Santos Cerdán, “Nanas de la cebolla” para calmar las horas en prisión

El exsecretario de Organización del PSOE ingresó ayer en Soto del Real, una prisión que ha acogido a presos muy famosos. Hablamos con Juan Sobrino, su responsable

El exdirigente del PSOE Santos Cerdán ya ha ingresado en la cárcel madrileña de Soto del Real.
EFE/Daniel González

Gabriel García Márquez decía que el mundo acabará de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga. De momento, podemos estar tranquilos. Santos Cerdán llegó ayer a la cárcel de Soto de Real en un furgón policial. Los únicos que se desplazan en clase preferente hasta el interior de los muros de esta prisión son los libros, según nos cuenta Juan Sobrino, director de la biblioteca de este municipio madrileño e impulsor de una iniciativa de la que podrá beneficiarse el exsecretario de Organización del PSOE. Eso si tiene una actitud más dócil con la lectura que la que mostraron los presos del independentismo que pasaron por aquí, cuya conducta fue de verdadero desdén cultural.

El juez Leopoldo Puente envió a Cerdán a prisión provisional el lunes, tras su comparecencia en el Tribunal Supremo, una decisión en la que pesó más la posible destrucción de pruebas que el riesgo de fuga. Le atribuye delitos de cohecho, organización criminal y tráfico de influencias.

Las primeras horas entre rejas fueron intensas. Según nos cuentan desde Instituciones Penitenciarias, al llegar a prisión tuvo lugar su identificación personal, comprobando su identidad y procediendo a la reseña dactilar y fotográfica. Sus datos pasaron al libro de ingresos y se abrió el expediente personal que contendrá la información actualizada sobre su situación procesal y penitenciaria. Posteriormente, se hizo su cacheo y el de sus pertenencias y, a continuación, un primer reconocimiento médico. En él, Cerdán pudo compartir con los profesionales si padece enfermedades o si precisa medicación de algún tipo.

Santos Cerdán
El ex número tres del PSOE Santos Cerdán a su llegada al Tribunal Supremo
EFE

En estos primeros días, el nuevo recluso socialista mantendrá entrevistas con un trabajador social, con el que hablará sobre su situación social y familiar, y con otros profesionales del centro, como por ejemplo un psicólogo. Después del módulo de ingresos, se le comunicará cuáles serán sus funciones y en qué módulo residirá. Según nos informan, por sus características y los delitos de los se le acusa, es previsible que se le recluya en el número 12, que se conoce como “módulo de respeto”, destinado a reclusos de buen comportamiento que aceptan cumplir unas normas de convivencia.

En las horas posteriores al ingreso se le facilitaron los productos básicos para la limpieza e higiene y la ropa de cama. En la celda asignada, de diez metros cuadrados, puede guardar sus cosas y se le permite también tener su propia ropa. La legislación penitenciaria le reconoce el derecho a comunicarse periódicamente de forma oral y escrita con sus familiares, amigos y representantes acreditados.

Por esta prisión, con más de 1.300 reclusos (actualmente todos hombres), han pasado Luis Bárcenas, Miguel Blesa, Rodrigo Rato y algunos de los dirigentes independentistas. Además de la celda, los presos disponen de espacios de uso común, como patios al aire libre, piscina, zonas deportivas, comedor, salas de estar, talleres y biblioteca. En este último espacio es donde Cerdán podría encontrar su propio ejercicio de libertad, evadirse y reflexionar. Este es el propósito de Juan Sobrino, un bibliotecario que ha impulsado, entre otras actividades culturales, un club de lectura poco convencional a través de su proyecto “Libros que saltan muros”. “Estoy convencido de que los libros mejoran la vida de las personas y transforman la sociedad”, nos dice.

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El exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán en la entrada de su domicilio.
Efe

Si se anima, Cerdán podrá participar en talleres de animación a la lectura, dramaturgia, creación de libros objeto, cuentos -en caso de que tenga algún familiar de corta edad con quien compartir esta experiencia- o intercambio epistolar con diferentes colectivos de fuera. “La agenda es muy completa y enriquecedora. Los internos de diferentes módulos tienen ocasión de conocerse y contarse sus vivencias. Los libros saltan muros y también tienden puentes”, explica.

En caso de que siga entre rejas el día de la felicidad, que se celebra el 20 de marzo, Cerdán será testigo de la segunda fiesta de la lectura, otra original iniciativa de Sobrino similar a las que se hacen en Nueva York y otras ciudades estadounidenses. “Nunca se había hecho en un centro penitenciario. Convocamos a mucha gente, tanto internos como de fuera, cada uno con su libro. Después de una lectura en silencio, se organizan por parejas para transformar algo individual en colectivo”.

Sobrino se inspira en el conocido precepto de Enrique Tierno Galván: “Más libros, más libres”. “Un libro abre la puerta a mundos diferentes a los que están acostumbrados. Estos hombres, privados de libertad, se desplazan con la mente tan lejos como desean. Además de aliviar su estancia en prisión, la lectura fomenta el conocimiento de uno mismo, ayuda a identificar emociones”. La literatura tiene esa facultad de calmar incluso conciencias. No evocaremos entonces a José Saramago, que pensaba que, si la literatura pudiese cambiar el mundo, ya lo habría hecho.