Los rumores se han desatado en las redes en las últimas horas. El vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, era el invitado de honor en una convención de Turning Point USA, organización estadounidense fundada en 2012 por Charlie Kirk que difunde valores conservadores en campus de institutos, colegios y universidades, en la Universidad de Mississippi.
Erika Kirk, la viuda de Charlie Kirk, lo recibía en el escenario con un cálido abrazo. El vídeo del cariñoso gesto ha corrido como la pólvora por internet, lo que ha contribuido a generar polémica y multitud de comentarios. Erika, de 36 años, que ha tomado el relevo en la organización de su marido tras su muerte, abrió el evento con un discurso muy emotivo: “Es un día muy emocionante. Podía escuchar a Charlie en mi corazón. Lo escuchaba decir ‘la batalla está ya ganada'”.
“Similitudes” entre JD Vance y Kirk
Erika, además, añadió: “Nadie reemplazará nunca a mi marido, pero veo algunas similitudes entre él y JD Vance. Lo hago, de veras. Y eso es por lo que me siento bendecida de poder presentarlo hoy”.
Asesinado el 10 de septiembre
Charlie Kirk fue asesinado de un disparo en el cuello el pasado 1o de septiembre. Tenía 31 años. Era muy cercano al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Kirk recibió un disparo mientras daba una charla ante más de 3.000 personas al aire libre en la Universidad del Valle de Utah.
Posible pena de muerte
Tyler Robinson, el principal sospecho acabar con la vida de Kirk, está acusado de siete delitos, el más grave de los cuales es el de asesinato agravado, que acarrea la posibilidad de la pena de muerte, legal en el Estado de Utah. Jeff Gray, el fiscal del distrito encargado del caso, definió el asesinato de Kirk como “una tragedia estadounidense” y confirmó que el sospechoso actuó por una “motivación política”. También, que éste confesó a su pareja tras el asesinato que se había “hartado del odio” de Kirk.
Además del cargo por asesinato —“agravado”, también porque, según la acusación, “creó un riesgo de muerte para otro individuo”—, Robinson se enfrenta a dos delitos por sus intentos de manipular a un testigo. Ese testigo es su pareja, una persona trans que vivía con él, a la que pidió que destruyera pruebas de su confesión y que no hablara con las autoridades ni con la prensa. El resto de sus cuentas pendientes con la ley son dos cargos de obstrucción de la justicia y uno por cometer un crimen en presencia de un menor.