Galicia

La playa española no muy conocida que es la única entre las 50 mejores del mundo

La Playa de Rodas es una rara joya que combina lo mejor de los paisajes gallegos con la calidad medioambiental de un enclave protegido

Playa de Rodas - Sociedad
Una fotografía panorámica de la Playa de Rodas
Wikipedia

En un listado global dominado por destinos exóticos de Asia, el Caribe y Oceanía, una única playa española ha logrado colarse entre las 50 mejores del mundo. Se trata de la Playa de Rodas, un pequeño paraíso atlántico aún poco conocido fuera de nuestras fronteras, situado en un rincón remoto pero fascinante de Galicia: las Islas Cíes.

La Playa de Rodas, joya oculta en el Atlántico gallego

La Playa de Rodas ha alcanzado la 18ª posición en la clasificación elaborada por los expertos de la guía internacional World’s 50 Best Beaches. Esta distinción coloca a esta playa gallega por encima de lugares mundialmente famosos en Hawái, Filipinas o Brasil. Con su curva perfecta de unos 700 metros de longitud, su arena blanca como la harina y sus aguas color esmeralda, la Playa de Rodas ha sido descrita como una de las bahías más bellas de Europa.

Situada entre las islas de Monteagudo y do Faro, la Playa de Rodas actúa como un puente natural entre ambos islotes del archipiélago de las Cíes, que forma parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas. Su ubicación privilegiada y su entorno protegido hacen de este rincón un destino único que conserva su belleza salvaje intacta.

Playa de Rodas (Galicia) - Sociedad
Una fotografía de archivo de la hermosa playa gallega
Wikipedia

A menudo, quienes visitan la Playa de Rodas no dudan en compararla con un destino caribeño. Pero hay una diferencia notable: el frescor de las aguas atlánticas. La temperatura del mar, que raramente supera los 19 grados incluso en verano, proporciona una experiencia de baño revitalizante, ideal para los amantes de la naturaleza y el turismo activo.

La Playa de Rodas está rodeada de dunas vírgenes y pinares que completan un paisaje idílico. El sonido del viento entre los árboles, el vuelo pausado de las gaviotas y la transparencia del agua configuran un escenario casi irreal. En este entorno sin vehículos, ni construcciones modernas ni chiringuitos, lo único que se escucha es el rumor del mar.

Acceso limitado: una garantía de tranquilidad

Una de las razones que explican la preservación de la Playa de Rodas es el acceso restringido al archipiélago. Para llegar hasta allí, es necesario tomar un barco desde Vigo, Baiona o Cangas. Durante los meses de verano, el número de visitantes diarios está limitado por motivos medioambientales. Y es obligatorio solicitar un permiso a través de la web del Parque Nacional.

Cartel de la Playa de Rodas - Sociedad
Una fotografía de archivo del cartel de la Playa de Rodas
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Este sistema de cupos permite conservar el ecosistema y asegura una experiencia de tranquilidad sin aglomeraciones.

Gracias a estas restricciones, la Playa de Rodas sigue siendo uno de los pocos lugares de España donde el turismo de masas no ha dejado huella. Nadar en sus aguas cristalinas o tumbarse sobre su arena blanca se convierte así en un acto íntimo y sereno. Una actividad alejada del bullicio de las grandes costas del Mediterráneo.

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