El preacuerdo alcanzado entre el Ministerio de Sanidad y los principales sindicatos del sector ha permitido suspender la huelga prevista en todo el Sistema Nacional de Salud y desbloquear una negociación que llevaba meses encallada. Lejos de un documento extenso o cerrado, el pacto se apoya en tres pilares muy concretos que marcan el rumbo de la reforma del Estatuto Marco y explican por qué, ahora sí, las partes han decidido frenar el conflicto.
No hay grandes promesas ni una reforma integral cerrada, pero sí compromisos claros en tres ámbitos sensibles para los profesionales sanitarios. Jornada laboral, jubilación y clasificación profesional son las claves que han permitido avanzar en la reforma del Estatuto Marco y ganar tiempo para desarrollar el nuevo marco normativo.
1) Jornada laboral de 35 horas con aplicación flexible
La primera gran clave del preacuerdo sobre el Estatuto Marco es la jornada laboral de 35 horas semanales. Sanidad y sindicatos han pactado que esta reducción se reconozca como marco general, pero sin imponer una aplicación uniforme en todo el territorio.
La implantación de las 35 horas dependerá de lo que acuerde cada servicio de salud autonómico, teniendo en cuenta las necesidades organizativas y asistenciales. Este punto ha sido determinante para desbloquear la negociación del Estatuto Marco, ya que permite reconocer el derecho sin generar un choque inmediato con la realidad de cada sistema sanitario.

El acuerdo asume que la situación de los servicios no es homogénea y que la aplicación rígida podría generar tensiones asistenciales. Por eso, la flexibilidad se convierte en la fórmula elegida para introducir una de las reivindicaciones históricas de los profesionales sin comprometer la viabilidad del sistema.
2) Jubilación parcial y apertura de la anticipada
La segunda clave del preacuerdo del Estatuto Marco afecta al final de la vida laboral de los profesionales sanitarios. El pacto reconoce el acceso a la jubilación parcial para todo el personal estatutario que cumpla con la normativa vigente. Un paso relevante en un sector marcado por el envejecimiento de las plantillas.
Además, el texto abre la puerta a la jubilación anticipada. Aunque lo hace con cautela. Esta opción queda supeditada a la realización de un estudio previo sobre las condiciones laborales en el sistema público de salud, que permita definir cómo y en qué términos podría aplicarse.

Este enfoque gradual ha sido clave para el entendimiento. El preacuerdo no promete una jubilación anticipada inmediata. Pero sí introduce el compromiso formal de estudiarla dentro de la reforma del Estatuto Marco. Algo que hasta ahora no estaba sobre la mesa de manera clara.
Nuevo modelo de clasificación profesional y mejoras retributivas
La tercera y última clave del preacuerdo sobre el Estatuto Marco es el compromiso de avanzar hacia un nuevo modelo de clasificación profesional. Sanidad y sindicatos coinciden en que el actual sistema está desfasado y no refleja adecuadamente las funciones, responsabilidades y formación de los distintos colectivos.
El acuerdo abre la vía a una actualización de las categorías profesionales que lleve aparejada una mejora retributiva, con especial atención a colectivos como el de enfermería. No se concretan cifras ni plazos cerrados. Pero sí se fija una dirección política y técnica clara dentro de la reforma del Estatuto Marco.

Este punto ha sido fundamental para suspender la huelga. A fin de cuentas, introduce un reconocimiento explícito a la evolución del trabajo sanitario en los últimos años y a la necesidad de adaptar el marco laboral a esa realidad.


