La huelga de médicos el viernes 13 marcará un antes y un después en las relaciones entre el Ministerio de Sanidad y el colectivo médico. Convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA), la protesta se presenta como un grito de alarma por el deterioro de las condiciones laborales en el Sistema Nacional de Salud y una muestra de rechazo frontal al nuevo borrador del Estatuto Marco.
Aunque la ministra Mónica García asegura que las negociaciones “van bien”, desde las organizaciones convocantes aseguran que las posiciones están “muy alejadas”. Por eso, han llamado a secundar de forma masiva la huelga de médicos el viernes 13, extendida a todo el territorio nacional y abierta a todos los facultativos del grupo A1, independientemente de su régimen de contratación.
¿Quién puede participar en la huelga de médicos el viernes 13?
Según los sindicatos convocantes, pueden sumarse a la huelga de médicos el viernes 13 todos los facultativos, ya sean estatutarios, laborales o funcionarios. Así como el personal en formación sanitaria especializada. Eso sí, deberán respetarse los servicios mínimos, que deberán garantizar la cobertura asistencial equivalente a un día festivo o domingo. Sin comprometer la continuidad en procesos clínicos críticos.
El SMA ha aclarado que aquellos en servicios mínimos no están obligados a suplir a compañeros en huelga. Y que solo deben cumplir con las tareas correspondientes a su propio puesto. Cada comunidad autónoma establecerá sus criterios específicos. Pero en todas se prevén concentraciones en apoyo a la convocatoria.
La huelga de médicos el viernes 13 no solo protesta por unas condiciones laborales adversas, sino que pretende abrir un debate más profundo sobre el futuro de la sanidad pública. CESM y SMA aseguran que el nuevo Estatuto Marco perpetúa un modelo injusto que obliga a los profesionales a sostener el sistema a costa de su salud física y mental.
Una de las principales quejas es la jornada laboral. El primer borrador del ministerio proponía semanas de 45 horas y mantenía las guardias de 24 horas en fines de semana y festivos. Aunque el último borrador publicado por Sanidad limita las guardias a 17 horas, aún se contemplan jornadas de 24 horas en “situaciones excepcionales”. Una medida que, para los sindicatos, normaliza la precariedad y el agotamiento.
Exigencias sindicales ante el nuevo Estatuto Marco
Entre las principales reclamaciones de los convocantes de la huelga de médicos el viernes 13 se encuentran:
- Reducción de la jornada semanal a 35 horas.
- Reconocimiento de descansos compensatorios tras las guardias como tiempo efectivo de trabajo.
- Revisión del pago por exceso de jornada, que actualmente no iguala la retribución ordinaria.
- Delimitación clara de horarios y duración de jornada ordinaria y de guardia.
- Eliminación del régimen obligatorio de exclusividad para trabajar en el sistema público.
- Clasificación profesional específica que reconozca su extensa formación.
Los sindicatos sostienen que el nuevo texto mantiene “jornadas encubiertas de hasta 70 horas semanales” y que solo se ha mostrado un mínimo avance en la regulación de las guardias localizadas. La huelga de médicos el viernes 13 nace, por tanto, de un sentimiento generalizado de frustración por la falta de voluntad política para cambiar el modelo.
Mónica García: “El nuevo texto mejora lo anterior”
La ministra Mónica García defendió en rueda de prensa que el nuevo borrador “resuelve muchos de los problemas del primer texto”, y que representa un avance frente a la precariedad. Entre los puntos destacados, afirmó que las guardias se limitarán a 17 horas, que no será necesario devolver las horas de guardia y que se reconoce la autoridad del personal sanitario.
También aseguró que se incluirá un capítulo específico para los médicos dentro del Estatuto, reconociendo su situación singular.
Sin embargo, estas promesas no han calmado los ánimos. La huelga de médicos el viernes 13 se mantiene como medida de presión hasta que las reivindicaciones reciban una respuesta clara y firme. La sensación en el sector es que la sanidad pública no puede sostenerse eternamente sobre el sacrificio de los profesionales.