El director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, atiende desde Bruselas a Artículo14 en un momento crítico para el sector: con los siete nuevos casos confirmados el pasado martes, España ya acumula nueve episodios de Peste Porcina Africana (PPA), todos detectados en jabalíes del parque de Collserola, a pocos kilómetros de Barcelona.
El hallazgo ha activado protocolos excepcionales, restricciones comerciales y una intensa presión sobre los ganaderos, que vuelven a situarse en el centro de una crisis sanitaria con impacto económico inmediato. Países como Japón o México han frenado sus importaciones de porcino español y la lonja de Mercolleida ya refleja “una caída en los precios“. Desde la capital europea, Higuera analiza las causas del brote, el riesgo real para las granjas, el efecto de las medidas adoptadas y la necesidad urgente de “reforzar el control de la fauna silvestre”, al tiempo que reclama apoyo para un sector que afronta semanas decisivas.
¿Cuál es el sentir que tienen ahora mismo los ganaderos ante esta situación?
Los ganaderos están muy preocupados, porque esta situación supone un riesgo directo para sus explotaciones. Nuestra prioridad es proteger al máximo las granjas, manteniendo todo cerrado y evitando cualquier contacto con la fauna silvestre.
Aunque hasta ahora no se han detectado casos en granjas de cerdos, ¿qué nivel de riesgo hay de que el virus llegue a las explotaciones?
Hay que contemplar que el riesgo existe sobre todo si el virus se escapa de la zona confinada -la sierra de Collserola-. Por ello, hemos hecho un llamamiento a los ganaderos para que extremen más que nunca las medidas de bioseguridad, se supervise que el vallado perimetral de las granjas está intacto e impida el contacto con la fauna silvestre.
El brote ha activado un radio de protección de 20 kilómetros, ¿qué implicaciones económicas reales tienen estas medidas para los ganaderos afectados dentro de ese perímetro?
Una vez que un país ya no es libre de PPA y pierde el status, para recuperarlo tienen que pasar 12 meses sin detectar ningún foco. Las granjas que están dentro de los 20 km de radio, lo que tienen son unas medidas temporales de inmovilización durante, como mínimo, 15 días. En ellos no se puede vender ningún cerdo ni mover animales, por lo que los productores deben seguir alimentándolos dentro de las instalaciones, incurriendo en costes adicionales. Además, si los animales exceden el peso objetivo del matadero, se deprecian y pierden valor.
El impacto depende de la situación de cada explotación: algunas que ya habían terminado el ciclo de producción sufren menos, mientras que las que necesitan vender sus cerdos ahora enfrentan mayores problemas económicos.
¿Considera suficientes las medidas del Gobierno en el parque de Collserola?
Nunca se puede decir que es suficiente. Por ahora, son todas las medidas que tenemos contempladas en el Plan de Control del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). De todas formas, estamos en permanente contacto con las autoridades y los expertos para incluir, cambiar o modificar lo que sea necesario. Al mismo tiempo, las medidas de bioseguridad en las granjas de porcino de España son las correctas. Incluso somos el único país de la Unión Europea (UE) que tiene unas medidas obligatorias por Real Decreto, en el resto de países son recomendaciones.
Pero hay que vigilar la población de jabalíes, ya sabemos que en España está descontrolada y esta sobrepoblación está generando problemas: daño a cultivos, accidentes de tráfico… Y ahora nos ha entrado la PPA. Está claro que es necesario un plan nacional de control y gestión de poblaciones de fauna silvestre para equilibrar correctamente su censo.
¿Cree que ya se ha superado lo peor del brote?
No, estamos empezando. La situación todavía puede evolucionar, y es fundamental seguir recuperando cadáveres de jabalíes infectados y mantener el control del virus para evitar su expansión.
Varios países han suspendido importaciones de cerdo español (Japón, México, Reino Unido, Taiwán, etc.) ¿Qué impacto pueden tener?
Se está evaluando país por país con el MAPA. Por ejemplo, UK ha vuelto a reabrir la importación de productos de España. El impacto va a depender mucho de la capacidad de absorción tanto por parte del consumo interno, contando con la Unión Europea, como con la relocalización de productos en otros mercados.
Por ahora, sí que está teniendo un efecto sobre los ganaderos, puesto que el precio de referencia de la lonja de porcino de Mercolleida ya ha anunciado que el índice de referencia de precios está en bajada.
La PPA no afecta a la salud humana, pero ¿cómo se debe informar a los consumidores para evitar alarmas injustificadas y mantener la confianza en la carne de cerdo?
La mejor forma es que la comunicación venga por organismos oficiales, científicos y médicos. Hay muchas enfermedades de los animales que no suponen ningún riesgo para la salud humano porque no son zoonósicas. Es el caso de la PPA, que es exclusiva del cerdo y del jabalí. Además de que en el hipotético caso de que salte a las granjas, la explotación detectada como positiva habría que aislarla y proceder al sacrificio de los animales pare evitar que sufran y que el virus se expanda.
¿Qué tipo de ayudas o respaldo solicita para los ganaderos para afrontar esta crisis?
Lo primero es que todos los recursos se destinen al control del foco. Luego hay que ir analizando el impacto sobre el mercado y la posibilidad de encontrar mercados alternativos. En el caso de que no se produzca de una forma correcta e impacte al ganadero, hablaremos con el Ministerio y con Bruselas para activar las medidas de la Organización Común de Mercados Agricolas (OCM).
Con las exportaciones restringidas, ¿prevé efectos en los precios?
Al restringir las exportaciones se va a producir una reducción en la demanda internacional que a igual oferta hará que el excedente empuje los precios a la baja de la carne de cerdo en España.

