una fuerte presión para cumplir con los objetivos de producción.
El sector teme que esta incertidumbre se traduzca en un nuevo aumento del precio del aceite. Una preocupación que no solo afecta a los consumidores, sino también a los productores, quienes enfrentan desafíos adicionales como la subida del IVA desde el 1 de enero.
¿Cuál es el precio del aceite en enero de 2025?
En agosto de 2020, el precio del aceite virgen extra en origen era de apenas 1,8 euros por kilo. Desde entonces, los costes se dispararon debido a una combinación de factores, incluidos problemas climáticos, una menor producción en los últimos años y tensiones en el mercado internacional. Aunque el precio actual de 4,2 euros es un descenso considerable respecto a los picos de más de 9 euros, los expertos alertan de que “el suelo ya se ha tocado”. Por tanto, cualquier variación en el precio en origen podría traducirse en incrementos en los puntos de venta.
Además, las recientes subidas de hasta 10 céntimos en el aceite de oliva virgen extra (AOVE), 13 céntimos en el aceite virgen y 12 céntimos en el aceite lampante reportadas por distintas entidades indican que el precio del aceite podría entrar nuevamente en una espiral de aumentos.

El desorbitado precio del aceite durante el año pasado | EFE
Los consumidores, que habían empezado a notar un alivio en el coste del aceite de oliva, vuelven a enfrentarse a la incertidumbre. Aunque la bajada inicial fue bienvenida, el impacto de factores como el IVA y la volatilidad de los precios en origen ha moderado el entusiasmo. Para muchas familias, el aceite de oliva sigue siendo un producto básico. Pero el aumento acumulado en los últimos años ha obligado a algunos a buscar alternativas más económicas, como aceites de girasol o mezclas.
Por otro lado, el sector hostelero también ha experimentado los efectos de estas fluctuaciones. Los restauradores, especialmente en pequeños negocios, se enfrentan a márgenes de beneficio más estrechos debido al precio del aceite, que sigue siendo uno de los insumos más importantes en la cocina.