Podría estar en una isla del sudeste asiático. Sus aguas cristalinas, los acantilados cubiertos de vegetación y una escalera infinita tallada en piedra recuerdan a los paisajes más idílicos de Indonesia o Filipinas. Pero no hace falta cruzar el planeta para encontrarlo: está en España, al norte, y es uno de los secretos mejor guardados del país.
Este lugar no figura entre los destinos más masificados del verano. De hecho, quienes lo descubren suelen volver… o prefieren que siga siendo un secreto. Y es que no es un sitio fácil de alcanzar: para disfrutarlo, hay que caminar, descender más de 700 escalones y tener ganas de desconectar del mundo.
Una bajada única entre rocas y naturaleza salvaje
El acceso es tan especial como el destino. A través de un sendero que bordea la costa, entre vegetación exuberante y vistas impresionantes al mar Cantábrico, se llega a una empinada escalera de 763 peldaños excavados directamente en la roca.
El descenso no es apto para todo el mundo, pero el esfuerzo se ve recompensado con creces: al final del camino aparece una plataforma a nivel del mar, un viejo faro encajado en el acantilado y un mar azul profundo que parece de otro continente. Un escenario natural digno de una postal.
El secreto tiene nombre: el Faro del Caballo
Este rincón de aspecto tropical está en Santoña, un municipio de la costa oriental de Cantabria. Se trata del Faro del Caballo, una construcción del siglo XIX que fue mandada edificar por orden del entonces director de la prisión de Santoña, con la ayuda de los propios presos.
Lo que hace único a este faro no es solo su ubicación, colgado sobre el mar, sino el impresionante acceso por una escalera tallada a mano en la ladera del monte Buciero. Aunque el faro ya no cumple funciones de navegación, se ha convertido en un lugar de culto para los amantes del mar y la aventura.
Un chapuzón inolvidable en aguas cristalinas
La plataforma junto al faro se ha transformado en un punto ideal para quienes quieren disfrutar de un baño en plena naturaleza. El agua, de un azul turquesa impresionante, invita a lanzarse desde las rocas o simplemente dejarse flotar.
Muchos visitantes llegan también en kayak o paddle surf, evitando así el empinado camino y disfrutando de una vista única de los acantilados desde el mar. Esta alternativa es muy popular en verano, ya que permite descubrir otras cuevas y rincones ocultos de la costa de Santoña.
Consejos para disfrutar de la experiencia
- Evita las horas centrales del día en verano. La subida tras el baño puede ser exigente.
- Calzado deportivo y agua son imprescindibles.
- No hay cobertura móvil ni servicios. Respeta el entorno: lleva tu basura y no alteres la fauna ni la flora.
- Si vas en temporada alta, intenta llegar temprano para evitar aglomeraciones en la zona de baño.
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Una joya que parece de otro mundo… pero está en Cantabria
El Faro del Caballo es uno de esos lugares que parecen irreales. Su belleza, su aislamiento y el esfuerzo necesario para alcanzarlo lo convierten en una experiencia diferente a cualquier otra. Un lugar que parece Bali pero que puedes visitar este verano sin salir del país. Una obra maestra de la naturaleza, modelada por el tiempo y respetada por quienes han sabido mantener su esencia intacta.