La verdad sobre el autónomo de la que nadie quiere hablar: más horas de trabajo, menos ingresos y peores pensiones

Analizamos las cifras que revelan la precariedad de un colectivo esencial para la economía nacional y que se enfrenta a nuevas subidas

Futuro de los autónomos en España - Economía
Un autónomo atiende su negocio.
EFE

Los autónomos en España siguen siendo el colectivo más invisible del mercado laboral. Su figura sostiene buena parte del tejido productivo nacional. Pero lo hace a costa de jornadas interminables, ingresos modestos y una protección social que se desvanece cuando llega la enfermedad o la jubilación.

La reciente propuesta de subida de cotizaciones planteada por el Ministerio de Seguridad Social ha vuelto a poner sobre la mesa una realidad que muchos prefieren ignorar: trabajar por cuenta propia en España es, para muchos, sinónimo de precariedad.

Ingresos bajos y grandes desigualdades

La primera gran brecha que sufren los autónomos en España es la económica. Según los últimos datos de la Agencia Tributaria, el rendimiento neto medio de las actividades económicas fue de 14.826 euros en 2023. Una cifra modesta que contrasta con los 24.657 euros que de media perciben los asalariados

En otras palabras, los trabajadores por cuenta ajena ganan de media un 66% más que los autónomos.

Los autónomos en España
Una fotografía de archivo de la ministra Elma Saiz.
Europa Press

Dentro del colectivo de autónomos en España coexisten realidades muy diferentes. Quienes tributan en estimación directa alcanzan una media de 20.054 euros al año, mientras que los autónomos agrarios apenas llegan a los 2.552 euros anuales. Además, alrededor del 11% de los contribuyentes declara pérdidas. Un reflejo de lo frágil que puede ser emprender en un país donde los márgenes son estrechos y la carga fiscal, considerable.

Más horas de trabajo y menos derechos

La otra cara de los autónomos en España es el tiempo. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) recogida por 20 Minutos, los trabajadores por cuenta propia dedican de media 43,9 horas semanales, frente a las 36,5 horas de los asalariados. En la práctica, esto significa casi un día completo más de trabajo a la semana. Y si se trata de empleadores, la cifra se dispara hasta las 46,7 horas.

La falta de derechos también pesa. Mientras 29 de cada 1.000 asalariados disfrutan de una baja médica cuando la necesitan, entre los autónomos solo lo hacen 11 de cada 1.000. Una diferencia abismal que tiene que ver con los costes que deben asumir y con una cultura de sacrificio que lleva a muchos a trabajar incluso enfermos por miedo a perder ingresos o clientes.

Los datos de la Seguridad Social reflejan esa desigualdad. Cada expediente de baja médica cuesta al sistema 56,4 euros por asalariado, frente a los 35,4 euros en el caso de un autónomo. Detrás de esas cifras frías, hay una realidad que duele: los autónomos en España enferman igual, pero pueden permitirse mucho menos.

Cotizaciones insuficientes, pensiones más bajas

El sistema de cotizaciones también juega en contra de los autónomos en España. La base mínima de cotización de un asalariado equivale al salario mínimo interprofesional (1.381 euros mensuales en 2025). Pero la media real por la que cotizan los asalariados supera los 2.200 euros al mes.

En el caso de los autónomos en España, el panorama es mucho más complejo. Existen 15 tramos diferentes de cotización. Y, aunque pueden elegir voluntariamente una base superior, la mayoría no lo hace. De hecho, el 83% cotiza por una base igual o inferior a los 1.426 euros mensuales. Eso limita gravemente su futura pensión.

Situación de los autónomos en España - Economía
Una panadera atiende a un cliente en su negocio.
EFE

Esa infracotización sostenida durante años explica la enorme brecha que se abre al jubilarse. Mientras los trabajadores del régimen general perciben una pensión media de 1.667 euros al mes, los autónomos apenas alcanzan 1.011 euros. Una diferencia del 65%, que apenas se ha reducido en la última década y que, de hecho, es más amplia que la brecha de género existente entre hombres y mujeres en el sistema de pensiones.

Jubilaciones más tardías y con menos seguridad

La consecuencia final de todo ello es que los autónomos en España se jubilan más tarde. La edad media de retiro de un trabajador asalariado es de 64,5 años, mientras que la de un autónomo se eleva hasta los 65,7 años. No lo hacen por vocación o por gusto, sino porque no pueden permitirse dejar de trabajar antes.

En muchos casos, su actividad no solo es su fuente de ingresos, sino también la única garantía de supervivencia en la vejez. Un equilibrio precario que se rompe cuando llega la enfermedad, el agotamiento o la falta de encargos.

¿Qué va a pasar con los autónomos en España a partir de ahora?

La propuesta del Gobierno de subir las cotizaciones ha reavivado el debate. Para algunos, es una medida necesaria que permitirá mejorar la protección social del colectivo; para otros, es un golpe más a un sistema que ya funciona al límite. Lo cierto es que los autónomos en España están atrapados entre dos fuegos: si cotizan poco, tienen peores pensiones; si cotizan más, muchos no logran llegar a fin de mes.

En un país donde más de tres millones de personas trabajan por cuenta propia, el reto no es menor. La productividad, la digitalización y el acceso a derechos reales deben formar parte de una reforma profunda que deje de tratar a los autónomos como ciudadanos de segunda. Porque detrás de cada cifra, hay un nombre, un negocio pequeño, un esfuerzo diario que sostiene buena parte de la economía española sin apenas reconocimiento.

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