Raquel Urtasun, la esperanza española para la industria de la conducción autónoma

De Navarra a Silicon Valley, esta emprendedora lidera una de las startups más prometedoras del transporte autónomo

Cuando se le ponen rostros, nombres y apellidos a los científicos y empresarios que están transformando el mundo con el desarrollo de la inteligencia artificial, por lo general aparecen pocas mujeres. También destacan pocos españoles. La navarra Raquel Urtasun (1976), en cambio, cobra cada día más protagonismo en distintos foros como el de Davos o en prestigiosas listas internacionales como el de la revista Time. Es la fundadora y CEO de Waabi, una startup tecnológica canadiense que está creando la tecnología necesaria para que los camiones sin camioneros sean seguros.

Waabi nacía en 2021 en una industria prometedora, pero llena de promesas rotas. Prometedora porque según firmas como Allied Market Research el mercado global de vehículos autónomos podría superar los 577.000 millones de dólares en 2026.

Llena de promesas rotas porque directivos como Elon Musk, fundador de Tesla, dijo que sus vehículos podrían conducirse solos de costa a costa en EE.UU. antes de que terminara 2017, y en 2020 insistió en que los robotaxis autónomos estarían operativos antes de 2022. Desde Google habían dejado caer en alguna ocasión que habría coches autónomos de uso generalizado antes de 2020. Uber puso las expectativas en 2021, mientras que Aurora prometía sistemas preparados para 2023 como tarde. En 2025 todas esas promesas se han quedado en la nada.

Honestidad

Lo cierto es que 2025 y la conducción autónoma -vehículos sin conductor- están lejos de ser algo habitual de ver en la calle. En el mundo del transporte de larga distancia, todavía menos. Ahí es donde entra en juego Waabi. Su fundadora y CEO se ha prodigado poco en medios españoles, pero en ellos sí ha reconocido que la industria de la conducción autónoma es ahora mucho más honesta que antes. “Los tiempos que se estaban dando hasta ahora eran marketing”, indicaba hace unos años.

Eso no le ha impedido a la firma marcarse un objetivo: lanzar camiones totalmente autónomos este mismo año. Parte, eso sí, de una enorme experiencia previa aplicando IA generativa a los procesos de visión artificial necesarios para garantizar una conducción autónoma más segura. En junio del año pasado la compañía anunció una ronda de financiación de 200 millones para garantizar alcanzar esa meta.

La startup ha recaudado ya más de 280 millones de dólares, con inversores estratégicos como Nvidia, Volvo, Porsche, Scania o Ingka. Ya entonces, la compañía avisó de que estaba a punto de alcanzar el nivel 4 de autonomía. En el mundo de la conducción autónoma, se ha estandarizado un termómetro en función del nivel de autonomía de los vehículos sin conductor, siendo el 0 el mínimo y el 5 el máximo. El nivel 4 que está a punto de conquistar Waabi es el que garantiza que el vehículo es capaz de circular por sí mismo en zonas geográficas concretas o en situaciones específicas sin intervención humana.

Orígenes

Urtasun, antes que CEO, es científica. Se graduó en la Universidad Pública de Navarra en el año 2000, hizo su proyecto final de carrera en Niza (Francia) y se doctoró en la prestigiosa Escuela Federal Politécnica de Lausana, en Suiza. Al poco tiempo se convirtió en investigadora postdoctoral y se integró en el grupo de trabajo de Trevor Darrell, uno de los científicos más prominentes entonces en el campo de la inteligencia artificial y la visión artificial, la tecnología que permite a los vehículos autónomos ‘ver’.

Junto a Darrell, Urtasun estuvo en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, conocido como el MIT, y en uno de los institutos tecnológicos de la californiana universidad de Berkeley. Fue profesora asistente en el Instituto Tecnológico de Toyota en Chicago y profesora visitante en la ETH de Zurich, pero ya en mayo de 2017 fue contratada por Uber para liderar un equipo en Toronto (Canadá) especializado en conducción autónoma. Allí Raquel Urtasun cofundó el Instituto Vector de la Universidad de Toronto, compaginando sus labores académicas con su trabajo científico en Uber. En 2021, dejó Uber para crear Waabi.

En el mercado

Desde su nacimiento en 2021, Waabi se ha consolidado como una de las startups de conducción autónoma más prometedoras del mercado. Todavía está lejos de competir con gigantes como Waymo, pero con 280 millones de dólares recaudados en dos rondas de financiación y con asociaciones estratégicas con fabricantes como Volvo, firmada en febrero de este mismo año, es de esperar que en núcleos de EE.UU. empiecen a circular camiones con los logotipos de la compañía.

Su enfoque industrial, de hecho, es distinto al de otras compañías. Precisamente con el anuncio de acuerdo con Volvo, la propia Urtasun reconocía que en la empresa entienden que “la integración vertical de la tecnología IA de última generación en la producción de vehículos es el camino a seguir para llevar vehículos autónomos seguros y robustos a las carreteras”. Mediante esta asociación, Waabi está integrando sus soluciones tecnológicas en las cadenas de producción de camiones Volvo en puntos como el de Virginia, en EE.UU.

Para 2023, con solo dos años de vida, Waabi ya contaba con un 2% de cuota de mercado en la industria de la conducción autónoma. Está lejos del 30% de Aurora o del 25% de Waymo de por entonces, pero estas dos marcas le sacan unos cuantos años de ventaja y tienen un enfoque más generalista sobre los vehículos sin conductor.

Desafíos

Precisamente es la forma en la que Waabi aborda muchos de los desafíos de la industria del transporte sin conductores lo que hace que esta startup canadiense liderada por una española esté atrayendo la atención de expertos de todo el planeta. Su máxima: no es ético ‘crear’ accidentes en carretera real para probar los vehículos autónomos.

Ese, el de examinar los vehículos autónomos en entornos lo más realistas posibles, es el mayor reto al que se enfrenta el mundo de la conducción autónoma. Para ello, las compañías más punteras del sector están haciendo ensayos con vehículos autónomos en entornos controlados o algunas calles de algunas ciudades norteamericanas o chinas para seguir recabando datos e información. Waymo, por ejemplo, ha recorrido más de 32 millones de kilómetros de vías públicas en EEUU según ha corroborado su matriz, Alphabet, dueña de Google.

Waabi, más especializada en vehículos de transporte de alto pesaje, ha optado por desarrollar Waabi World, un potente simulador en el que gemelos digitales de camiones reales se someten a pruebas e imprevistos generados por IA, desde un desprendimiento en carretera a que un animal se cruce en la vía. Se trata de un simulador tan preciso que el margen de error que un frenazo ante un obstáculo imprevisto en el mundo real y en este mundo digital diferirá en 10 centímetros.

Una propuesta sólida y viable que ha permitido a la compañía canadiense abrirse paso, y a Raquel Urtasun erigirse como una de las pocas mujeres reconocidas en la lista de 100 personas más influyentes en el ámbito de la IA que preparó la revista Time en 2023. Entonces, Urtasun demostró su conciencia sobre el papel de la mujer en este sector. “Normalmente necesitamos demostrar diez veces más para tener el mismo reconocimiento que un hombre”. “Lo que me ha dado el éxito ha sido mi infinita determinación”.

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